domingo, 23 de mayo de 2021

Entre acosos y bulos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



El rastreo de los bulos en las redes sociales es bastante instructivo, pero sobre todo necesario. La red ya no es información sino espacio en el que se vive vicariamente, por lo que el ambiente enrarecido acaba extendiéndose envenenando al conjunto. Es el principio de la distorsión, de la reinterpretación manipulante que te lleva hacia puntos de convergencia, donde el bulo se convierte en realidad aceptada.

RTVE está haciendo una interesante labor a través del "VerificaRTVE", un grupo de análisis para detectar los bulos circulantes y verificar las informaciones correctas. Los ciudadanos pueden realizar consultas sobre aquello que les levante sospechas por medio de sms dirigidos a sus teléfonos. Investigarán sobre los casos que les propongan, sobre las noticias poco fiables.

La red se ha convertido en algo complicado. Lo es porque no es solo información, sino espacio de vida. No es cuestión de informarse en ella, sino de vivir en ella y es a través de esta vida como se absorben los bulos y se reciben las amenazas. La tecnología permite, además, que se tenga una capacidad mucho mayor de influir sobre el conjunto.



La creación de confusión nunca tuvo armas tan poderosas como tiene ahora. El crecimiento de la red es su propio poder, es en el alcance en donde reside el gran poder que la convierte en el arma más poderosa hoy.

Con el titular "El abrazo de Luna: analizamos qué hay detrás de un discurso de odio nada casual", VerificaRTVE hace un cuidadoso repaso para diseccionar lo ocurrido en la crisis en Ceuta y cuyo centro quedó en la imagen que se convirtió en el punto de conflicto, la de la voluntaria de la Cruz Roja abrazando al inmigrante en plena crisis emocional. En el artículo se nos muestran las frecuencias de los ataques a Luna, la voluntaria, en las redes sociales rastreables:

 

Las mañanas del 19 y el 20 de mayo son las de mayor actividad acosadora, como puedes ver en el gráfico anterior. Son momentos en que arrecian los comentarios racistas y misóginos. El pico de odio se produce el 19 de mayo, entre las 10:00 y las 12:00 de la mañana. Hay numerosas acusaciones de montaje.

Los autores de los comentarios negativos son 332 usuarios que frecuentemente usan seudónimo y actúan con patrones de tuiteo no auténticos y rasgos de falsedad. Algunas cumplen los criterios de “cuentas mercenarias” (contratadas), que en el pasado tuitearon igual de insistentemente sobre otros asuntos; otras parecen usuarios zombis o “agentes durmientes”, inactivos hasta que reciben la orden de actuar. Tampoco falta el perfil negacionista y hay cuentas muy politizadas que aprovechan la turbulencia para introducir críticas ideológicas.*

 


Se analizan también a esos "odiadores" identificados como "activos" en este tipo de comportamientos claramente racistas y sexistas. Y, finalmente, nos hablan de las corrientes de simpatía creadas hacia Luna.

Aquí hemos analizado anteriormente cómo en Egipto (no es el único sitio) se crean situaciones parecidas en cuanto que existe alguien que va contra los comportamientos aceptados por los islamistas y especialmente cuando se trata de cuestiones con mujeres, cuando denuncian ataques machistas. Inmediatamente se lanzan contra esas personas campañas perfectamente orquestadas que buscan la expansión social y el efecto de abrumar a esa persona, hacerla desaparecer, movilizar a sus familias y conocidos para silenciarlas y retirarlas de la vista.

Le dedicamos a Luna una entrada del blog el otro día. La situación anímica después de los ataques es difícil de imaginar, pese a los movimientos de apoyo que reaccionaron inmediatamente. Los apoyos no siempre logran cerrar heridas.

La cuestión es que este sistema de redes sociales es difícil de contener en situaciones como esta y otras similares de ciberacoso. De los menores en las escuelas acosados por las redes a las mujeres vejadas por las publicaciones de fotos robadas o tomadas en la calle o casos de tipo racista y sexista como este, un caso que reúne casi todos los componentes para servir de modelo negativo, la red se está convirtiendo en algo peligroso.



El peligro no es solo para las víctimas directas, va más lejos: se está creando un peligroso clima de convivencia que se acepta como "normalidad". Las relaciones sociales quedan marcadas desde la infancia por un modelo perverso de relación. En cualquier momento, sin que tú lo decidas, puedes convertirte en el centro de flujos de odio, desprecio, burla.

Cada vez son más los casos de ciberacoso con diversos tipos que van del suicidio al abandono de las redes sociales.

Todo el sistema que estamos creando colectivamente, diseñado desde la industria tecnológica, se basa en favorecer el máximo número de interacciones. Lo que hagamos después con ellas es muy difícil de controlar. Cada día, nuestras redes, nos ofrecen "personas que quizás conozcan", nos ofrecen "X ha actualizado la información de su página" y otros anzuelos para que nos movamos, nos dan consejos para poder llegar a más.

