Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
lenguaje intenta dar cuenta de algo sin llegar a expresarlo directamente.
"Es recomendable que...", "sería mejor...", "por
seguridad...", todo un repertorio eufemístico para evitar hablar de lo que
alguno se ha atrevido a titular: la séptima ola. Sinceramente, he perdido la
cuenta de las olas, pero en algunos países las cifras que se usan están por
debajo de las nuestras. Lo que sí parece claro es que tenemos un nuevo oleaje.
El
problema es que tras la anterior se decretó una especie de silencio parcelado
sobre la realidad, una especie de "lo que no se dice no existe", algo
que llevó a pensar que solo los mayores de sesenta años tenían algo que ver con
el coronavirus (¿coronavirus, qué coronavirus?), que una especie de valla
impedía su acceso a los privilegiados jóvenes, inmunes a recibir al bicho e
incapaces de transmitirlo. Sin embargo, el problema, al ignorarlo, no ha hecho
sino crecer, expandirse. Y está por llegar oficialmente el verano, esa estación
social por excelencia, el mundo del viaje y la reunión, de la búsqueda del
jolgorio y la cervecita.
"¡No
sé cómo ha sido!" escucho a una proporción elevada de mis alumnos en
nuestras tutorías online. Se refieren a los contagios, por supuesto. Una tos
persistente, varios días de fiebre, ingreso hospitalario en algunos casos por
vía de urgencias, algún reingreso pasados unos días. Especialmente en el caso
de los jóvenes, que es la franja más atacada, la sorpresa se manifiesta en sus
caras. "No lo entiendo", expresan sinceramente.
Afrontar
la pandemia como una cuestión de "ingresos" y no de
"contagios" es un error que vamos a pagar cuando nos llegue una
mutación, una variante que sí sea grave. No cortar la circulación es permitir
que de la cantidad salga la peligrosidad, por decirlo así. Cuanto más circule
el virus, más probabilidad de nuevas variantes y, por ello, más probabilidades
de que algunas sean más peligrosas.
Hace un par de días, en Antena 3 nos decían:
La séptima ola del coronavirus sigue entre la población. Las comunidades autónomas han notificado a Sanidad 52.218 nuevos casos de Covid-19. El pasado viernes se notificaron 68.186 nuevos casos. Son más de 12,7 millones de contagios en España desde el inicio de la pandemia.
La incidencia en mayores de 60 años se sitúa en 841,27 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días frente a los 755 del pasado viernes. La incidencia acumulada a siete días se sitúa en los 468,37 casos por cada 100.000 habitantes.
La Comunidad de Madrid y La Rioja son las comunidades autónomas que registran una mayor incidencia acumulada, de 1.450 y 1.371, respectivamente. Le siguen Extremadura con 1.129 y Canarias con 1.131 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días.
El Ministerio de Sanidad registra también un 7,79% de las camas ocupadas en hospitales por casos de Covid-19 y un 4,93% de casos en la UCI.*
Los
datos de Madrid y La Rioja son más que preocupantes, sin que —al parecer—
preocupen a nadie. En algún medio se habla incluso de este momento como de
"pospandemia", lo que no deja de ser sorprendente, por un lado, e
ilustrativo, por otro.
Mientras
sean los políticos los que traduzcan la realidad a "semáforos",
mientras se consideren los datos de contagio, muertes, etc. como arma
arrojadiza, cuando cada comunidad, con su correspondiente gobierno del color
que sea, será difícil frenar los hechos, aunque se frenen los datos. El mayor
interés es evitar que estos salten a las primeras páginas, mientras que se
trata de enviarlos lo más lejos posible de los grandes titulares. ¿Cómo se
puede hablar de "pospandemia"?
Esta
forma de tratar los hechos contribuye al aumento de los contagios porque
camufla la realidad, por no decir que la falsifica. Ya algunos expertos, pocos,
son requeridos para que nos digan qué hacer. Ellos, con distintos tonos, nos
dicen que lo de siempre: lugares abiertos, distancia e higiene. Mascarillas
allí donde no sea posible mantener distancias ni ventilación. Se nos habla de que
los que no tengan la tercera dosis, que se la pongan, cuando ya estamos
—incluso la ministra Darias— pendientes de cuándo será la cuarta en el otoño.
La
información se da por separado para tratar de evitar que conectemos los números
que nos ofrezcan la figura final de una pandemia que no se ha ido y que no se
irá de esta forma. Una vez comprobado que las reinfecciones son posibles, que
hay personas que se han contagiado varias veces; que los asintomáticos
contagian tanto como las personas con síntomas, etc. la estrategia de
considerar que el peligro no está en el virus, sino en la capacidad
hospitalaria, las posibilidades de acabar con él se reducen a cero porque se
sigue transmitiendo.
"No
lo entiendo", me decían hace unos días, "me he hecho tres test que han dado
negativos, pero he perdido el sentido del olfato y del gusto". Como es
persona sensata decidió fiarse de la naturaleza antes que del test, por lo que
va con la mascarilla a todas partes. Sabe que puede contagiar. No sabe dónde lo ha cogido, pero sí es consciente de dónde lo puede soltar.
Los que
se contagiaron antes piensan que todo es pasado. Tengo una amiga que presenta
una intensa vida social en las redes. La próxima vez que me diga que "no
se explica cómo se contagió", le diré "mira tus fotos y recuerdos en
Facebook y lo entenderás". No es un caso único. La gente olvida pronto lo
que no le gusta y se deja tentar por lo que le gusta. Luego, todo es mala
suerte.
