lunes, 20 de mayo de 2019

Huérfanos de ficción

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Leí por algún lado la frustración de algunas personas que pusieron a sus hijas Daenerys a la vista de la evolución del personaje en estos ocho años de Juego de tronos. Es lo malo de dejarse arrastrar por la ficción. Las series se acaban, pero el nombre te queda para toda la vida. Es fácil imaginar el regreso a casa de esa niñita de seis o siete años regresando a su casa traumatizada y preguntando a su familia porqué sus amigos del cole ya no le hablan.
Espero que esto sirva de aviso a los que se dejan arrastrar por su pasión por la ficción. Si desean poner el nombre de sus héroes y heroínas a sus hijos, que al menos tengan la prevención de poner junto al nombre la temporada.


Dice el diario ABC, ya esta mañana, tras la emisión del último capítulo de esta histórica serie [atención, Spoilers; sigue leyendo solo si vas a inscribir esta mañana a tu hija en el registro civil]:

Las cosas nunca han sido sencillas para Daenerys Targaryen. La joven se presuponía como la gran heroína de «Juego de Tronos» desde el nacimiento de la exitosa serie de HBO hace ahora ocho años. Pero ya se sabe que en Poniente nada es lo que parece y la «khaleesi», irremediablemente y aunque muchos no lo viesen venir, se destapó como la gran villana de la ficción en su tramo final. Hasta que llegó Jon Nieve, su sobrino y amante, que de una estocada en el corazón acabó con el gobierno más efímero de la historia de los Siete Reinos.*



La cuestión de pasarles a los hijos los nombres de nuestros personajes favoritos debería tomarse más en serio ahora que la ficción televisiva ha encontrado un grado de madurez mayor al que tuvo por décadas. La televisión era el reino de la predictibilidad con sus personajes "planos", según la vieja terminología de E.M. Forster. Nacías y te morías con leves cambios. Pero ahora, los personajes son algo más que "esféricos". Empiezan de una manera y acaban de otra, pasando por fases diferentes. En estas condiciones, poner nombre a los hijos teniendo en cuenta las series pasa a ser algo muy arriesgado.
En estos días han terminado dos fenómenos de la ficción, el Universo Marvel y Juego de tronos. El primero ha sido una década de acompañamiento que se ha cerrado con lágrimas en todos los cines del mundo. El otro, Juego de Tronos, acabó ayer en una caída hacia la oscuridad que ha dejado a muchos tambaleándose por la sacudida emocional.


Han sido dos formas de plantear la ficción: Marvel ha manejado el cine como si fuera televisión; Juego de tronos ha manejado la televisión como si fuera cine. Dos grandes aventuras narrativas que han corrido paralelas a la realidad y que son y serán estudiadas. Nos darán información sobre nuestra forma de relacionarnos con el consumo cultural, pero sobre todo sobre lo que nuestra fantasía colectiva requiere. Más allá de los datos, lo importante es el impacto en la imaginación colectiva, el universo de metáforas y referencias con las que se asientan.
El tiempo que se han mantenido, la duración de la aventura, es asombroso en un tiempo de productos efímeros, olvidables y olvidados. En momentos en que las cosas apenas duran, han sido capaces de mantener el interés, la atención y la admiración de millones de personas por todo el mundo. Eso es muy importante, un auténtico fenómeno más allá de la mercadotecnia.
Cada uno de los proyectos ha terminado de una manera. El Universo Marvel es abierto porque ya lo fue en los cómics, donde se ensayaron las formas alternativas de unos superhéroes que surgían de las cenizas para reinventarse con nuevos artistas que respetaban a los personajes, algo que nos les impedía reformularlos. Juego de Tronos es una historia que difícilmente podrá resurgir de su propio monumento. Pero todo es posible. 


En estos día en los que han abundado los programas recordatorios de la evolución de la serie, ha sido bonito escuchar los comentarios de algunos actores enfrentados a sus propios personajes. El desconocimiento de la evolución de los personajes ha hecho que se afianzaran mucho más las relaciones entre ellos creando una verdadera tensión emocional. El enfrentamiento a la muerte en la ficción de algunos de sus compañeros, personas con las que habían convivido durante ocho años, les había afectado, según su testimonio, profundamente. Habían vivido esos momentos con una intensidad especial que les hacía emocionarse al contarlo.
El Universo Marvel ha dejado algunas grandes películas, pero por encima de eso, un "universo" visto desde distintas perspectivas, a través de diferentes visiones. Juego de tronos ha sido capaz de crear otro, un descenso a la oscuridad de los seres humanos, con capítulos dignos de ser recordados en la historia de la televisión. Si en Marvel era el viaje de lo individual a lo colectivo, la fuerza del grupo, en Juego de Tronos el camino era otro, hacia la locura y la destrucción.
Expresa ABC esa trayectoria:

Y es que tras su larga odisea buscando el Trono de Hierro, la protagonista de «Juego de Tronos» se ahogó muy poco antes de llegar a la orilla. La crueldad de Cersei Lannister, la inesperada (y dañina) amenaza de Jon Nieve (o mejor dicho, Aegon Targaryen Jr.) y la extenuante amenaza de los Caminantes Blancos terminaron por desatar la ira desmedida de un personaje, el interpretado por Emilia Clarke, que nunca se caracterizó por tener mucha paciencia y que, por librar una guerra que no entendía como suya, perdió a su mejor amiga (Missandei), a su más leal consejero (Jorah Mormont), al líder de sus dothrakis (Qhono), a la mayoría de su incontable ejército y a dos de sus tres «hijos», los dragones Rhaegar y Viserion.*


Sea como sea, ambos caminos ha dejado sus frutos y han evitado la monotonía ganando en espectadores y seguidores. Basta con leer las reacciones para comprender el sentimiento de orfandad en que muchos han quedado tras los cierres de ambos universos. 
Estas dos gigantescas empresas visuales son la marca de una generación, forman parte de sus señas de identidad, como El Señor de los Anillos o Harry Potter lo han sido de otras. Han creado un mundo compartido que ha dejado huella. Muchas otras ficciones se han acabado, pero pocas como estas.
Las emociones al salir del cine eran verdaderas. La llegada del fin de Juego de Tronos también. No es solo la llegada de un final, sino el hecho de que no haya más, que se abra un vacío de ficción. El listón está muy alto.
Y ahora ¿qué?



* "Daenerys Targaryen, la rompedora de cadenas de «Juego de Tronos»... que dejó de serlo" ABC 20/05/2019 https://www.abc.es/play/series/noticias/abci-game-thrones-daenerys-targaryen-rompedora-cadenas-dejado-serlo-juego-tronos-201905180052_noticia.html





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