Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Como los toros heridos, Trump es más peligroso bajo presión.
El círculo de creencia se está disolviendo porque el peligro real va a
necesitar de algo más que de ilusionismo. Conforme el desastre avance y los
planes o la ausencia de ellos (la estrategia ahora es responsabilizar a los
estados), Trump responderá con más insistencia y puede tomar decisiones
peligrosas para desviar la atención. En su caso nada puede excluirse, pues el
camino a la Casa Blanca es la huida
hacia adelante. No hay más.
Hay
muchas personas que no son capaces de interpretar la capacidad afirmativa de
los científicos. Cuando un científico dice que "no hay evidencias" de
algo, lo interpretan como que no se desestima y que existen probabilidades de
que sea lo contrario, a lo que se agarran con fuerza. Los científicos han
desarrollado un lenguaje preventivo que lleva a este tipo de afirmaciones
"débiles" en su expresión, a una retórica. Por poner un ejemplo, en
vez de decir "no te amo" dirá "no existen evidencias de que
sienta afecto alguno por ti". Alguien intuitivo, captaría rápidamente lo
que hay detrás, pero habrá algunos que piensen "entonces ¿todavía tengo
esperanzas?". La contestación sería: "ninguna de las pruebas
realizadas hasta el momento permiten afirmar que hay amor". A lo que podría
seguir un "¿eso significa que las pruebas realizadas en el futuro podrían
ser afirmativas?" Y así se podría seguir hasta el infinito. El que quiere
seguir manteniendo abiertas sus expectativas lo hará porque el científico no
acaba de dar la respuesta taxativa, definitiva. . Los habrá que no lo entiendan
nunca..., si no lo quieren entender y sigan pensando que la ausencia de un
"no" significa la posibilidad de un "sí".
Una de
las características de la llamada "post verdad" es la manipulación de
lo que llaman "alternativa", que no es otra cosa que elevar el nivel
de probabilidades de lo que queda en ese margen de duda que las respuestas
permiten afirmar.
La
Ciencia es cautelosa y ha desarrollado ese tipo de expresiones que muchas veces
son mal interpretadas. Para decir que alguien está "muerto" se ha
acuñado la expresión de "presentar lesiones incompatibles con la
vida". Con el COVID-19 se ha extendido la expresión "presenta síntomas
compatibles con la infección". Necesitaríamos desarrollar un cierto
mecanismo de traducción de estas expresiones, porque algunos las utilizan de una
forma extraña para seguir manteniendo su versiones alternativas a las que dan grandes recorridos. Todo lo que no se niegue taxativamente es "posible". Y no es así y menos para dar el salto del campo científico al de la política.
Lo
estamos comprobando con el uso manipulador de Donald Trump sobre el origen de
la infección por el coronavirus. Hace tiempo señalamos que cuando más dramática
fuera la situación en los Estados Unidos y más patente el fracaso de la
política seguida por la Casa Blanca, Trump trataría de dirigir la
responsabilidad hacia China y esto, en términos de Trump, significa alimentar las
teorías conspiratorias sobre el origen en un laboratorio. Así ha sido y sigue
en sus discursos ampliándose por parte de la cabecera del aparato a su
servicio.
Chris
Cillizza titula así su sección The Point, en la CNN: "Anthony Fauci just crushed Donald
Trump's theory on the origins of the coronavirus" y señala:
For weeks now, President Donald Trump has been
making the case that the coronavirus originated not in nature but in a lab in
Wuhan, China. He said late last week that he had a "high degree of
confidence" that was what happened (although he didn't specify why he felt
that way) and on Sunday night in a Fox town hall offered cryptically
"something happened."
Enter Anthony Fauci, the head of the National
Institute of Allergy and Infectious Disease and perhaps the single most
prominent doctor in the world at the moment. In an interview with National
Geographic posted on Monday night, Fauci was definitive about the origins of
the virus which has sickened more than a million Americans and killed more than
68,000:
"If you look at the evolution of the virus
in bats and what's out there now, [the scientific evidence] is very, very
strongly leaning toward this could not have been artificially or deliberately
manipulated ... Everything about the stepwise evolution over time strongly
indicates that [this virus] evolved in nature and then jumped species."
Now, before we play the game of "he said,
he said" remember this: Only one of these two people is a world-renowned
infectious disease expert. And it's not Donald Trump.
