viernes, 29 de mayo de 2020

El Nuevo Diccionario de los tiempos del COVID-19

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Seguimos con la semántica. Si ayer nos quedábamos sorprendidos por las dudas sobre si los "rebrotes" eran un "aumento de casos" o no, hoy volvemos a las andadas verbales. Además de aprender todo tipo de tecnicismos, explicado con pizarra o sin ella, los españoles nos pasamos el día envueltos en explicaciones que rozan los límites de nuestra capacidad de comprensión, tanto de nuestros congéneres como del mundo en el que vivimos.
Solo en el parlamento parece que no es necesario medir las palabras, conocer su significado o aparentar que se desconoce. Hemos vuelto a la "vieja vulgaridad", la del grito y exabrupto. Es la de las palabras que hay que retirar o no del diario de sesiones, la memoria de los desmemoriados. Hemos vuelto a las palabras fuertes, como "terrorista", "golpista", etc. más allá de las cuales solo queda lo físico o el "eso no me lo dices en la calle", que en estos tiempos se debe reformar en "eso no me lo dices en la calles y a menos de dos metros", que todo hay que aclararlo. 
Mis párrafos favoritos de ayer no son un insulto, que siempre suelen estar claros en su sentido, sino algo más profundo y filosófico, relativo al necesario "nuevo diccionario", en donde indagamos sobre los límites. Nos los traía La Vanguardia, con material de EFE y el siguiente titular "Ceuta admite que podría volver a fase 0 por un importante repunte de casos". El comienzo era este:

La Ciudad Autónoma de Ceuta, que se encuentra en fase 2 de la desescalada, podría volver a la fase 0 como consecuencia de un “repunte inusual y muy importante”, que ha elevado a 22 los casos activos y a 271 las personas en aislamiento domiciliario por haber estado en contacto con coronavirus.
En una rueda de prensa telemática, el consejero de Sanidad del Gobierno ceutí, Javier Guerrero (PP), ha mostrado hoy su “gran preocupación”: “si no somos responsables nos espera volver para atrás ya que se han detectado 2 positivos y 80 aislados por culpa de una fiesta de cumpleaños y esto no puede ser porque se pueden hacer reuniones de 15, pero no fiestas”.
“A nivel epidemiológico hemos superado a Murcia, Baleares, Melilla e incluso Andalucía y actualmente tenemos una cifra de aislamientos y casos que no ocurre ni en Madrid”, ha lamentado el consejero.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, mantuvo ayer una reunión telemática con el consejero ceutí. “Me dijo que si seguíamos así volveríamos a fase 0”, ha confesado Guerrero, que descarta pedir al Gobierno central el pase de la ciudad autónoma a fase 3.*


¿Qué es un "repunte inusual"?, algo que hay que explicar, sobre todo si es "muy importante". ¿Hay "repuntes usuales"? No sé distinguir unos de otros, ¿y usted? Pero mi desconcierto mayo llega con la intervención del Consejero de Sanidad, especialmente con la distinción entre "hacer reuniones de 15, pero no fiestas", especialmente cuando se le echa la culpa a una "fiesta de cumpleaños". ¿Cree el señor Consejero de Sanidad del gobierno ceutí cuando se reúnen 15 personas no pasa nada, pero si esas mismas personas celebrar un "fiesta de cumpleaños" sí se contagian? La realidad parece apoyarle porque, como veíamos ayer, también se echaba la culpa a la celebración de un "aniversario" lo ocurrido en Lleida y que les ha dejado fuera de la competición por ser los primeros en reencontrarse con su vida anterior.
Si 15 personas se reúnen, por ejemplo, para hablar de partículas elementales, ¿tienen menos riesgos que si lo hacen por el cumpleaños de Julito, niño que crecerá traumatizado si, como en Lleida el contagio es 20 de 20, un pleno del 100% de asistentes?


