Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Cada
vez que Marruecos da una explicación es peor. Cada vez que uno de sus ministros
toma la palabra podemos comprobar cuál es la auténtica dimensión de esta
crisis, cuyo origen está en la misma naturaleza de su sentido del poder, es
decir, el desprecio profundo hacia su propio pueblo y el uso de su miseria como
herramienta política.
Si
Marruecos hubiera utilizado un mecanismo diplomático "normalizado"
para protestar ante España por la inclusión en un hospital del líder del Frente
Polisario, se podría entender. Hay una situación complicada desde hace meses
entre Marruecos y el pueblo saharaui, una situación envenenada desde que Donald
Trump se metió por medio reconociendo la soberanía de Marruecos sobre el
Sahara, algo que hizo sin contar con las resoluciones internacionales, como era
habitual en él. Lo hizo para pagar los apoyos al traslado de las embajadas de
la capital Tel Aviv a Jerusalén, un asunte delicado que fue derivando hacia lo
que hemos ido viviendo estos días en Gaza.
Marruecos
ha seguido una línea de envalentonamiento en sus acciones y respuestas que,
hace días se nos explicaba en los medios, su disposición a albergar bases
norteamericanas. La moneda de cambio esta vez son la bases, pero la intención
es claramente asegurarse que bajo la sombra norteamericana van a poder hacer lo
que quieran, especialmente asegurarse el poder.
Pero lo
que el gobierno de Marruecos está mostrando es un desprecio hacia su pueblo y,
especialmente, una crisis social y económica que trata de redirigir hacia
España. Abriendo las puertas de la frontera, lo que Marruecos muestra con
claridad es que la gente se quiere ir. Jugar con esto es muy peligroso.
Mientras los que estaban acampados en los montes cercanos no eran de Marruecos,
se podía establecer una diferencia, por muy aparente que fuera. Pero ahora son
los marroquíes los que quieren irse de un país sin futuro para su juventud.
Mucho me temo que esto pueda ser un error que, cuando sean plenamente
conscientes de los posibles efectos en cadena que se puedan ir acumulando.
Recogidas
por RTVE.es, las declaraciones del gobierno de Marruecos muestran un grado de
cinismo realmente notable, pero —sobre todo— una forma de hacer política que es
difícil de entender hoy en sus relaciones con un país fronterizo:
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí,
Naser Bourita, ha reprochado a España el ser responsable de "crear"
la crisis abierta por la presencia en España del líder del Frente Polisario,
Brahim Ghali, para luego querer que la asuma Europa.
"España no consultó a Europa antes de
tomar decisiones que afectan a los intereses de Marruecos. España no consultó a
Europa antes de incumplir los criterios Schengen para aceptar la entrada
fraudulenta de una persona buscada por la justicia española. España ha creado
una crisis y quiere ahora que la asuma Europa", ha afirmado Bourita en una
entrevista concedida el domingo a la emisora francesa Europa1.
Ghali se encuentra actualmente ingresado en
un hospital de Logroño y está citado por el juez de la Audiencia Nacional Santiago
Pedraz el 1 de junio para declarar en relación a varias querellas contra él.
Bourita se ha referido a Ghali para
"contextualizar" la crisis entre Marruecos y España: "Hay un
contexto de crisis bilateral entre Marruecos y España (...), una crisis que
nada tiene que ver con Europa, una crisis que fue creada por una decisión
nacional de España sin consultar a sus socios europeos".
El titular de Exteriores marroquí cree así
que "hay un intento de desviar el debate, de centrarse en una cuestión
migratoria mientras que el fondo de la crisis es un acto de injusticia de
España hacia Marruecos, hacia su gente y hacia sus intereses
estratégicos".
En cuanto a la situación meramente migratoria, Bourita ha pedido "alejarse de los discursos emotivos". "La primera verdad es que Marruecos no está obligado, no tiene vocación u obligación de proteger fronteras que no sean las suyas. Marruecos no es ni el gendarme, ni el conserje de Europa para proteger las fronteras que no son las suyas", ha afirmado.*
Si el
gobierno español ha pecado de algo ha sido de ingenuidad al pensar que
Marruecos no iba a hacer algo en cuanto que salió a la luz la tontería del
"enfermo camuflado". Pero el problema de España con Europa —si es que
lo hay— no tiene nada que ver con el mucho más grave creado en la frontera al
abrir los policías marroquíes la frontera dando paso a la gente para que
saliera hacia otro país. No hay "desvió de la atención" hacia la
cuestión migratoria; es sencillamente que al gobierno de Marruecos no le
importan los emigrantes, es decir, su propio pueblo al que lanza a la muerte
ahogados o si se hubiera producido algún tipo de reacción defensiva más allá de
las tomadas, es decir, si se hubiera tomado el "salto" como "asalto".
