jueves, 16 de mayo de 2019

El divorcio en las aulas o el psicodrama egipcio

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Recordarán los hipotéticos lectores de estas páginas el firme compromiso gubernamental egipcio de iniciar una campaña para acabar con uno de sus males nacionales: el divorcio. Al divorcio egipcio hay que dedicarle periódicamente alguna atención por varios motivos, el primero es el crecimiento; el segundo, las ideas que estimula sobre cómo acabar con él. Recordemos que, en episodios anteriores, el gobierno había encontrado la llave a la felicidad conyugal en Malasia (ver El divorcio egipcio y la solución malaya 11/03/2019), donde se había reducido el número de divorcios. El gobierno egipcio mira hacia Asia para lograr el modelo que le permita superar sus ¿problemas?, como ha ocurrido con las llamadas escuelas "japonesas" en la que se pretende implantar modelos educativos del Japón. Anteriormente, Egipto pretendió mandar a miles de estudiantes al país, pero Japón prefirió aceptar unos pocos y ayudar en el modelo. Hasta ahora hemos vistos a algunos niños con quimono.
Pero ya vemos las acciones sobre el divorcio en marcha. Cuando el presidente al-Sisi dice que algo se solucione hay que solucionarlo. La noticia de las nuevas iniciativas para llevar la armonía a los hogares y evitar los divorcios ya han empezado y nos la cuentan, con el titular" Egypt teaches students about love and marriage in attempt to curb divorce",  en Middle East Affairs:

CAIRO: During a recent class at Cairo University, students laughed as they watched a skit acted out by their peers about a married couple. The husband came home from work and asked his wife, who was sweeping the floor, why dinner wasn’t ready.
“I pick up the kids and I go to work … Am I neglecting something because the food is still on the stove?” the wife asked, to which the husband responded: “The apartment looks like a rubbish dump.”
The skit was part of a new government project called Mawadda, which offers lessons to university students about how to pick the right partner and how to handle conflicts in marriage. The goal is to prevent divorce after the number of divorces reached more than 198,000 in 2017, a 3.2 percent increase from the year before.
Mawadda, meaning affection, is still in a trial phase, but the goal is to target 800,000 young people yearly starting 2020 and to eventually make it mandatory for university students to take a class before graduating.
After watching the skit, some students and the teacher pointed out that the husband should carry out more household tasks.*



¿Ya...? ¿Se acabó? ¿Nada más...? El que se nos diga que los estudiantes se reían ya nos dice bastante. La situación la habrán visto en esas comedias a las que los egipcios son tan aficionados, ya sea en el cine o en las series de televisión, en donde el costumbrismo cómico ha servido para reírse de todo aquello que no se podía solucionar.
Pretender solucionar el "problema" del divorcio en Egipto dando consejos sobre cómo elegir la pareja ideal o cómo repartir el trabajo doméstico en casa es de una ingenuidad —mejor simpleza— sin límites. Esto ya lo dijimos, pero el escenario que se nos describe y la fotografía del psicodrama que Middle East Affairs nos muestra roza esos límites de la comedia antes mencionados.
Tomar el divorcio como un problema y no como el síntoma de un problema es característico de la forma de pensar del régimen. Es más fácil definir el problema como una cuestión de "indisciplina" que puede ser controlado como se hizo en Malasia, recrudeciendo las condiciones de los divorcios. No se soluciona ningún problema real, pero se camufla lo que más importa a los políticos de esta pluma, las cifras. Dar prioridad a las cifras es un viejo truco político. Las cifras son el resultado de las mediciones, que siempre pueden ser modificadas. Así se pueden presentar cifras mejores cuando no ha cambiado nada, solo la forma de representarlo.


En Reuters encontramos el texto fuente de Middle East Affairs sobre la iniciativa Mawadda, lo que nos permite detectar alguna interesante supresión en el citado anteriormente:

Mawadda’s lessons will be accompanied by YouTube videos, a radio program and educational plays. The church and Egypt’s top Sunni Muslim authority, Al-Azhar, are partners.
“If we want to solve the problem from the root we need to target people before they get married,” said Amr Othman, manager of Mawadda at the Social Solidarity Ministry. He added that there’s a correlation in Egypt between divorce and problems such as child homelessness and drug addiction.
At a youth conference in July, President Abdel Fattah al-Sisi said divorce and separation meant that millions of Egyptian children were living without one of their parents.
Islam allows men to end their marriages verbally, only by telling their wives they are divorcing them. Sisi has said he wants to see an end to this practice in Egypt because the divorce rate is too high. The Mawadda project was launched in response to Sisi’s concerns, officials said.
It typifies some of Sisi’s efforts to drive social change.
“He is patriarchal and speaks to Egyptians as if he was their father,” Barak Barfi, research fellow at New America, a think tank based in Washington, said of Sisi. “It (Mawadda) reflects his belief that transformation can be instituted from the top rather than from below at the grass roots level.”**