Si la excusa tautológica que daban para justificar el entierro masivo en Tenerife, que "era un motero muy popular", no nos convencía —desgraciadamente, se ha muerto gente muy popular estos meses y no ha pasado esto—, la distinción entre "reunión" y "fiesta cumpleañera" no nos parece muy científica. ¿Se deben prohibir directamente los cumpleaños, declararlos obsoletos y peligrosos? Una vez más, no es el carácter de "fiesta" en sí, sino lo que se hace y se deja de hacer en ellas, algo que deberíamos tener claro. Si se autoriza una reunión con un límite de 15 personas, la gente para entender que "14" es seguro hagas lo que hagas y eso es una estupidez. El peligro comienza con dos y ni siquiera tienen que estar juntas, sino haber pasado por el mismo sitio, lo que puede explicar el contagio. Un pomo de una puerta, el botón del ascensor, las partículas en el aire al pasar un corredor a nuestro lado... Nos lo han explicado mil veces, pero seguimos ateniéndonos a la letra pequeña, al dedo que señala la Luna, y dejamos de ver lo esencial.


El 12 de marzo de este año toda la prensa española recogió el desastre sanitario del Hospital de Alcorcón, provincia de Madrid, con 60 médicos en cuarentena y dos contagiados de coronavirus:

Dos médicos del Hospital Universitario Fundación Alcorcón han dado positivo por coronavirus y otros 12 compañeros presentan síntomas.
El contagio se produjo en dos eventos de ocio realizados, fuera del hospital y del horario laboral, el pasado fin de semana. Un grupo de médicos celebró una despedida de soltero de fin de semana en la que participaron 60 residentes (médicos MIR) y otro grupo, se fue de cena para despedir a un Jefe de Servicio.
Se desconoce el número total de afectados
La Fundación Hospital de Alcorcón ha activado el protocolo contra el coronavirus. Los dos contagiados permanecen ingresados en ese hospital y los otros 12 médicos, que presentan síntomas, llamaron al servicio de Salud Laboral del centro y permanecen aislados en sus casas hasta confirmar si hay o no contagio.
Se desconoce en número exacto de afectados. Se sabe que a la despedida de soltero acudieron 60 médicos pero no ha trascendido el número de facultativos presentes en el otro evento foco de contagio, que fue la cena.
Los responsables del Hospital de Alcorcón insisten en que los hechos sucedieron "fuera del horario laboral". Pero los dos eventos de ocio, tanto la cena, como la despedida, se produjeron después de que las autoridades sanitarias desaconsejaran encuentros o congresos de médicos para evitar el contagio entre los profesionales de la salud, ahora que sus servicios son más necesarios que nunca.**


Probablemente a muchos les resulte inexplicable tratándose de médicos, pero nadie nace con la carrera de medicina aunque sí imprudente. Ayer, en televisión, un médico increpaba al público a través de un vídeo en las redes sociales diciendo que ellos se jugaban la vida para que luego los descerebrados "salieran a correr en grupo". Y tiene razón. Afortunadamente, no todos los médicos son iguales, como tampoco lo son todos los que salen a correr. No logro ponerme en el papel de los médicos que asistieron a la cena y despedida de soltero mirando a sus compañeros, los que les tuvieron que tratar después. Tampoco me puedo imaginar lo que pensarían de ellos los compañeros que tuvieron que atenderles tras la despedida. Mejor no saberlo. La enfermedad es parte de la vida, como lo es la muerte y el sufrimiento. La estupidez también lo es.


Los datos que damos, la precisión que pretendemos ofrecer es muy engañosa. Los ejemplos de Lleida y Ceuta, de Tenerife y de otros rebrotes demuestran una ceguera auto inducida, una especie de auto hipnosis, para convencernos que 15 son seguros, 20 no. Es un error. Son datos que dicen provenir de los expertos tras duras negociaciones, hasta llegar al "¡ni pa' ti, ni pa' mí! que permita abrir lo que cada uno esté esperando que le abran. Es lo mismo de los dos metros, el metro y medio, un metro... un problema no sanitario sino de viabilidad de los negocios. De la misma forma, te contagias igual abrazando a tu abuelo o a tu peor enemigo. Por eso es nauseabunda toda esa retórica emocional sobre el abrazo cuando la mayor cantidad de muerte es este país se han producido en residencias de mayores o cuando han tenido que entrar los bomberos descerrajando puertas para encontrarse a los mayores que vivían solos muertos.
No, no es la fiesta ni el entierro, otra forma de fiesta. No es la profesión. Es nuestro comportamiento. Y hay mucho comportamiento egoísta e insolidario, que es lo que está produciendo los "rebrotes", "aumento de casos" o "repuntes inusuales".