¿Era eso lo que buscaba el gobierno marroquí? Probablemente, pues habría creado
una situación imprevisible en sus consecuencias, que él probablemente se habría
mostrado como el único que podría pararla.
La
sorprendente idea, expuesta en el texto anterior como "primera
verdad", sobre que Marruecos "no está obligado, no tiene vocación u
obligación de proteger fronteras que no sean las suyas" trata de soslayar
que quien abre las fronteras (las suyas) es la Policía marroquí y que quienes
se pasan al otro lado son marroquíes y subsaharianos desde dentro de sus propio
espacio. ¿Tampoco le compete lo que ocurra con sus ciudadanos? Evidentemente —y
este es nuestro argumento desde que comenzó la crisis— lo que se produce es un
desprecio absoluto por sus propios ciudadanos, más allá del desprecio por las
fronteras o la soberanía española, algo con lo que Marruecos siempre ha jugado
y lo seguirá haciendo porque le funciona.
Por
parte del gobierno español, no se puede ser más torpe. Es cierto. Pero eso es
cosa nuestra, como lo es resolver esa crisis, no en los términos que le
interesan a Marruecos, sino en los que nos interesan a nosotros, tratando de
evitar lo que el gobierno marroquí busca: un incidente de sangre o una situación de extrema tensión.
Es
interesante cómo se habla de "alejarse de los discursos emotivos",
porque revela que se produce un efecto inesperado: Marruecos no esperaba que los
acontecimientos "emotivos" despertaran una corriente de solidaridad
por parte de muchos ciudadanos españoles ante lo que han visto estos días.
Probablemente esperaba justo lo contrario, poder mostrar imágenes de cruentas
cacerías de inmigrantes y sangre, una sangre que se vuelve contra ellos con los
ahogados. ¿Son esos los discursos "emotivos" que hay que evitar según
el ministro marroquí? Las imágenes del abrazo de la cooperante de Cruz Roja o
del bebé rescatado por el guardia civil han hecho daño al gobierno de Marruecos y le hacen llevar su estrategia hacia otros puntos, los que quieren
convertir a España en enemigo de Marruecos, sembrando ira. Sin embargo, la ira
que se percibe es contra su propio gobierno, que ha quedado en evidencia en
cuanto al desprecio por las vidas de sus "súbditos".
Esto no se ha quedado aquí, sino que esas imágenes impactantes, las emotivas, han tenido efectos en diversos países en los que han sumado las de los policías abriendo las verjas y las de los bebés, niños y adolescentes lanzándose desesperados al mar o por encima de una valla, jugándose la vida. No es de extrañar que molesten estas imágenes y estas lecturas al gobierno de Marruecos.
Los intentos de Marruecos de desligarse de una crisis con la Unión Europea, por un lado, y de los efectos de los "discursos emotivos" por otro, no funcionan porque tú no les dices a los otros cómo deben interpretar tus acciones, aunque lo intentes. Las amenazas son y serán una constante pero eso le hace quedar en evidencia ante Europa que ha quedado estupefacta ante el descaro de sus acciones y lo que ha producido.
Marruecos ha quedado en un nivel de política primaria y dictatorial, desfasada para los tiempos que corren en un país que tiene unas intensas relaciones con la Unión Europea. Creen que los lazos con Estados Unidos o las compras de material (sobre todo militar) es suficiente para poder tener manos libres. Medios extranjeros hablan de "blackmail", de chantaje, directamente en sus titulares.
Ha
intentado otra jugada, la de dar voz a algunos empresarios españoles en
Marruecos, que han salido a los medios. Tampoco ese es un buen camino, pero lo
intentan. Hacer negocios en Marruecos conlleva muchas servidumbres y amistades
necesarias. Veremos cómo evoluciona esto.
¿Cuánta
desesperación hay que tener para lanzarse al agua con un bebé de un par de
meses, cuánta? Indudablemente, mucha. La gran pregunta es cuántos más hay así, desesperados, y
cuánto tiempo van a poder ignorarlos los presuntuosos y acomodados miembros del gobierno de Marruecos. ¿Irán durante mucho tiempo en dirección a la frontera o decidirán un día otro camino?
* "Marruecos acusa a España de "crear" la crisis y querer ahora que la asuma Europa" RTVE.es / Agencias 25/05/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210524/marruecos-acusa-espana-crear-crisis-migratoria-querer-asuma-europa/2092629.shtml
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