La base de la red es la sociabilidad, pero no se tiene en cuenta el egoísmo, la lucha de poder ni la maldad humana. Cualquier sistema basado en una simpleza reduccionista está destinado al fracaso. No podemos ni queremos negar los efectos positivos que las tecnologías han puesto en nuestras manos. El problema son "nuestras manos", nosotros mismos.



Cuanto más importante es un sistema de comunicaciones, cuanto más presente está en nuestras vidas, mayor es la tendencia a controlarlo. Pensar cualquier otra cosa es desconocer la realidad humana, capaz de lo mejor y de lo peor. La difamación, la mentira, los bulos interesados han existido siempre, pero nunca tuvieron tanto poder comunicativo en las manos ni tanta capacidad de ocultación o anonimato.

Tener un dispositivo universal de comunicaciones, sin necesidad de tener delante un nombre o una imagen real de que lo usa es una tentación para aquellos que por frustración, maldad o interés desean hacer el mal a alguien.

VerificaRTVE va más lejos e identifica campañas sistemáticas en determinados momentos o cuando aparecen determinados temas en los noticiarios. Son claramente movimientos organizados, con una idea clara del daño que quieren hacer. Son veneno social con objetivos más amplios.



Pero me preocupa el efecto perturbador que tiene en la vida de millones de personas que están creciendo con el temor de ser acosados en cualquier momento porque lo han visto. El gran problema del ciberacoso es la cobardía que se desarrolla por temor a ser víctima si se destaca en la defensa del atacado. No es el caso con Luna porque no estaba circunscrito a un espacio pequeño. Pero en ámbitos reducidos (una escuela, un lugar de trabajo, un barrio o pueblo), los efectos son intimidatorios en extremo. Puede volver la vida cotidiana imposible. Todo se concentra en ese dispositivo, teléfono u ordenador, por el que fluye la vida paralela que se vuelve intransitable. El miedo es a señalarse y ser la próxima víctima.

El crecimiento de las redes se convierte en una presión social  para muchos insoportable. El propósito de esos ataques múltiples contra las personas, muchos desde la misma cuenta, es un auténtico bombardeo sobre las personas. Para aquellos que no se lo esperan es una forma destructiva que puede acabar de manera trágica o dejar marcado para toda una vida. Un artículo sobre el suicido en México, de 2017, ya advertía que había más casos de muertes por el acoso en las redes que fuera de ellas.



No estamos sabiendo educar o, peor, son las redes las que están educando. En las escuelas son otras cosas las que se aprenden. Un anonimato sin responsabilidad es el peor escenario para sacar las crecientes frustraciones que se llevan dentro. 

Los factores de repetición hacen que aquellos que lo padecen puedan convertirse en futuros acosadores. Los datos nos muestran que hay esas cuentas repetidas e intensas desde las que se expande el odio. Muchas serán cuentas de semiprofesionales del odio, al servicio de partidos y grupos cada vez más extremistas. Otras lo serán de auténticos profesionales que han sido puestos a sueldo de esas organizaciones para crear corrientes de odio y descontento. Estas cuentas son intrusivas, persiguen, acosan a los que se arriesgan a identificarse con las víctimas anteriores.



Es cada vez más un arma política, una forma de ganarse la vida o simplemente una forma de sacar lo peor que algunos llevan dentro. Acosos y bulos, desgraciadamente, son armas en ascenso. La impunidad que permiten —hacerlo desde fuera de España, anónimamente, replicado por máquinas, etc.— favorece su expansión y su fuerza. La desinformación está creando una especie de guerra fría en donde todo se canaliza allí donde se concentra la vida, en las redes, y donde es mayor la eficacia y se rentabiliza la inversión.

En muchos países no hay armas para defenderse. Por ello, doble felicitación a VerificaRTVE por algo cada vez más necesario, una medida que nos permita darnos cierta cuenta de las dimensiones del problema. Sería importante que otros medios reprodujeran el sistema porque pronto no habrá recursos como para frenar tanto odio como el que se está generando.

Una sociedad expuestas al acoso y a los bulos —como el del colegio incendiado en Ceuta— es un sociedad peligrosa, convertida en un polvorín. Tenemos muchos ejemplos de lo que este tipo de noticias pueden generan en un momento de tensión. Y los que lo hacen lo saben. En VerificaRTVE dan un consejo final, "piensa antes de compartir". No es mal consejo.

 

Los apoyos a Luna

* VerificaRTVE "El abrazo de Luna: analizamos qué hay detrás de un discurso de odio nada casual" RTVE.es 22/05/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210522/acoso-luna-abrazo-ceuta-analisis-odio-redes-sociales/2092105.shtml

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