La
promesa de Donald Trump de arreglar el mundo se está convirtiendo en un amargo
sarcasmo. No solo no arregla nada, sino que está poniendo todo patas arriba. No
hay punto o lugar en el que ponga la vista en el que no se generen problemas de
diversa gravedad. La sola enumeración de lo que este hombre y su administración
ha provocado en el tiempo que lleva en la Casa Blanca, simplemente, espanta.
Ahora mismo tenemos gracias a sus irresponsables medidas conflictos abiertos o
ampliados por su intervención:
a) la
situación con Corea del Norte; b) la amenaza sobre Venezuela y haberle puesto en
bandeja a Maduro la forma de enquistarse más; c) la guerra comercial y política
con China; d) la situación explosiva de Oriente Medio, con la amenaza de que el
"acuerdo del siglo" acabe de reventar todo; e) el duelo con Irán
después de la ruptura del acuerdo nuclear internacional; f) el nuevo cerco a
Cuba; g) el conflicto arancelario con Europa; h) el conflicto europeo sobre las
sanciones derivadas de los conflictos con Irán o Cuba. i) el intento de
hundimiento de las tecnológicas chinas, con Huawei al frente, en todo el mundo;
j) los problemas derivados del cambio climático; k) el conflicto del muro con
el sur y la "emergencia nacional"; k) las sanciones a Turquía... Podrían
señalarse algunos más, pero da agobio solo su enumeración. El "America First!" es más bien el
"America sobre todos!", un grito de fuerza en un país del que aplaude esos gestos que le permiten la tranquilidad de pensar que los agoreros del fin del imperio americano se equivocaban.
Donald
Trump es un peligro universal, algo de lo que se ha dado cuenta el mundo entero
y la mitad de los norteamericanos. Hoy existe esa división primaria, creada por
el mismo Trump, de los Estados Unidos frente al mundo. En su momento dijimos
que no se trataba de "aislacionismo", que ese "First""
exigía a otros en la cola de la obediencia. Y así ha sido, desgraciadamente.
Es
peligrosa la conexión que se está estableciendo entre los populismos mundiales
y la percepción de estos conflictos. Las posturas de Trump son alentadas desde
muchos rincones —mediáticos, redes...— por los que esperan sacar provecho de
estas posturas imperialistas.
Trump
está sacando lo peor de los Estados Unidos, los peores sentimientos y
actitudes, del racismo al imperialismo más descarado. La política seguida es de
"matonismo", de amenaza constante y nadie está a salvo. Una persona
con la falta de empatía demostrada por Trump, solo entiende las relaciones de
fuerza, de dominio, y es lo que está practicando con todo y con todos.
Hoy
todos saben que la política norteamericana puede apuntarte por cualquier motivo
o sin razón; solo cuentan sus intereses y todo aquel que le lleva la contraria
es definido como "amenaza a los intereses nacionales", lo que te pone
en una lista negra a la espera de ser objetivo de sanciones o peor.
Veremos
qué va a ocurrir en Oriente Medio cuando Trump despliegue el plan llamado
"el acuerdo del siglo" (¡es posible mayor infantilismo!). Ya se
levantan voces en distintos países de la zona diciendo que no están dispuestos
a aceptarlo. Esto puede desestabilizar más lo que estaba medio estabilizado. En
Egipto, un aliado "personal" de Trump, no será fácil evitar
conflictos cuando el plan se ponga sobre la mesa. Mucho poder de convencimiento
va a tener que utilizar el presidente al-Sisi para justificar el acuerdo, que
les necesitará como garantes. Las amenazas a los que no lo acepten definen lo
que Trump entiende por un "acuerdo". El apoyo decido a Israel y sus
reivindicaciones extenderán el conflicto a la Unión Europea, que tendrá que
tomar posiciones en contra, como ya ha ocurrido con el caso de Irán. Trump agudiza
el conflicto en las puertas mismas de Europa.
No hay
un futuro pacífico con Trump. El proceso de depuración, voluntario o forzado,
en sus filas hace que conforme avance el tiempo, los que queden sean los
halcones, los que sostienen esas posturas.
La
pregunta que se hacen en los medios norteamericanos es si procede ya iniciar un
proceso de "impeachment", el procesamiento para alejarlo de la Casa
Blanca. Las causas son variadas, desde la cuestión rusa hasta la obstrucción de
la justicia, pasado por el abuso de poder o las cuestiones de sus oscuros negocios
o las protegidas declaraciones de impuestos.
La
reducción de sus fuerzas en las cámaras en la elecciones de medio mandato han
complicado sus estrategias interiores y trata de gobernar invocando "amenazas
nacionales" a cada paso y por cualquier motivo. Jueces y cámaras, las
críticas de los medios, tratan de frenarlo en su avance, pero Trump vive amurallado
en un castillo asediado desde múltiples frentes. Pero eso le estimula, lo usa para hacer ver el poder norteamericano. Pero gran parte de ese poder proviene de la confianza de los demás, algo que está perdiendo. Los analistas avisan de que tanta presión sobre los demás hace que se reajuste el sistema en busca de nuevas alianzas.
La
situación de los Estados Unidos es insólita. No creo que se recuerde un mandato
ni un presidente como este. Afortunadamente.
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