Relean el último párrafo de la información sobre el Hospital de Alcorcón. Además de señalar que «los hechos sucedieron "fuera del horario laboral"», lo que no deja de ser un ejercicio verbal realmente notable, añaden otra cosa muy importante: «las autoridades sanitarias desaconsejaran encuentros o congresos de médicos para evitar el contagio entre los profesionales de la salud, ahora que sus servicios son más necesarios que nunca.» Puede que las autoridades sanitarias no incluyeran las despedidas de solteros/as entre la actividades recomendables, pero iban a un elemento básico: si te contagias hazlo en un entorno no medico. Mantener a los médicos separados es un principio de prevención lógico. Puede que te contagies o contagies a otros, pero mantente alejado de tus iguales porque es un daño peligroso al conjunto, que se tiene que mantener sano para seguir luchando contra lo que llegue. El principio creo que está muy claro.
¿Puede alguien medianamente inteligente dejar de entender que el mismo principio de riesgo está presente en un congreso médico que en una despedida de congreso? ¿Pensaría alguien que los congresos médicos son más peligrosos que una despedida con más de 60 sanitarios? Puede que sí, mediante el principio de auto hipnosis. Aunque se pueden reunir 15 personas, no deberían ser sanitarios, porque no se trata de una cuestión personal, sino profesional: se les necesita a todos y por tanto deben ser más cuidadosos que los que se lo pueden permitir.
Tiene razón en enfadarse el que llega con horas y horas de esfuerzo, de tensión de jugarse la vida y ve en su barrio o en la televisión que la gente se la juega por una cervecita, un cafelito o un achuchón, porque decimos "no podemos vivir sin ellos". El que no se consuela es porque no quiere, claro. Nuestra mente se agarra a lo que le interesa: que el 95% no está contagiado, que si en mi franja de edad mueren pocos, que se aparten los otros, etc.


Las imágenes que recibimos han hecho que empiece a cundir el miedo a esos "rebrotes inusuales", cada vez más frecuentes y fuertes, que nos hacen dudar, sobre todo, de la inteligencia de muchos. Se está produciendo en muchas partes del mundo, donde ya se está amenazando con volver a situaciones anteriores porque no queremos, no sabemos o no podemos entender la situación.
¿Es tan difícil entender que una fiesta de cumpleaños, un congreso de médicos, una despedida de soltero, un entierro... no son mejores o peores, sino que depende de lo que hagamos? ¿Es tan difícil de entender que son las interacciones sin precauciones lo esencial y da igual a quién besemos o abracemos si está contagiado? ¿Qué da igual dos o veintidós si no nos protegemos y protegemos a los otros? ¿Cuántas muertes y sufrimientos hacen falta? En Extremadura dan noticia de otro cumpleaños maldito.
Hay que dejar de jugar con las palabras, de retorcerlas para ajustarse a lo que queremos que signifiquen. De los gobiernos y los políticos hasta llegar a la calle misma. Es duro y será largo. No se trata de pararse, sino de no ir en la dirección equivocada. En el Nuevo diccionario del mundo del COVID-19 muchas palabras han cambiado de significado, para bien o para mal, pero solo una sigue igual: "estupidez".


* "Ceuta admite que podría volver a fase 0 por un importante repunte de casos" La Vanguardia / EFE 28/05/2020 https://www.lavanguardia.com/vida/20200528/481436066340/ceuta-fase-0-desescalada-coronavirus.html
** "La despedida de soltero y la cena que contagió el coronavirus a los médicos de Alcorcón" Nius 12/03/2020 https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/coronavirus-medicos-despedida-soltero-contagio-hospital-alcorcon_18_2913495016.html




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