Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Desde
hace unos años el poder de lo que antes se llamaba "petrodólares"
lleva intentando blanquear las situaciones de los países árabes mediante la
creación de eventos de gran repercusión. Ahora tenemos la celebración del
mundial de Qatar y la reunión mundial por el cambio climático en Egipto, en
concreto, en Egipto, en la ciudad de Sharm El-Sheij.
La cuestión
está en que conforme se adentran en los espacios qatarís y egipcios, de lo que
informan los medios no es precisamente de lo mejor del país, sino de sus
problemas o, para ser más precisos, de los problemas que se les plantean a los
informadores en su intento de acceder a la realidad del país o de los problemas
que se les plantean a los habitantes para sobrevivir en ellos.
Cuando
arrecian las críticas al Mundial de Qatar o al encuentro mundial sobre el clima
nos encontramos con los intentos de justificación por parte de los que lo
consintieron, lo crearon o lo propusieron. Se generan entonces dos corrientes,
la crítica y la defensiva, la que pretende justificar la elección. Pero una
cosa es justificar la elección de alguna forma y otra tratar de lavar la
situación de los países en condiciones de auténticas dictaduras, carentes de la
mayor parte de las libertades, con más que cuestionables situaciones en lo que
se refiere a los derechos humanos, que son pisoteados diariamente.
Si se
trataba de transmitir hacia el exterior algún tipo de mensaje de modernidad, lo
cierto es que se está consiguiendo lo contrario. Pero ese era el riesgo que se
asumía. En cualquier caso, el riesgo estaba en abrirse más allá del necesario
turismo que, si sabe adónde va, no le
importa y "agradece" la seguridad.
En el
caso de Qatar, los excesos inhumanos, las muertes causadas en la construcción
de los estadios por mantener el ritmo y llegar a tiempo, junto con las
condiciones extremas de trabajo, han sido denunciadas múltiples veces por los
medios y asociaciones de derechos humanos. Cada vez se ve más complicado
participar en un evento en un país represivo, clasista y donde los derechos
humanos brillan por su ausencia. Como en otros casos similares, el lujo tapa la
boca a muchos y el dinero aclara las mentes de los que lo han visto muy claro.
Las
renuncias de artistas a participar en la gala de inauguración ha sido una
señal. Los distintos diseños en las camisetas de los jugadores mostrando su
denuncia de la situación qatarí han sido otras múltiples señales de lo mismo.
Pero en este mundo peculiar, es el aviso de que no se podrá beber cerveza en
los estadios lo que puede empezar a crear algo más que una corriente de
disgusto. Es una puerta a los incidentes futuros.
Lo
mismo ha ocurrido con la cuestión de la exhibiciones de
"homosexualidad", donde se nos dice que mientras no se manifieste no habrá "problemas", que es una forma
de quedarse abiertamente con la gente. Dos hombres cogidos de la mano ya
suponen un desafío del que la Policía qatarí dará cuenta rápido. No sabemos si
abrazarse tras un gol supondrá quedar bajo sospecha.
Cuando
las críticas arrecian en diversos países (España entre ellos) contra la
designación de Qatar, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino ha contraatacado
con unos argumentos absolutamente reprobables y sobre todo insultantes para
muchas personas que se han visto afectadas por las condiciones qatarís.
El contexto es todavía peor. Antena 3 titula "El director de comunicación de la FIFA admite su homosexualidad un día antes del inicio del Mundial" y nos dice:
Al término de la rueda de prensa en la que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha cargado contra Europa, ha defendido a Qatar y ha revelado cosas de su pasado, el director de relaciones con los medios de la FIFA, Bryan Swanson, ha aprovechado para anunciar públicamente su homosexualidad.
"Estoy sentado aquí como un hombre gay. El hecho de que Infantino no sea gay no significa que no le importe. A él sí. Vosotros ves la parte pública, yo veo la parte privada. Hablamos mucho de esto. Ya ha pasado algún tiempo al lado de Gianni trabajando al lado de Infantino y en todo momento me he sentido respaldado y ayudado, Soy gay como también lo son otros muchos compañeros en la FIFA y siempre he sentido el respaldo", explicó el periodista británico.*
Es evidente que ser "gay" en un alto cargo, en Reino Unido, en la FIFA, etc. y ser "gay" no le supone ningún problema a Swanson, como tampoco se lo supone a Infantino. No sé muy bien de lo que han estado "hablando", pero desde luego si la conclusión es esta, que ellos no tienen problemas, que es "Europa" quien los tiene, me parece que les ha cundido poco la conversación.
Pero peor son las palabras de Infantino que se citan en la misma rueda de prensa:
"Hemos sido fuertemente criticados. Hoy me siento qatarí. Hoy me siento árabe. Hoy me siento africano. Hoy me siento gay. Hoy me siento trabajador inmigrante", empezó diciendo el italiano en la rueda de prensa.*
Las palabras de Infantino son un insulto a todos los qataríes, africanos, árabes, inmigrantes que son perseguidos o han sido muertos. Es realmente una burla, un sarcasmo que me imagino se volverá contra él como un boomerang.
Puede sentirse como quiera, pero una cosa es sentirse y otra ser gay en una prisión o ser perseguido; ser un obrero que acaba muriendo por las condiciones y la falta de humanidad de sus empleadores, que lo tratan como un esclavo. No, por mucho que Infantino intente imaginárselo, lo cierto es que la imaginación no da para tanto.
* José
Manuel Moreno "El director de comunicación de la FIFA admite su homosexualidad
un día antes del inicio del Mundial" Antena 3 19/11/2022
https://www.antena3.com/noticias/deportes/futbol/mundial/director-comunicacion-fifa-admite-homosexualidad-dia-antes-inicio-mundial_202211196379191a0779b00001127df3.html
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