Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Entre las imágenes de júbilo y botellones por el fin del estado de alarma y los análisis de por qué Díaz Ayuso ganó en
barrios de izquierda, la terrible noticia de las muertes de alumnas de una
escuela, producida en Afganistán, nos deja desolados ante la barbarie que asola
a aquel país y su incierto futuro.
Hace
unos días tratábamos aquí la preocupación por las mujeres en un país donde su
vida vale muy poco, donde le fanatismo se cubre con mantos piadosos e intenta
convertir sus crímenes en la voluntad de Dios. La oscuridad se cierne inexorable sobre Afganistán sin que nadie sepa cómo remediarlo.
La
última bomba tiene un doble alcance, se trata de una minoría chií existente en la
zona y, especialmente, iba destinada a las niñas asistentes a una escuela. Atacando a una
minoría religiosa, a las que consideran apóstatas, se aseguran la indiferencia
de muchos y el aplauso de otros. Es la forma de hacer ver que los "buenos musulmanes
afganos" no tienen nada que temer y que siguen los mandatos de la fe. Por otro lado, el objetivo son las mujeres en su conjunto. Son dos caras de un atentado, una estrategia usada en otros lugares: unos verán chiíes hazara; otros, mujeres.
RTVE.es,
con material de EFE, nos dice que la bomba se hizo estallar justo en el momento
de la salida de la clase, una clara intención que nos muestra cuál es el
objetivo odiado:
"Nuestros niños no merecen esto. Ningún
niño merece esto. Esto es terrorismo internacional", ha lamentado en
Twitter la reconocida activista afgana Wazhma Frogh.
El atentado se produjo en un área habitada
sobre todo por la minoría chií hazara, objetivo habitual de ataques islamistas,
como el que sucedió el pasado octubre en ese barrio contra otro centro
educativo, que dejó 24 muertos y 57 heridos. En aquella ocasión el estallido se
produjo cuando los guardias de seguridad del centro identificaron a "un
atacante suicida a pie", que detonó los explosivos que portaba al serle
negado el paso.
Hace un año, en ese mismo barrio, también fue
atacada una maternidad en la que murieron 16 personas, entre ellas, según
informaron entonces las autoridades, "dos recién nacidos, madres de recién
nacidos y matronas, a los que dispararon".*
Los
objetivos vinculados con las mujeres, de niñas a madres, son claros. Hay un odio
profundo a la mujer que busca la sumisión ante el terror. Desde que la mujer comienza
a estudiar, desde la escuela misma, se convierte en objetivo de esta visión
retrógrada de las diversas líneas religioso políticas que buscan el retroceso.
Son fórmulas salafistas que han idealizado un pasado al que quieren volver, un violento
regreso al mundo en que vivió el profeta y que determina la relación conflictiva
con el presente. Imitar al profeta es imitar su mundo en todo detalle, una
trayectoria violenta en una imposible máquina del tiempo.
La
mujer es la clave. Sin su sumisión e invisibilidad, sin su silencio, el regreso
al mundo idealizado es imposible. La sumisión que se exige ante Dios, es la
sumisión que se exige ante el varón, que debe tener en todo momento bajo
control a las conflictivas hijas de Eva.
El varón es el Dios de la mujer y ante él debe humillarse y limitarse a las
funciones que le han sido asignadas.
Tener
autonomía económica, estudios, voz propia, capacidad de elección... son
aberraciones que el varón piadoso rechaza como atentados a la autoridad que ha
recibido sobre la mujer.
La
función femenina es traer seres al mundo y atender las necesidades de los
hombres. Si son hombres seguirán la línea paterna; si son mujeres obedecerán y
serán moneda de cambio, vínculo para emparentar con otras familias... Con la
poligamia aceptada, el papel de las mujeres se relativiza y pasa a ser un signo
del poder masculino. En muchos países se ha reducido, pero no significa que
haya dejado de ser un aspecto simbólico relevante. Con la llegada de Mohamed
Morsi y los Hermanos Musulmanes al poder en Egipto, en su escaso año en el
gobierno, se pusieron en marcha mecanismos para favorecer la concesión de créditos
para segundos matrimonios. Cuando fue sacado del poder, para afrontar el
problema de los "matrimonios de verano" —los ricos saudíes acuden a
comprar niñas para casarse durante unos meses— todo lo que se le ocurrió al
nuevo ministro egipcio fue exigir que los compradores, sin había más de 20 años
de edad de diferencia, dejaran una fianza para que los padres fueran
compensados por la devolución de la niña unos meses después. El gobierno
egipcio presume de modernidad, pero estos detalles dicen lo contrario. Los
ataques contra la independencia de las mujeres, su imposición de silencio ha
sido frecuente.
En el
final de la noticia en la CNN norteamericana, el atentando sirve para plantear
la cuestión de las mujeres:
The National Intelligence Council assessed that
the progress made over the last two decades "probably owes more to
external pressure than domestic support, suggesting it would be at risk after
coalition withdrawal, even without Taliban efforts to reverse it."
The two-page report, declassified at the
request of Sen. Jeanne Shaheen, offers a grim assessment as fears mount about
the potential degradation of hard-won women's rights in Afghanistan as US and
NATO forces begin their withdrawal after nearly two decades on the ground.
Biden administration officials have warned that
the Taliban would not achieve international legitimacy by seizing power by
force or by limiting the rights of women.
In a CNN opinion piece published after Biden's
withdrawal announcement, three women members of the Afghan government
negotiating team warned that "if the Taliban does not believe the United
States is firmly committed to a stable and democratic Afghanistan, that could
spell trouble for our future talks."**
En el
primer párrafo se expresa el temor principal: los cambios no han surgido de la
sociedad afgana, sino desde la voluntad exterior de cambiar las cosas. Las
mujeres se han desarrollado en estos años, pero no por deseo de cambio. El
conservadurismo social afgano es muy fuerte y se habrían limitado a no ofrecer
resistencia, a la espera tranquila de saber que en algún momento las fuerzas
exteriores se retirarían y la mujeres quedarían al descubierto, desprotegidas.
