Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No sé
si en otros países está ocurriendo lo mismo que aquí, pero ya nos perdemos con
lo de las vacunas. Este baile combinatorio en función de la oferta y la
demanda, de la comunidad que te toque, de lo que haya disponible, de cuántos
años tienes... está empezando a resultar cargante. No sé, además, si es cosa de
los medios, de los políticos o de los expertos —de los que existen y de los que
nunca existieron—. A los ciudadanos solo les queda arrimar el hombro —nunca
mejor dicho— y poner pocas trabas, que la administración ya se las pone sola. Es una especie de "pinto, pinto" a ver cuál te toca, levantar el vaso a ver qué vacuna es la que hay. Tu destino ha sido ya sorteado en mano de Comunidades, fabricantes, políticos. Tú pones el hombro y que sea lo que Dios quiera. Menos mal, nos dicen, que las probabilidades de que algo vaya mal son muy pocas y los españoles estamos deseando que nos pinchen y dejen de aburrirnos con tanta historia.
Si algo
está demostrando la pandemia, desgraciadamente, son las limitaciones del modelo
autonómico, no por él mismo, sino por el estilo de política que se practica en
él. La ventaja política que tiene es que siempre tienes un responsable, un
culpable al que dirigir el dedo acusador. Ya hemos hablado de esto en ocasiones
porque con las dificultades aumenta esta necesidad acusadora. En vez de
establecer una colaboración para hacerlo todo más eficaz y fluido, se empeñan
en lo contrario, que es la forma más barata y pedestre de hacer política (por
llamarlo de alguna manera).
Con las
vacunas nos están mareando de nuevo. Sé que no es sencillo, pero este mareo
cada vez que se reúnen sobre qué le toca a cada uno, cuándo, cómo, dónde... es
difícil de soportar para cualquier mente medianamente ordenada. ¡Menos mal que
no tienen que ponerse de acuerdo en qué hombro se pincha!, por que las
variables aumentarían, por ejemplo: primera dosis de AstraZeneca en el hombro
derecho y ¿segunda de Pfizer en el hombro izquierdo o se puede repetir?
En esta
ceremonia de la confusión los últimos en aparecer en este escenario son los
expertos en Bioética, como nos indicaban ayer en este titular de RTVE.es: "Bioética
avala el consentimiento para que los menores de 60 años repitan con AstraZeneca
de manera voluntaria". El titular en sí ya es un tanto extraño y viene
decir que usted, por su cuenta y riesgo, puede solicitar voluntariamente que le
pongan la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca, que queda así más
estigmatizada, pues es como si le hicieran firmar a usted un documento
excluyendo de responsabilidad al que le pincha.
El
interior del texto es un poco más inquietante si cabe:
El Comité de Bioética de España (CBE)
considera "ética y legalmente recomendable" que los menores de 60
años que hayan recibido una primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y
rechacen completar la pauta con Pfizer "firmen un protocolo de
consentimiento informado específico" con su decisión.
Así lo ha expuesto el organismo en respuesta
a la consulta que le remitió el Ministerio de Sanidad para conocer su opinión
sobre si es correcto, desde el punto de vista ético, completar la pauta a estos
pacientes con el suero anglosueco y, en ese caso, si debía ser bajo
consentimiento informado.
De esta manera, los menores de 60 años que
han recibido una primera dosis de AstraZeneca y no quieran la segunda de Pfizer
deberán firmar un consentimiento informado en el que muestren su rechazo a
recibir una vacuna distinta y su petición expresa de repetir con la misma, manifestando
conocer los riesgos de ello.*
Las
dudas ahora son entre a) elegir repetir AstraZeneca y b) elegir vacunarse con
una segunda dosis de Pfizer. Teniendo en cuenta que hay dudas sobre AstraZeneca
y que hay dudas sobre mezclar las vacunas, lo que dice el Comité de Ética es
que se le diga a cada unos los riesgos, que ellos elijan y, sobre todo, que lo
dejen por escrito, por si hubiera lugar a demandas posteriores. Si sabes a lo
que te arriesgas y te arriesgas, pues es cosa tuya, luego no vengas con quejas
(o tus familiares en tu ausencia).
