Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En español coloquial, "quitarse la máscara" significa mostrar las verdaderas intenciones, que dejan de estar ocultas. Es lo que acaba de hacer sanidad con la aprobación del nuevo "semáforo COVID" que ya mencionamos hace unos días y que, tras ser retirado por la oposición de ciertas Comunidades, ha sido aprobado hoy mismo por nuestro Ministerio de Sanidad, el Ministerio de la sonriente Carolina Darias, la mujer que anunció la "vuelta de la sonrisa".
Con
esta aprobación queda claro qué es lo importante: el único valor que determina
las acciones es el nivel de ocupación hospitalaria. Según este argumento, como
estamos vacunados, enfermar es mucho más leve, no te mueres y no necesitas UCI.
Esto está muy bien... a menos que te mueras y necesites UCI. En este hipotético
caso, mientras haya hueco...
¿Cuál
es la finalidad? Evidentemente no tocar las restricciones, aunque se nos diga,
por parte de la ministra que el uso de la mascarilla sigue siendo obligatorio
en interiores. No hay sonrisa interior. El problema es que cuando se pone un
límite, se salta hasta el siguiente nivel. Si dejas de llevar la mascarilla
fuera, un porcentaje dejará de usarla dentro. Es la norma de incumplimiento del
siguiente nivel.
Nos explican en RTVE.es:
"El cambio fundamental es que la incidencia tiene menos peso", ha explicado la secretaria de estado de Sanidad, Silvia Calzón, puesto que el aumento de casos ya no se traduce en un aumento de la presión hospitalaria, gracias a la vacunación. De este modo, el porcentaje de camas ocupadas en hospitales y unidades de cuidados intensivos por pacientes COVID será más relevante a la hora de definir el riesgo, según el documento aprobado por los técnicos de Sanidad y las comunidades autónomas. Asimismo, se incluirá una tasa que recoja la proporción de población hospitalizada.*
¿Lo que está "enfermo", entonces, es el sistema sanitario? ¿Su "gravedad" es la que hay que aliviar y no la de las personas? ¿En qué queda entonces aquello de que los que no se vacunan ocupan unos porcentajes elevados de las UCI?
Nuestra ministra optimista, Carolina Darias señala: " La ministra Darias ha enfatizado la importancia de continuar con la estrategia de "vacunar, vacunar y vacunar". "La clave está en seguir vacunando sin parar, vacunando a aquellos que no lo han hecho todavía y seguir con las dosis de refuerzo", ha dicho." Sin embargo, la realidad es que el estancamiento de las vacunaciones en el 79% y unas décimas lleva mucho tiempo. Eso quiere decir que los antivacunas, como comentábamos aquí ayer, se han encastillado en ese 20% que va a ser muy difícil de reconquistar, pese al empeño de la ministra Darias.
Que sea la ocupación hospitalaria la que determine las medidas que hay que tomar es una aberración. Las medidas que hay que tomar son las que evitan los contagios, no dejar de tomar medidas mientras se pueda uno ocupar de los contagiados. Es una claudicación ante la economía y, por supuesto, ante los antivacunas.
¿En qué quedó aquello de la "inmunidad de rebaño"? Parece que el COVID-19 funciona de otro modo, quizá porque está tan extendido que ya no funcionan precisamente como "inmunidad" sino como variedad continuada en el tiempo gracias, entre otras cosas, a esos grupos irreductibles (los antivacunas, cada vez más violentos y organizados) y otras circunstancias como es el grado de mutabilidad del virus.
Finalmente es el aspecto económico el que se busca favorecer habida cuenta de que la distancia social es improductiva. Juntos producimos; separados, no gastamos. Esa es la verdad sobre la que se cimentan todas estas idas y venidas que hoy quedan clarificadas con esta retirada de las máscaras.
Las reticencias de algunos se han vencido precisamente por la negociación de las medidas. Primero se aprueban los niveles; en una segunda tacada y a manos de las propias Autonomías, es decir, en función de sus economías y las temporadas que haya que salvar, se ajustarán las restricciones. Lo que ha hecho Sanidad es ampliar los márgenes para diluir el central, que es la incidencia. Es el dato, qué casualidad, que se sigue disparando cada día, hasta 132 hoy mismo. Hace unas semanas, la ministra sonreía, porque estábamos en 40. ¡Parece que fue ayer!
Mientras los titulares de la prensa lanzan la advertencia de la OMS de que este invierno puede haber del orden de 700.000 muertos por COVID solo en Europa —muertos, no en las UCI— , en España nuestro ministerio y asociados, juegan con los semáforos y las restricciones en un mundo irreal, cortoplacista y arriesgado. ¿Sigue creyendo el gobierno que el eliminar restricciones o subirlas a niveles más altos porque los "enfermos ya no van a las UCI"? ¿Va a forzar a los que no se quieren vacunar? ¿Quiere un espectáculo como el que vemos en las calles italiana, alemanas o francesas?
Vamos en la dirección contraria a lo que pasa y hacen en Europa. A este ritmo, van a tener que cambiar el semáforo muchas veces.
Cuídese usted, porque está claro que los demás no van a hacerlo. Nadie quiere ser impopular. Mientras nos preguntemos "¿qué nos dejan hacer?", nuestra principal preocupación, y no "¿qué debemos hacer?", no habrá solución fácil.
* "Sanidad revisa el 'semáforo' COVID y los niveles de riesgo pero sin incluir restricciones" RTVE.es 23/11/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211123/sanidad-estudia-cerrar-interior-hosteleria-2300-riesgo-medio-presion-hospitalaria/2233002.shtml
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.