martes, 14 de mayo de 2019

La tontería visible

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Empecemos por el final. La última línea del artículo firmado por Eugene Robinson en The Washington Post es esta: «There are many fitting words to describe the Trump administration. One of the simplest is “dumb.”» Creo que va siendo un principio universalmente aceptado. Lejos han quedado las dudas. La más simple, como señala Robinson, es "tonto". No hay plan oculto, solo la tontería visible.
A esta conclusión se llega después de analizar la forma de negociar con China o, si se prefiere, de "no negociar", porque lo que se está haciendo no llega a ese nivel de complejidad. Robinson sostiene que el presidente Trump sigue una estrategia elemental de vendedor truculento, lleno de malas prácticas aprendidas a lo largo de su vida. Por eso era importante sacar a la luz su historial de pérdidas económicas durante décadas y la reclamación de sus declaraciones fiscales. Allí donde él se presenta como un héroe invencible en los negocios, solo se encuentra un vendedor tramposo que acaba mal muchas veces.
Escribe Eugene Robinson en su artículo, cuyo título explícito es "Trump has no idea what he’s doing":

The thing to keep in mind about President Trump, as he thrashes around like a weak swimmer in a strong current, is that he has no idea what he’s doing. None. Not a clue.
I know that he can be clever politically, in a tactical sense. I know that his lies are often both deliberate and effective. I know that his utter shamelessness can sometimes come off as some kind of warped genius. But the only thing that’s profound about Trump is the truly spectacular depth of his ignorance. As evidence, take a glance — if you dare — at your 401(k).
The president’s decision last week to unilaterally boost tariffs on $200 billion of Chinese imports produced an entirely predictable response — retaliatory tariffs from Beijing on $60 billion worth of U.S. products, a freakout by the financial markets and a screaming plunge in the Dow and other major indexes.*



Puede que haya más países en el mundo cuya presidencia esté ocupada por alguien que "no sabe" lo que está haciendo. Pero el problema es que ese tipo de presidente está ahora al frente de los Estados Unidos. Hasta el más leve estornudo de una mariposa en la Casa Blanca tiene consecuencias mundiales.
La constatación de que no sabe lo que está haciendo no significa que no "sepa" lo que hace, sino que desconoce los efectos de lo que hace, que es peor. La "espectacular profundidad de su ignorancia" guía sus acciones que se cree, por el contrario, presididas por la inmensa sabiduría que su narcisismo le hace creer que tiene. Y esto lo hace mucho más peligroso para los Estados Unidos y para la paz y estabilidad mundial.


Como todo incompetente, cree que los demás se verán seducidos y asombrados por sus astutas jugadas. Nada más lejos. La presidencia de los Estados Unidos debe contribuir a la estabilidad mundial y no a alterarla. Creo que el ejemplo de un árbitro que se siente molesto por no haber incidentes será claro. Su afán de protagonismo le lleva a calentar el partido para que todos aprecien su autoridad. Sería un árbitro que disfrutaría pitando un par de penaltis por partido y tres o cuatro expulsiones. Todos tienen que notar que está ahí. Lo fácil no va con él.
Y eso lo traslada a la política y a las negociaciones. Analizando lo ocurrido con las negociaciones con China, que tienen en vilo a la economía mundial, Robinson señala:

The administration’s trade talks with China had reportedly been going well and were supposed to be nearing an end. Trump accused the Chinese of trying to renege on concessions at the last minute, but the president’s history suggests otherwise. Veterans of the high-stakes world of New York real estate have told me about what they described as Trump’s standard negotiating practice — pitching some kind of fit at the very last minute, when the other party thought things were settled, in hopes of bullying his way to a better deal.
That might work with a subcontractor who doesn’t have the power to say no, or even with a fellow developer who vows on the spot never to do business with Trump again. But would any skilled negotiator think such a stunt would work with China, the world’s second-greatest economic power? Wouldn’t the Chinese government have to react in kind, if only as a matter of sovereign pride? And wouldn’t startled investors conclude that their fear of a serious trade war — the kind with no winners, only losers — had been realized?*

El afán de protagonismo de Trump actúa como un creador de problemas. Son los demás los que pagan las consecuencias. En ocasiones hemos comparado a Trump con un bombero que quiere que le feliciten por apagar los fuegos que ha encendido previamente. Su obsesión enfermiza por "arreglar" lo que sus predecesores consiguieron —siempre está mal todo lo anterior a él— le guía, pues tiene necesidad de aplauso permanente para satisfacer su ego.


Lo que Robinson llama trucos de vendedor, lo que le confirman lo que han tratado con él en los negocios o le han visto hacerlo, es su traslado a la vida política internacional. El problema es que todo esto puede romperse en algún punto desencadenando algún desastre de imprevisibles consecuencias. Las "tonterías", por volver a las conclusiones del artículo de Eugene Robinson, no tienen menos efecto por diagnosticarlas. Añaden, en cambio, un poso de amargura a los desastres al no poderse evitar.
Hoy, la mayor parte de los titulares mundiales muestran su preocupación por la negociaciones y los efectos sobre las bolsas e inversiones. El único valor que sigue el alza es el ego de Trump.


* "Trump has no idea what he’s doing" 13/05/2019 https://www.washingtonpost.com/opinions/trump-has-no-idea-what-hes-doing/2019/05/13/a3e6a626-75c0-11e9-bd25-c989555e7766_story.html?utm_term=.f621efe3b74e




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