In short, Fauci's view on the origins of the
disease matters a whole lot more than Trump's opinion about where it came from.
Especially because, outside of Trump and his immediate inner circle, most
people in a position to know are very, very skeptical of the Trump narrative
that the virus came out of a lab -- whether accidentally or on purpose.
Like the intelligence community, which in a
statement last week via the Office of the Director of National Intelligence
said this: "The Intelligence Community also concurs with the wide
scientific consensus that the COVID-19 virus was not manmade or genetically
modified."
And like our intelligence partners in the Five
Eyes (the US, United Kingdom, Canada, Australia and New Zealand). "We
think it's highly unlikely it was an accident," a Western diplomatic
official with knowledge of the intelligence told CNN Monday. "It is highly
likely it was naturally occurring and that the human infection was from natural
human and animal interaction."*
Pero la cuestión, que bastaría para cualquier persona
medianamente interesada en saber qué ha ocurrido, no lo es en este caso, pues
se trata de una cuestión política. Cuando Cillizza pone en una balanza al "mayor
experto mundial", al "experto más reconocido" y en el otro plato
pone a Donald Trump, que no lo es, comete el error de creer que a Trump le
importa la "verdad" en algún sentido.
Trump se mueve en una esfera diferente, alimentando a los
creyentes y no despejando las dudas de nadie. Trump reafirma a los que quieren
creer, a los que desean creer en la "culpabilidad" de China y esos ya
existían como grupo anteriormente a la misma aparición de la enfermedad. Trump
había creado lo que podríamos llamar "el otro negativo", la mano con
la que el prestidigitador distrae de sus verdaderas manipulaciones.
"China" es un concepto, una categoría en la mente de sus seguidores,
como lo son los "hispanos" o los "árabes", categorías en
las que encajar sus miedos y fobias, sus odios y cultivar con ellos el
sentimiento de superioridad del "hacer América grande". Otras categorías son los "medios",
los "demócratas", a los que redefine como "izquierdistas" o
"socialistas". Ese es su arte, el de comprender los puntos de
inseguridad y aprovecharlos para crear las categorías negativas en las mentes.
A Trump le da igual lo que diga Anthony Fauci. Tratará de no
cometer de nuevo el error de la lejía y los desinfectantes, de la luz interior
para matar al virus; al menos tratará de no hacerlo en directo ante millones de
personas en una rueda de prensa.
Stephen Collinson, otro de los analistas de la CNN, escribe:
Trump's revival rhetoric is being matched by an
increasingly aggressive White House effort to cover up for the erratic federal
response to the pandemic and the President's own mistakes early in the crisis,
and to thwart oversight pushes by Democrats to expose the administration's
failures.
Trump and his secretary of state, Mike Pompeo,
are heaping blame on China for the pandemic, despite the President's repeated praise
for President Xi Jinping in its early days.
They are mounting a bid to convince the world
that the virus emerged from a laboratory -- not a live-animal market in Wuhan
-- even if the intelligence may not support their predetermined political
narratives.**
Pero Trump no es persona que se achante ante la realidad; su
trabajo es, de nuevo, el del ilusionista: convencerte de la ilusión que crea
para que está sustituya en tu cerebro a lo que tienes delante. Ese es su arte,
el de sembrar y recoger. Es el sembrador de insinuaciones y medias verdades,
falsedades si es necesario, y el recolector de sus frutos. En eso consiste el
poder. El poder no es hacer que te obedezcan, sino hacer que te crean. Cuando
lo has conseguido, ya no hace falta decirles nada. Ellos lo hacen solos. ¿Qué
mejor ejemplo que los miles de enloquecidos seguidores convencidos de que los
gobernadores de sus estados son enemigos de la libertad, de la constitución,
que conspiran por arrebatarles sus derechos, como hemos visto estos días
pasados?
Trump ha conseguido tapar su incompetencia con las cortinas
de humo del miedo a las conspiraciones. La evidencia de sus errores se cubre
con las fantasías que la gente quiere escuchar, las que buscan en otros la
respuesta a los males propios. Trump llegó al poder explicando a los
norteamericanos que sus propios presidentes o les habían traicionado o eran unos
ineptos y que él, el Gran Arreglador, lo repararía todo para devolver orgullo y
esplendor.
