lunes, 4 de noviembre de 2019

Otras claves para no entender nada

Joaquín Mª Aguirre (UCM) 
Creo que hemos tratado varias veces del profesor Allan J. Lichtman. De hecho, creo que cada vez que hay elecciones a la vista, el profesor Lichtman aparece en algún medio español (desconozco si lo hace en otros países) para hacer sus profecía sobre los resultados.
Mientras que otros se fían de los sondeos y escudriñan datos y estadísticas, el profesor Lichtman prefiere otros métodos más basados en la Historia, que es su campo de trabajo. Su método —vamos a llamarlo así— es mucho más barato que las costosas encuestas que los medios y partidos sacan a la luz cada pocos días. El modelo llamado "las claves de la Casa Blanca" fue creado junto a un sismólogo ruso, Vladimir Keilis-Borok, y se basa en una serie de puntos que establecen las posibilidades que tiene quien está ocupando la Casa Blanca de seguir en ella. El modelo no tiene demasiadas vueltas, según el resultado de las "claves" que deben ser tenidas en cuenta, el inquilino sale o se queda. Ha acertado ocho de las nueve últimas elecciones y la que falló fue la de Al Gore, que acabó como el rosario de la aurora, en los tribunales, disputando voto a voto, distrito a distrito.
Allan Lichtman se enfada cuando quienes le preguntan lo hacen desde perspectivas más convencionales:

No me está escuchando. Los temas, la ideología, el centrismo del candidato.... ¡Es irrelevante, no se puede predecir! Disculpe, es que llevo 30 años diciendo estas cosas y no me escuchan. ¿Quién pensaba que Trump era elegible? ¿Quién pensaba que Ronald Reagan, tan conservador, era elegible en 1980? Pues ganó, y por goleada. La creencia popular era que había un 99% de posibilidades de que Clinton ganara...
¿Cuál fue la llave para que Trump ganara en el 2016?
Trump no ganó, los demócratas perdieron. No se trata de lo que hizo que fuera elegido sino de qué hizo que los votantes rechazaran al partido que estaba en la Casa Blanca. La clave fue la lucha interna del partido, que sólo se aplica al partido en el poder. La idea de que los demócratas deben estar unidos, no enfrentarse entre, sí son tonterías. ¿Qué más divisivo que los debates republicanos del 2016? ¿O que el duelo Obama-Clinton en el 2008?*


Eso es cierto y si esto es así, todo dependería de cómo se encuentran de ánimo los republicanos. Por eso Lichtman era partidario del "impeachment", de hecho, escribió un libro, The case of Impeachment, en 2017, algo que se debe recordar ahora que este se encuentra en puertas.
El modelo de Lichtman no es matemático ni se basa en los datos numéricos, sino en la interpretación de ciertos valores relevantes —trece— que son los que permiten a los votantes decidir, por encima de otras consideraciones, si la estancia del candidato en la Casa Blanca le ha sido beneficiosa o no.
A la vista de los criterios, surge una pregunta: ¿está intentando Trump cumplirlos, buscando completar satisfactoriamente una parte suficiente de las 13 claves? Podría ser.


En septiembre de 2011, The New York Times publicó un artículo con la contestación que Lichtman le dio a Nate Silver, un estadístico prodigioso que rivalizaba desde una perspectiva teórica y una metodología distinta sobre las predicciones para ocupar la presidencia. De Silver también nos hemos ocupado aquí en anteriores elecciones norteamericanas. Su capacidad de predicción estadística no solo mostraba quién ganaba, sino que era capaz de establecer el resultado de los diferentes estados, algo realmente asombroso.
En desacuerdo con el análisis que Nate Silver había hecho de su método, Allan Lichtman explicó en un escrito de contestación en qué consistía:

Mr. Silver has either failed to read or simply ignored the detailed discussion of the keys in my book “The Keys to the White House” (5th edition forthcoming from Rowman & Littlefield early next year) or in technical articles that I published in peer reviewed journals (for example, International Journal Of Forecasting (April-June 2008) and International Journal Of Information Systems & Social Change (January-March 2010).
Mr. Silver’s neglect of the published work on the keys system has resulted in fundamental misconceptions about the development and application of the keys that fatally flaw his critique. Mr. Silver presumes that I took 38 elections from 1860 to 2008 with known outcomes, found 13 key factors out of innumerable combinations of factors and used the impermissible methods of “overfitting and data dredging” to force the calls on these keys to conform to the results of these elections. In fact, the book and articles make clear that I followed a very different and scientifically sound procedure designed precisely to avoid the fallacies of “overfitting and data dredging.”
I developed the keys in 1981 in collaboration with Volodia Keilis-Borok, a world renowned authority on prediction methods. The keys are based on a retrospective analysis of elections from 1860 (the beginning of the modern Republican vs. Democratic era) to 1980 and using a theoretical model, not random data-mining. The theory behind the keys is that presidential elections are determined primarily by the performance of the party holding the White House. This is a very positive message: it suggests that the American electorate makes reasoned, pragmatic decisions in presidential elections and is not manipulated by the pollsters, the admen, and the consultants. It suggests that it is governing not campaigning that counts in presidential elections.
After developing the 13-key model, I then followed proper procedure by testing it repeatedly through advance prediction of seven future elections – 1984 to 2008 — with unknown outcomes. The keys system correctly predicted in advance the popular-vote outcome of each of the seven elections that occurred since its inception in 1981. The probability of attaining this record of seven consecutive correct predictions by chance alone is well under one in 100, a standard measure of statistical significance in social science.**


En la entrevista concedida a La Vanguardia, vuelve a señalar  al trío interesado en las campañas: «Es lo que yo llamo el ‘complejo político-industrial’: el triángulo que forman las empresas de sondeos, los consultores políticos y los medios.»

Si damos un salto desde los Estados Unidos a nuestra particular cazuela electoral, donde se cuecen los resultados, veremos que ese "complejo político-industrial" tiene una influencia sustancial. No vamos a aplicar las "13  claves" de Lichtman, porque aquí ya no tiene ni ha tenido sentido hablar de "bipartidismo" más que cuando les ha interesado a algunos. Pero no podemos negar la existencia de ese entramado resultante de la conjunción de los analistas, las empresas de sondeos y los medios. Esto, además de política, es un gigantesco negocio en el que cada día se dice lo mismo pero con distinta sonrisa o llanto, según toque.
El profesor Allan J. Lichtman tiene un buen porcentaje de aciertos. No habla mucho y explica lo que cree necesario. Repite en cada pregunta que se le hace que no entendemos nada. Es posible. Puede que estemos tan acostumbrados ya a este folclore político que ya no seamos capaces de ver lo que tenemos delante con claridad. Quizá hasta se trate de eso, de mantener un espectáculo con la mano izquierda mientras se hacen los trucos con la derecha.
Funcionen o no en España las "trece claves" de Lichtman, lo cierto es que lo que sí funciona es este entramado de la política misma, sus comentaristas, los medios y los expertos en sondeos, etc. El temor al aburrimiento que nuestra política provoca puede suplirse con este circo constante de encuestas que suben y bajan, pactos posibles e imposibles, odios eternos por el momento. 


* "Allan Lichtman: “La impopularidad de Trump es irrelevante”" La Vanguardia 3/11/2019 https://www.lavanguardia.com/internacional/20191103/471342565613/allan-lichtman-donald-trump-victoria-electoral-libro-claves.html 
** Nat Silver - Allan J. Lichtman "‘Keys to the White House’ Historian Responds" The New York Times 12/09/2012  https://fivethirtyeight.blogs.nytimes.com/2011/09/12/keys-to-the-white-house-historian-responds/





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