jueves, 9 de mayo de 2019

El retrato en rebeldía

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
De las muchas formas de enfocar al presidente de los Estados Unidos, la económica es una de ellas. Como personaje teatral, como personalidad histriónica, Donald Trump es el resultado de su voluntad de mostrarse, mientras que se resiste a ser visto de una manera que no controle. Eso actúa como un acicate para los que tratan de ver qué hay al otro lado del decorado personal. Frente a los esfuerzos por mostrarse de una determinada manera, están los intentos de conocer el otro lado.
Las revelaciones que se han ido produciendo sobre su vida empresarial contrastan fuertemente con la imagen que ha querido crearse del éxito económico y empresarial. Esto es importante porque gran parte de su línea electoral consistía en acusar a los demás de inútiles mientras que se presentaba como empresario y hombre de negocios exitoso. Las informaciones que la prensa ha ido sacando a la luz muestran otra realidad y hacen reclamar luz y datos con más insistencia en lo que puede ser llamada la Batalla por las declaraciones de impuestos, algo que Trump ha sabido defender con más intensidad que su turbulenta vida privada, sobre la que se ironiza en el límite hasta en series televisivas (en The Good Fight, por ejemplo, en donde se juega argumentalmente con la existencia de posibles vídeos escabrosos). Sus finanzas e  impuestos son aspectos opacos.


Esto es lo que ha hecho que el editorial de The New York Times, tras explicar que el Trump prometió hacer públicas sus declaraciones de impuestos y no hacerlo, se pregunte en su titular "What Is Donald Trump Hiding?", señalando la importancia tras las últimas revelaciones sobre las enormes pérdidas acumuladas allí donde Trump quería mostrar "éxito". Los norteamericanos saben que no hay nada peor que un presidente endeudado y eso es lo que quieren saber, los movimientos de ocultación de los agujeros, primero y de los préstamos después. Las declaraciones de impuestos son las que hacen el retrato económico del presidente más allá de sus propias palabras.
Las declaraciones, explican, dan mucha información:

First and foremost, the public deserves to know more about Mr. Trump’s finances: from whom he has borrowed, with whom he has done business, to whom he may be beholden. This is relevant information about any president, but it is particularly important in the case of Mr. Trump, because he refused to divest his business holdings following his election, breaking with the practice of his predecessors.
Mr. Trump has provided some information, including in the annual financial disclosures he filed as a candidate and as president. But his tax returns would provide a fuller record, including previous investments and obligations.
A tax return is far from a complete picture of a person’s financial life. For one thing, it is an accounting of income rather than wealth, so it would not establish whether Mr. Trump is a billionaire. But Mr. Trump’s tax returns could provide significant information about matters of greater public import, including his debts and the sources of his income. For example, if Mr. Trump deducted the interest payments on a loan from his taxable income, he would be required to disclose information about the source and amount of that loan. Another example: A partnership that sells real estate, and includes foreign partners, must disclose information about those partners.
If Mr. Trump holds money in foreign tax havens, those investments would be listed, too.*



Parece que el periódico tiene muy claro lo que hay que buscar. La información de la declaración abriría muchas líneas y podrían trazar un mapa congruente de las decisiones de Trump en clave nacional y en clave internacional. Con estos datos se puede construir un retrato económico que explique muchas cosas.
En estas semanas últimas, distintos medios norteamericanos van sacando informaciones, gracias a sus equipos de investigación, sobre las finanzas de Trump. La petición de las declaraciones es una vía, pero lo más probable es que esta información siga saliendo, al igual que lo ha hecho la que lo mostraba como un empresario fracasado y no como el exitoso hombre de negocios que pretendía ser.


Las presiones le llegan a Trump desde diversas direcciones, una de ellas la económica, el mundo de sus finanzas y negocios. Hace mucho que dijimos que los dos grandes enemigos de Trump eran él mismo y sus negocios. Ahora se trata, como han visto los medios norteamericanos, de buscar. Inmune a los escándalos sexuales que ha conseguido que sus compañeros evangelistas ignoren, a sus propias mentiras —contabilizadas por los medios—, ahora le queda el área sensible de los negocios.
Veremos si, como señalan en The New York Times, las declaraciones o los documentos que aparezcan, le complican la vida. Al final le acabarán haciendo el retrato económico, ya sea posando o en rebeldía.


* The Editorial Board "What Is Donald Trump Hiding?" The New York Times 8/05/2019 https://www.nytimes.com/2019/05/08/opinion/trump-taxes.html

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