Pasado el tiempo, Trump ha puesto el mundo patas arriba, ha
reabierto conflictos por medio mundo para ajustarlos a sus planes (y muchas
veces a los intereses de los que están detrás) y crear un enorme recelo sobre
el papel internacional de los Estados Unidos, convertido en vendedor de
"protección" tras avivar problemas, como Irán, Oriente medio o Corea
del Norte. ¿Se acuerda alguien de lo que iba a ser "el Acuerdo del
Siglo" en Oriente Medio, llevado por su yerno? Solo sirvió, con su simple
anuncio, para volver en contra a muchos aliados hasta el momento
Ahora Trump tiene otra tormenta sobre la mesa. Las denuncias
de manipulaciones, amiguismo, intereses comerciales, inacción, etc. de un alto
funcionario. La noticia solo está empezando, pero las acusaciones van a abrir
otra vía bajo la línea de flotación de la administración Trump:
A former top vaccine official removed from his
post last month alleged in a whistleblower complaint on Tuesday that he was
reassigned to a less prestigious role because he tried to “prioritize science
and safety over political expediency” and raised health concerns over a drug
repeatedly pushed by President Trump as a possible cure for coronavirus.
Rick Bright, former director of the Biomedical
Advanced Research and Development Authority, was removed April 20 after having
served as BARDA director for nearly four years. He was reassigned to a narrower
role at the National Institutes of Health that the Department of Health and
Human Services touted as part of a “bold new plan” to improve testing to defeat
covid-19, the disease caused by coronavirus.
Bright portrays himself in the 89-page
complaint as an administration health official trying to sound the alarm about
the virus beginning in early January. He said he called for the rapid
development of treatments and vaccines, as well as the stockpiling of additional
N95 face masks and ventilators, at a time when HHS political leadership,
including Secretary Alex Azar, appeared to him to be underestimating the
threat.
He also notes that he clashed with his boss,
assistant secretary for preparedness and response at HHS Robert Kadlec, for at
least two years. Bright alleges in the complaint that Kadlec and others
pressured him to buy drugs and medical products for the nation’s stockpile of
emergency medical equipment from companies that were linked politically to the
administration and that he resisted such efforts.***
Si las informaciones sobre el origen del COVID-19 le
desmienten constantemente y ahora se le vienen abajo las narrativas y tiempos
sobre la falta de información, este caso deja en evidencia que se incurrió en
muchos errores, desde ignorar el peligro —pese a los avisos— en un momento
temprano, hasta los intereses comerciales de algunas amistades en la recomendación
de fármacos sin testar o, peor, en aquellos sobre los que se ha advertido de
peligrosos efectos secundarios para la salud que el presidente se ha empeñado
en promocionar como alternativas.
En los próximos días veremos los efectos de esta nueva bomba
política que deja en entredicho el discurso trumpista. Los medios
norteamericanos hicieron un héroe del médico chino que avisó sobre los peligros del coronavirus en Wuhan,
fue acusado de expandir rumores falsos por las autoridades locales, y falleció poco después por el COVID-19. ¿Harán de
Rick Bright un "traidor" o un "héroe"?
Lo que parece claro es que el propio Trump encaja cada vez menos en su propia imagen heroica. Las cortinas de humo se acaban dispersando. Si Trump vio en este caso la ocasión para convertirse en el "gran héroe americano" ha desperdiciado la ocasión. No hay biógrafo que lo arregle.
Lo que parece claro es que el propio Trump encaja cada vez menos en su propia imagen heroica. Las cortinas de humo se acaban dispersando. Si Trump vio en este caso la ocasión para convertirse en el "gran héroe americano" ha desperdiciado la ocasión. No hay biógrafo que lo arregle.
* Chris Cillizza
"Anthony Fauci just crushed Donald Trump's theory on the origins of the
coronavirus" CNN 5/05/2020
https://edition.cnn.com/2020/05/05/politics/fauci-trump-coronavirus-wuhan-lab/index.html
** Stephen
Collinson "Trump pivots hard away from fight against unvanquished pandemic"
CNN 6/05/2020
https://edition.cnn.com/2020/05/06/politics/donald-trump-coronavirus/index.html
*** Yasmeen Abutaleb & Laurie McGinley "Ousted vaccine official alleges he was demoted for prioritizing ‘science and safety’" The Washington Post 6/05/2020 https://www.washingtonpost.com/health/2020/05/05/rick-bright-hydroxychloroquine-whistleblower-complaint/
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