Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Muchas
veces el partidismo nos hace decir cosas que no debemos o, si se prefiere,
decimos lo contrario de lo que los otros dicen porque si ellos los dicen es que
está mal. Es ir en contra por estar en contra de quienes lo dicen. Esto es
absurdo y va contra el sentido común, es pura obcecación.
Me temo
que esto le está pasando a la ultraderecha y a la derecha españolas que no
quiere perder el tren de la queja. El ABC se congratula en titulares del buen
papel que ha hecho el "joven político" Pablo Casado ante el club
popular europeo. Nos cuenta que ha arremetido contra diversos muros. El primero
de ellos ha sido el del "nacionalismo", agradeciendo el apoyo frente
al secesionismo catalán; el segundo es el del "populismo". Ya del
segundo pone como causante a la "inmigración", lo que es mucho
suponer y sumarse a discursos que rápidamente se entienden mal. Hay mucho de demagogia y de confundir sin más efectos y causas. Pero de esto también se vive, incluido el "populismo" y ahora el "antipopulismo".
Pero me
interesa especialmente el tercero, según ABC, por boca de Mariano Calleja,
autor del artículo:
El tercer muro que hay que derribar, según
Casado, es el del identitarismo. Se refirió a dos identidades: la «religión
verde», que afecta a todo lo relacionado con el cambio climático, y la que
tiene que ver con la ideología de género. Se trata de «identidades» o verdades
que desde la izquierda se intentan imponer como absolutas. El líder del PP
rechazó las lecciones medioambientales de los partidos de izquierda, y las
relativas a la defensa de los derechos de las mujeres, porque los populares
siempre han estado, dijo, a la vanguardia en la defensa de la igualdad de
oportunidades. Puso como ejemplo los casos de Merkel, Loyola de Palacio y
Ursula Von der Leyen.*
Se
equivoca plenamente Pablo Casado al considerar que estos dos discursos
"identitarios, como los llama, son patrimonio de alguna ideología.
Deberían ser parte del más amplio consenso social porque ambos son pre
políticos y muy peligroso ignorarlos por las dramáticas consecuencias más allá de lo político. Llamar a esto "identidades" es simplemente una barbaridad. Pero también le da una "identidad" a la contra a las ideas de Casado.
Considerar
"muros" de la izquierda el cambio climático y el discurso anti
patriarcal es el mayor error estratégico que Casado ha podido cometer y solo se
puede entender como los efectos secundarios que el acercamiento a la
ultraderecha le han dejado tras las fases oscilantes por las que ha pasado
durante la campaña electoral última.
¿Realmente
quiere Casado que el "centro" español sostenga el mismo discurso que
Donald Trump? ¿Es capaz de asumir el "negacionismo" climático? ¿Es
capaz de seguir diciendo que no existe una violencia machista, en esta y otras
sociedades, que necesita ser combatida? Si así lo hace se hará responsable de
los múltiples efectos del cambio climático —irá además contra las evidencias
científicas, aunque esto ya lo hizo Mariano Rajoy y un primo suyo que sabía de
esto— y se hará cómplice de cada muerte o discriminación. ¿Está preparado para
hacer el ridículo como VOX en las condenas, quedando aparte y diciendo que las
víctimas no son mujeres, sino una casualidad?
¿Qué
tendrán que ver "los casos de Merkel, Loyola de Palacio y Ursula Von der
Leyen" con la condena de la violencia y el reconocimiento de sus causas
profundas? ¿Recomendará, como hizo Trump al llegar a la casa Blanca, un tipo de
mujer, una forma de vestir y de comportarse?
Se
muestra así que no es capaz de distinguir el envoltorio del contenido de la
caja. Tanto el cambio climático como la violencia contra las mujeres existen y
negarlo no es más que una forma estúpida de marcar diferencias. Es más, así solo
consigue dejar el espacio de lo obvio y el sentido común a sus adversarios, que
estarán felices por del doble regalo: 1) por dejarles a ellos las
reivindicaciones en exclusiva; y 2) por negarse a condenar lo que todos
deberíamos condenar sin un color determinado. Es tan infantil el planteamiento
de Casado que los populares europeos se habrán sentido intrigados por la
conducta del "joven político".
Los
muros de Casado se caen solos. No necesitan de muchas trompetas ni castañuelas. "Casado urge
a Europa" es demasiado decir a la vista de lo corto de sus exigencias. Creo que tiene
un problema serio en los discursos y es que no se puede jugar a todo a la vez,
unos días a la derecha, otros a la ultraderecha y otros al centro por temor a que se le escapen votos. De no
remediarse acabará siendo el joven Gundisalvo.
Es una pena que por presiones "medioambientales", no consigamos tener los partidos modernos que necesitamos y que todos sigan viviendo de rentables tópicos. No se puede negar a estas alturas del siglo XXI ni el cambio climático ni la violencia de género diciendo que son "tópicos de la izquierda". Nos merecemos un poco más de inteligencia porque es mucho lo que nos jugamos en los dos terrenos.
Discutan pero, por favor, no retrocedan.
*
"Casado urge a Europa a derribar los muros del nacionalismo y el
populismo" ABC 22/11/2019
https://www.abc.es/espana/abci-casado-urge-europa-derribar-muros-nacionalismo-y-populismo-201911220207_noticia.html
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