Lo de los vídeos de YouTube no requiere mucho esfuerzo, forma parte del intento de "modernidad" que el régimen siempre trata de transmitir. Pero las palabras del responsable establecen esa interesante "correlación" los niños sin hogar y las drogas. Evidentemente ninguno de los dos casos tiene que ver con el caso en sí. Los niños sin hogar, un problema real en las calles de Egipto, tiene que ver sobre todo con la falta de pensiones y el abandono de los hogares a través del simple divorcio oral (el "talaq, talaq, talaq"), es decir, se produce tras el divorcio que favorece al hombre, de la misma forma que deja desamparada a la mujer. Es decir, el divorcio es sobre todo contra la mujer. El problema es el machismo respaldado por la tradición, que deja a las mujeres a merced de las familias que usan a las hijas en los matrimonios forzados y juveniles (infantiles muchos) y el desamparo en el que quedan después por la facilidad y ventajas que el sistema da a los varones. Y lo usan con profusión.
Cuando la mujer sale de esa situación es solo a través del divorcio, que a ella le cuesta mucho más pues su iniciativa no tiene nada que ver con las del varón y, como añadido, las posibilidades de casarse son nulas (perdería a los hijos) y carece en muchas ocasiones de autonomía económica para sobrevivir sola.


Aunque el divorcio es uno, tiene dos caras: la del abandono y la de la liberación de un matrimonio en el que no hay ninguna salida más que aguantar. Recordemos de nuevo, que hace poco se debatía el derecho de la mujer a saber (solo saber) si su marido toma una segunda o tercera o cuarta esposa, algo por lo que no se le pueden pedir cuentas.
La sola posibilidad de poner más difícil el divorcio oral (talaq), es decir, que llegues y le digas a tu esposa que ya no lo es recitando la fórmula, levantó una gran polémica ya que se considera perfectamente acorde con la ley islámica. Y esta, por mucho que se empeñen, es patriarcal.
Por eso también lo es la visión de esta cuestión, como se señala en el texto anterior. No hay un enfoque progresista, ni si quiera de justicia, solo hay un intento de evitar que las cifras del divorcio evidencien un fracaso social, es decir, que un problema que crea otro problema.


El ideal matrimonial sigue siendo un sueño fantasioso que no se corresponde con la realidad. Es un sueño de autoengaño —otro más— en el que ya está definida qué es la "felicidad" y al que hay que amoldarse además de por ley, ahora por patriotismo.
La línea que se ha suprimido del texto de Reuters en el artículo de Middle East Affairs es la siguiente: "It typifies some of Sisi’s efforts to drive social change." Es cierto. Es un ejemplo de cómo funciona la mentalidad del régimen que el presidente está moldeando con mano de hierro. Su criterio ante un problema es que es el único para definir ese problema, que queda así cerrado. Una iniciativa como la de Mawadda es un sueño convertido en orden militar o una orden militar convertida en sueño.

Se cumple así el modelo egipcio de gobierno. Si se acusaba a Hosni Mubarak de desatención, de abandono del pueblo, el presidente al-Sisi muestra cada día cómo se preocupa por sus hijos. Esa visión vertical tiene unos efectos sociales en la percepción de la presidencia, pero no significa que los modelos transformen la realidad. Por mucho que se llene Egipto de carteles con el rostro del presidente, que está por todas partes, los problemas no se solucionan. Pero se trata de que cien millones de personas así lo crean. El estado existe como receptor y ejecutor de sus órdenes. Eso es lo que hay que percibir, que el patriarca no les abandona, que se preocupa por su sufrimiento, que les regaña cuando se quejan, como un padre. Mubarak lo intentó, pero era demasiado tarde. Nadie le quería como "padre", aunque él los quisiera como "hijos" y súbditos.
La representación de los estudiantes en la universidad tiene algo de psicodrama, pero es poco probable que las causas subyacentes se vean modificadas con estas tácticas de campo. Los problemas siguen sin modificarse porque es ese carácter patriarcal que define al presidente el que define a la sociedad. Unas cifras de divorcios como las de Egipto representa algo más que un problema sobre el reparto de las tareas domésticas. Habla de una crisis profunda del sistema que, como en otras cosas, no es fácil que cambie.




* "Egypt teaches students about love and marriage in attempt to curb divorce" Middle East Affairs 15/05/2019 https://middleeastaffairs.net/2019/05/15/egypt-teaches-students-about-love-and-marriage-in-attempt-to-curb-divorce/
** Lena Masri "Egypt teaches students about love and marriage in attempt to curb divorce" Reuters 14/05/2019 https://www.reuters.com/article/us-egypt-life/egypt-teaches-students-about-love-and-marriage-in-attempt-to-curb-divorce-idUSKCN1SK0XT

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