lunes, 20 de junio de 2022

Los números andaluces

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Si los números son los números, las interpretaciones de los números electorales son una interesante especialidad más cercana al test de Rorschard —¿qué ve usted aquí?— que a cualquier otro campo. La hermenéutica de la primera noche es todo un género literario entre la fantasía, el terror y la ciencia ficción, todos géneros habitualmente alejados de la realidad y propicios al exceso imaginativo.
La falta de sentido de la realidad, la prolongación de las líneas electorales en las que se vuelve a hablar de futuros para los que se han quedado sin el único presente, el del poder, crea un extraño ambiente en el que hay que dar la cara ante los electores a los que se les prometió futuro y ven cómo este se diluye al llegar las primeras horas de esa terrible noche en la que unos celebran con fundamento, otros su poquito mejorado, otros no haber perdido demasiado y algunos haberse quedado en la nada. Cada uno tiene que salir a dar la cara, agradecer el apoyo lo que haya dado de sí, y mantener la esperanza en que llegarán tiempos mejores.
El discurso más fácil es el del que gana. Solo sonrisas, agradecimientos y prometer no defraudar. Los demás discursos tienen que buscar su motivo, una justificación y hasta una satisfacción.


De todo lo escuchado en Andalucía, lo más curioso desde el punto de vista justificativo ha sido el discurso de Adelante Andalucía por boca de Teresa Rodríguez, que ha obtenido solo dos escaños en el nuevo parlamento autónomo. RTVE.es recoge sus palabras dentro de una información dedicada a lo que se ha dado en llamar "la izquierda del PSOE":

Mientras, Adelante Andalucía ha mostrado su satisfacción por haber logrado representación en el Parlamento andaluz y porque la comunidad ha conseguido "pinchar el globo" de Vox, partido que ha considerado "ha pegado un Macarenazo en la frente".

Rodríguez ha dicho que es un "espacio andalucista de la nueva izquierda que quiere que esta tierra sea también soberana y tener voz propia" y que ellos son "la única fuerza con representación parlamentaria cuyos escaños van a dedicarse a la defensa al 100 % de los intereses de esta tierra".

Con respecto al resultado electoral, con dos escaños para su partido en el Parlamento, Rodríguez ha asegurado que cada uno de esos diputados "va a tener las manos libres para defender los intereses de los andaluces". "Ya no tienen motivos para temer el crecimiento de la extrema derecha", ha afirmado.

Asimismo, ha apuntado que su partido para estas elecciones tenía "dos objetivos": "Enfrentar a la extrema derecha en Andalucía y hacer un espacio andalucista del siglo XXI en la comunidad, pero con humildad".*



Es difícil encontrar un discurso más falto de realidad y aquejado de los males habituales en la política española. Los intentos de desviar la responsabilidad en el fracaso —no se puede llamar de otra manera— alcanza el patetismo en la afirmación de "ser los únicos" que van a trabajar "en la defensa al 100% de los intereses  por la tierra". Es una especie de canto heroico al desastre  electoral, un reconocimiento glorioso como "únicos" y un rechazo de todos los demás. Se trata de reducir a la nada a los millones de votantes que no han votado por la opción, alejándose de lo más necesario en política, el realismo que permite detectar problemas reales y encontrar soluciones reales.
Teresa Rodríguez desvía el fracaso propio al ajeno, que convierte en derrota. Su gran objetivo no era ganar, sino "frenar" a Vox dentro de un proceso que se nos escapa al común de los mortales. ¿Es tan complicado y difícil decir: "Señoras y señores, nos hemos equivocado y lo hemos hecho mal"? No hay que confundir el idealismo con la tozudez de la irrealidad.
Mucho me temo que las nuevas generaciones políticas se dividen unos por el pragmatismo más absoluto y, por otro lado, por una falta de sentido de la realidad que lleva al dogmatismo peligroso, a la "cruzada" definitiva y a los socorridos tópicos que funcionan en las campañas, pero no resuelven nada en la realidad.
El sistema político español nos obliga a estar todos los días con campaña política en algún sitio, lo que no es bueno porque nos ha acostumbrado a estar todo el día prometiendo y atendiendo poco a la realidad de los problemas, que son los que condicionan nuestras vidas, el día a día, y necesitan ser resueltos. Con cada nueva elección parcial surgen de nuevo las preguntas de siempre: ¿afectará esto al conjunto nacional en lo también llamado "cambio de ciclo"?  Con preguntas como estas, políticos y medios se vuelven a devanar los sesos. Y vuelta a empezar.
 


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