En
Datos de RTVE.es se nos da el siguiente resumen de la situación:
- La presión
asistencial en los hospitales por pacientes con COVID-19 sigue aumentando.
La ocupación ha crecido casi un punto en la última semana y este viernes roza
el 5%, umbral que marca el cambio de nivel de circulación controlada a
riesgo bajo, según los umbrales de Sanidad. El riesgo ya es bajo en
seis comunidades autónomas -Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León,
Madrid, País Vasco y La Rioja-, mientras que Cataluña y Melilla están en
riesgo medio, al superar el 10%.
- La incidencia
acumulada en los mayores de 60 años sube 86 puntos respecto
al último informe y 188 en una semana. Ahora es de 841 casos por
cada 100.000 habitantes y continúa en riesgo medio, según el
semáforo de Sanidad. Por regiones, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha,
Extremadura, Madrid y La rioja superan los 1.000 casos. De entre la
población con más de 60 años, los mayores de 80 años son los que
presentan una incidencia más alta, por encima de los 1.000 casos.
- En la
última semana, se han contabilizado 120.404 contagios y 302
muertes. Desde que comenzó la pandemia se han comunicado más de
12,7 millones de casos y 107.906 decesos.
- La campaña de vacunación avanza lentamente. 25 millones de personas, el 53,5% de la población española, tienen ya la dosis de refuerzo, según el último informe publicado por Sanidad.**
Hay
muchos intereses, sobre todo económicos y políticos, en ignorar los efectos
reales del coronavirus. Tras el fracaso práctico de la idea, aplaudida por
Boris Johnson, de la "inmunidad de rebaño", lo único que nos salva de
desastres mayores es que somos uno de los países con mejores cifras de
vacunación. En esto la población ha sido coherente, aunque se haya vacunado
para poder irse después de marcha, como confesaban algunos jóvenes entrevistados.
También han funcionado los maltratados servicios sanitarios que hacen lo que
pueden con los que son y con lo que tienen. El consejero madrileño de Sanidad
comentaba ayer ante las cámara y como respuesta a las demandas del sector, que
"no había falta de personal", una respuesta que puede ser considerada
casi "esclavista", pues se basa en los sacrificios de personas que
están al límite desde hace mucho tiempo. Pero esa es la mentalidad de los
responsables de la comunidad madrileña.
Muchos
no se han dado cuenta que esto no es algo individual ni del azar; que es global
y fruto de las políticas que tratan de evitar que pensemos en las
consecuencias. No se trata de limitar la vida, sino de tomar la precauciones
mínimas que vemos que no se toman, que, por el contrario, se presiona para que
se olviden porque perjudican a los negocios del turismo, el ocio y la
hostelería, motores del empleo y la economía. Este es nuestro problema, como
hemos señalado muchas veces, nuestra economía se basa en el movimiento y en la
concentración. Entre la seguridad y la economía se apostó por concentrarlo todo
en la vacuna —lo que nos ha salvado de desastres mayores— pero nos condena a
unas olas tras otras pues las vacunas, como se dice con la boca pequeña no
evita que nos contagiemos sino que las consecuencias sean más graves. Y esto
funcionará mientras no llegue una variante contra la que las vacunas tengan
poco efecto.
Hay que
reducir los contagios, que son el centro de todo lo demás. No mirando solo cómo
de ocupadas están las unidades hospitalarias para entonces tomar medidas. Se ha
decidido normalizar la enfermedad
antes que normalizar las medidas
contra ella. Los juegos de palabras ("gripalización", "nueva
normalidad", "inmunidad de rebaño", etc.) esconden la realidad más que ayudarnos a comprenderla.
Son muchas las personas que celebran que tras el verano todo vuelva a la "normalidad". Es el síntoma más peligroso del estado en que vivimos, ya que implica la ignorancia de la situación real, es "séptima ola" de la que hablan unos y otros temen hacerlo. Lo que es peligroso es usar términos como "pospandemia", ya que lanzan a la gente a la calle. La presión mediática para sacarnos a todos a las calles, a consumir y a "recuperar" el tiempo perdido son movimientos publicitarios para recuperar sectores. Pero el riesgo de sembrar estos mensajes es alto. Ya sea de forma directa o de forma subliminal, lo cierto es que se incita a olvidarnos de todo. Las consecuencias son previsibles. De nuevo son los jóvenes —más vida social— los más afectados y lo que se coja en verano se llevará a las aulas con el consiguiente efecto multiplicador. Y así una y otra vez. Mala suerte para los que se queden por el camino.
Las
medidas preventivas siguen siendo las mismas que al inicio para evitar el
contagio. Pero se nos dice que contagiarnos no debe impedirnos ir a trabajar,
hacer vida social, viajar, etc. Las cifras y las olas seguirán agitando nuestro
espacio, aunque miremos para otro lado o las llamemos de otra forma. ¡Tozuda
realidad!
* "Sanidad notifica un aumento de la incidencia acumulada de Covid-19 hasta los 841 casos" Antena 3 28/06/2022 https://www.antena3.com/noticias/salud/sanidad-notifica-aumento-incidencia-acumulada-covid19-841-casos_2022062862bb192af6f84d0001d57346.html
** "Coronavirus en España: la presión hospitalaria roza el 5% y la incidencia supera los 800 casos" RTVE.es https://www.rtve.es/noticias/20220628/mapa-del-coronavirus-espana/2004681.shtml
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