Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
De las
muchas formas de enfocar al presidente de los Estados Unidos, la económica es
una de ellas. Como personaje teatral, como personalidad histriónica, Donald Trump es el resultado de su
voluntad de mostrarse, mientras que se resiste a ser visto de una manera que no
controle. Eso actúa como un acicate para los que tratan de ver qué hay al otro
lado del decorado personal. Frente a los esfuerzos por mostrarse de una
determinada manera, están los intentos de conocer el otro lado.
Las
revelaciones que se han ido produciendo sobre su vida empresarial contrastan
fuertemente con la imagen que ha querido crearse del éxito económico y
empresarial. Esto es importante porque gran parte de su línea electoral consistía
en acusar a los demás de inútiles mientras que se presentaba como empresario y
hombre de negocios exitoso. Las informaciones que la prensa ha ido sacando a la
luz muestran otra realidad y hacen reclamar luz y datos con más insistencia en
lo que puede ser llamada la Batalla por las declaraciones de impuestos, algo
que Trump ha sabido defender con más intensidad que su turbulenta vida privada,
sobre la que se ironiza en el límite hasta en series televisivas (en The Good Fight, por ejemplo, en donde se
juega argumentalmente con la existencia de posibles vídeos escabrosos). Sus
finanzas e impuestos son aspectos
opacos.
Esto es
lo que ha hecho que el editorial de The New York Times, tras explicar que el
Trump prometió hacer públicas sus declaraciones de impuestos y no hacerlo, se
pregunte en su titular "What Is Donald Trump Hiding?",
señalando la importancia tras las últimas revelaciones sobre las enormes
pérdidas acumuladas allí donde Trump quería mostrar "éxito". Los
norteamericanos saben que no hay nada peor que un presidente endeudado y eso es
lo que quieren saber, los movimientos de ocultación de los agujeros, primero y
de los préstamos después. Las declaraciones de impuestos son las que hacen el
retrato económico del presidente más allá de sus propias palabras.
Las declaraciones, explican, dan mucha información:
First and foremost, the public deserves to know
more about Mr. Trump’s finances: from whom he has borrowed, with whom he has
done business, to whom he may be beholden. This is relevant information about
any president, but it is particularly important in the case of Mr. Trump,
because he refused to divest his business holdings following his election,
breaking with the practice of his predecessors.
Mr. Trump has provided some information,
including in the annual financial disclosures he filed as a candidate and as
president. But his tax returns would provide a fuller record, including
previous investments and obligations.
A tax return is far from a complete picture of
a person’s financial life. For one thing, it is an accounting of income rather
than wealth, so it would not establish whether Mr. Trump is a billionaire. But
Mr. Trump’s tax returns could provide significant information about matters of
greater public import, including his debts and the sources of his income. For
example, if Mr. Trump deducted the interest payments on a loan from his taxable
income, he would be required to disclose information about the source and
amount of that loan. Another example: A partnership that sells real estate, and
includes foreign partners, must disclose information about those partners.
If Mr. Trump holds money in foreign tax havens,
those investments would be listed, too.*
Parece que el periódico tiene muy claro lo que hay que
buscar. La información de la declaración abriría muchas líneas y podrían trazar
un mapa congruente de las decisiones de Trump en clave nacional y en clave
internacional. Con estos datos se puede construir un retrato económico que explique muchas cosas.
En estas semanas últimas, distintos medios norteamericanos
van sacando informaciones, gracias a sus equipos de investigación, sobre las
finanzas de Trump. La petición de las declaraciones es una vía, pero lo más
probable es que esta información siga saliendo, al igual que lo ha hecho la que
lo mostraba como un empresario fracasado y no como el exitoso hombre de
negocios que pretendía ser.
Las presiones le llegan a Trump desde diversas direcciones,
una de ellas la económica, el mundo de sus finanzas y negocios. Hace mucho que
dijimos que los dos grandes enemigos de Trump eran él mismo y sus negocios.
Ahora se trata, como han visto los medios norteamericanos, de buscar. Inmune a
los escándalos sexuales que ha conseguido que sus compañeros evangelistas ignoren,
a sus propias mentiras —contabilizadas por los medios—, ahora le queda el área
sensible de los negocios.
Veremos si, como señalan en The New York Times, las
declaraciones o los documentos que aparezcan, le complican la vida. Al final le
acabarán haciendo el retrato económico, ya sea posando o en rebeldía.
* The
Editorial Board "What Is Donald Trump Hiding?" The New York Times
8/05/2019 https://www.nytimes.com/2019/05/08/opinion/trump-taxes.html
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