Todo volvería a su cauce, la sumisión.
¿En qué
quedaría esa "legitimación internacional" si no respetan las reglas
democráticas y los derechos de las mujeres, como ha advertido la administración
norteamericana actual? En muy poco. Para una mentalidad de este tipo, forjada
en décadas de guerras y el rigorismo religioso, lo que pueda opinar la
comunidad internacional vale de muy poco. Además, habrá países que les apoyen
directa o indirectamente.
Lo de
Afganistán, desgraciadamente, va a más, es cada vez más violento. No es más que
el anticipo de lo que llevamos temiendo mucho tiempo: la reducción drástica del
papel de las mujeres en el país, la anulación absoluta de cualquier libertad de
la que puedan estar disfrutando hasta el momento.
Ahora
son atentados, pero dentro de poco tiempo será reversión de las costumbres,
volver a lo que antes había considerando lo logrado por las mujeres como una
imposición extranjera. Cada vez que haya una disidencia, una resistencia, algún
piadoso brazo ejecutor eliminará el obstáculo mediante atentados selectivos. A
golpe de metralleta o explosivo todo irá volviendo a su lecho. Los silencios
serán cada vez mayores.
He visto la noticia en varios medios de diferentes países árabes. Citan los muertos e incluso se solidarizan con el "pueblo afgano", pero eluden referirse a un ataque a una escuela femenina o a que la mayoría de sus víctimas son niñas.
Esta es la escueta nota ofrecida por el estatal Ahram Online:
Egypt vehemently condemned a terrorist attack
outside a school which left scores of people killed and injured west the Afghan
capital Kabul.
The Foreign Ministry in a statement on Saturday
night offered its deepest condolences to the Afghan government and people and
the families of the victims, wishing speedy recovery for the injured.
The ministry expressed Egypt’s solidarity with
Afghanistan during this painful time, asserting support to the Afghan efforts
to combat all forms of terrorism, violence and extremism.***
La distancia oficial elude cualquier precisión más allá del "atentado" y la "condena". La referencia final a "todas las formas de terrorismo, violencia y extremismo" es para una lectura interna, de su propio terrorismo islamista. La fotografía que acompaña a la noticia no puede marcar más las distancias: el ministerio. La noticia no es lo ocurrido, sino la condena egipcia, su firmeza ante "todo" terrorismo. ¿Cabe mayor distancia?
El
miedo a la mujer es una constante con diferentes grados de respuesta. La mujeres
tunecinas lograron mantener sus logros enfrentándose en el parlamento a los
islamistas que llegaron al poder. Erdogan ha recogido la irritación
internacional al sacar a Turquía del acuerdo internacional contra la violencia
hacia las mujeres; dicen que lo ha hecho para satisfacer las demandas de los
sectores más conservadores de su gobierno. El avance del tradicionalismo,
violento o no, supone un retroceso de las mujeres en sus aspiraciones al
estatus de personas libres, con iguales derechos. Esto, a muchos, les parece
una blasfemia.
Para el
fanático nada cambia, todo lo más es una alteración momentánea y circunstancial
del orden divino, del orden consagrado por Dios y bajo el que han de vivir los
hombres. Los gobiernos han descubierto que el hecho de que haya un rey en cada
casa manteniendo el orden favorece el orden general. Cada pequeña pieza
familiar es de un orden fractal respecto al conjunto. Cada escenario es una
reproducción a escala del orden divino. Las reglas se deben cumplir en todos
los niveles; cualquier rebeldía debe ser cortada de forma tajante.
Este
atentado es de especial significación. Ha sido cuidadosamente elegido para
servir de advertencia. Se ha hecho contra una minoría, pero se ha hecho contra
las niñas que van a la escuela; se trata de evitar que haya más escuelas y más
niñas que vayan a ellas. El temor a la mujer educada es visceral. Educada, deja
de ver el mundo por los ojos de su amo y guardián, empieza a escuchar otras
voces que vienen de los libros, de los periódicos; es capaz de argumentar sobre
lo que quiere y no quiere. Y eso es intolerable.
Debemos prepararnos para hacer algo al respecto porque puede haber un éxodo de mujeres, perseguidas como criminales por querer ser ellas mismas. De nada servirá presionar al gobierno que finalmente quede allí. Las acciones de silenciamiento, de volver a invisibilizar a las mujeres empezarán pronto. Pronto las tendremos de nuevo en la cárcel del burka, que veremos como una costumbre "curiosa"; pronto dejarán de asistir a las escuelas y se quedarán en casa a recibir la "falta de educación correcta". Las que se rebelen desaparecerán, algunas para siempre. Y algunos darán gracias a Dios porque todo ha vuelto finalmente a su cauce.
Mi dolor por esas niñas muertas al salir de su escuela.
* "Al menos 30 muertos en un atentado contra una escuela femenina de una minoría en Kabul" RTVE.es - EFE/ Baber Khan Sahel 8/05/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210508/menos-30-muertos-atentado-contra-escuela-femenina-minoria-kabul/2089200.shtml
** "At least 50 killed and over 100 wounded in blast near Kabul girls' school" CNN 9/05/2021 https://edition.cnn.com/2021/05/08/asia/kabul-bomb-blast-school-intl/index.html
***
"Egypt condemns deadly terrorist attack outside Kabul school" Ahram
Online / MENA 9/05/2021
https://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/410802/Egypt/Politics-/Egypt-condemns-deadly-terrorist-attack-outside-Kab.aspx
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