El
Comité de Bioética no es experto en vacunas ni avala ninguna. Lo que dice es
que sepas a qué te arriesgas, que te informen, que elijas lo que te ponen y
apenques con ello, que la decisión es tuya y no de otros. Es obvio que si todo funcionara
bien esto no tendría ningún sentido.
Leemos
en la misma fuente:
El paciente deberá expresar por escrito esta
negativa: "Como usted ha expresado su rechazo a vacunarse con Comirnaty,
de Pfizer/BioNTech, en la segunda dosis, y para evitar los riesgos que para su
salud y la salud de la colectividad tendría no completar las dos dosis de
vacuna que están pautadas, y conforme a lo que dispone el artículo 2 de la Ley
41/2002, cuyo apartado 4 establece que la negativa al tratamiento por el
paciente o usuario constará por escrito".
Además de ese rechazo a recibir un fármaco
distinto al de AstraZeneca, el paciente deberá expresar su "petición de
ser vacunado con una segunda dosis de Vaxzevria", manifestando, además,
"ser conocedor del infrecuente riesgo de desarrollar un síndrome de trombosis
con trombocitopenia".*
Así
estamos. Esto de la Bioética está muy bien, pero el fondo de todo esto es
evitar demandas, como creo que queda claro en el texto anterior. Debo reconocer
que me fascina esa fórmula exculpatoria final, "ser conocedor del
infrecuente riesgo de desarrollar un síndrome de trombosis con trombocitopenia",
toda una construcción ético-retórico-médico-jurídica digna de premio. No
significa que lo conoces, sino que simplemente lo firmas y ¡allá tú! Pero lo la
"Bioética avala..." da mucho juego propagandístico y la gente lo
interpreta quedándose más tranquila. En realidad, no reduce ningún riesgo, sino
que busca que tú sepas que lo hay. Simplemente.
Para la
OMS y los organismos europeos de la salud la cuestión se resuelve en una
fórmula también extraña y más filosófica: "los beneficios son superiores a
las desventajas". Los beneficios son generales; las desventajas,
particulares. Es decir: se salvan muchos y mueren algunos. Es cuestión de
proporción. No hay mucha "bioética" si te toca a ti quedarte por el
camino, una lotería imprevisible a la que se somete todo aquel al que se
vacuna. Proporcionalmente, son menores los riesgos de morirse por la vacuna a
morirse por estar sin vacunar. Los primeros son poquitos (aunque al que le
toca, le toca), los segundos son ya unos cuantos millones repartidos por todo
el mundo.
Los
antivacunas son unos necios, sencillamente. Ser alérgico, por decirlo así, es
otra cosa muy diferente: tú no eliges morirte por principios, sino que es tu propia naturaleza, tu biología, la
que lo hace creándose un conflicto en tu organismo. Nada personal.
Primero
nos quejábamos porque no llegaban las vacunas, ¡qué lenta la ciencia! Luego nos
quejamos porque hay demasiadas y no llegan, ¡qué lentas las fábricas! Ya nos
avisan que está llegando una gripe que, no contenta con los pollos, se dedica a
dar saltos a los humanos y los humanos, a su vez, damos saltos por todo el
planeta, ya sea por turismo o por trabajo.
El
mundo se complica, sí. Por eso es fundamental tener sistemas de respuesta en
vez de peleas de corralas de vecinos, como las que tenemos por estos lares. Hay
que entender que este proceso es el futuro que nos ha tocado, que todo esto ha
llegado a un límite sobre el planeta que provoca cambios, estrés por las nuevas
condiciones. Uno puede entender los problemas de ciertos países donde vivir es
complicado, precario; pero no puedo entender que en los países ricos, en los
avanzados, se pierda el tiempo y energías discutiendo tonterías, debatiendo estupideces.
Está
claro que hay que reforzar el sistema de investigación para tener nuestras
vacunas, que se debe reforzar el sistema de alertas y vigilancia, que hay que
redimensionar el sistema nacional de salud y, sobre todo, que hay que
transmitir en estas cuestiones lo que no se hace, una sensación de confianza y
seguridad creíble y no este mareo permanente.
*
"Bioética avala el consentimiento para que los menores de 60 años repitan
con AstraZeneca de manera voluntaria" RTVE.es/Agencias
https://www.rtve.es/noticias/20210521/bioetica-avala-repetir-astrazeneca/2091887.shtml
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