domingo, 26 de mayo de 2019

Demasiados conflictos abiertos

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La promesa de Donald Trump de arreglar el mundo se está convirtiendo en un amargo sarcasmo. No solo no arregla nada, sino que está poniendo todo patas arriba. No hay punto o lugar en el que ponga la vista en el que no se generen problemas de diversa gravedad. La sola enumeración de lo que este hombre y su administración ha provocado en el tiempo que lleva en la Casa Blanca, simplemente, espanta. Ahora mismo tenemos gracias a sus irresponsables medidas conflictos abiertos o ampliados por su intervención:
a) la situación con Corea del Norte; b) la amenaza sobre Venezuela y haberle puesto en bandeja a Maduro la forma de enquistarse más; c) la guerra comercial y política con China; d) la situación explosiva de Oriente Medio, con la amenaza de que el "acuerdo del siglo" acabe de reventar todo; e) el duelo con Irán después de la ruptura del acuerdo nuclear internacional; f) el nuevo cerco a Cuba; g) el conflicto arancelario con Europa; h) el conflicto europeo sobre las sanciones derivadas de los conflictos con Irán o Cuba. i) el intento de hundimiento de las tecnológicas chinas, con Huawei al frente, en todo el mundo; j) los problemas derivados del cambio climático; k) el conflicto del muro con el sur y la "emergencia nacional"; k) las sanciones a Turquía... Podrían señalarse algunos más, pero da agobio solo su enumeración. El "America First!" es más bien el "America sobre todos!", un grito de fuerza en un país del que aplaude esos gestos que le permiten la tranquilidad de pensar que los agoreros del fin del imperio americano se equivocaban.


Donald Trump es un peligro universal, algo de lo que se ha dado cuenta el mundo entero y la mitad de los norteamericanos. Hoy existe esa división primaria, creada por el mismo Trump, de los Estados Unidos frente al mundo. En su momento dijimos que no se trataba de "aislacionismo", que ese "First"" exigía a otros en la cola de la obediencia. Y así ha sido, desgraciadamente.
Es peligrosa la conexión que se está estableciendo entre los populismos mundiales y la percepción de estos conflictos. Las posturas de Trump son alentadas desde muchos rincones —mediáticos, redes...— por los que esperan sacar provecho de estas posturas imperialistas.
Trump está sacando lo peor de los Estados Unidos, los peores sentimientos y actitudes, del racismo al imperialismo más descarado. La política seguida es de "matonismo", de amenaza constante y nadie está a salvo. Una persona con la falta de empatía demostrada por Trump, solo entiende las relaciones de fuerza, de dominio, y es lo que está practicando con todo y con todos.

Hoy todos saben que la política norteamericana puede apuntarte por cualquier motivo o sin razón; solo cuentan sus intereses y todo aquel que le lleva la contraria es definido como "amenaza a los intereses nacionales", lo que te pone en una lista negra a la espera de ser objetivo de sanciones o peor.
Veremos qué va a ocurrir en Oriente Medio cuando Trump despliegue el plan llamado "el acuerdo del siglo" (¡es posible mayor infantilismo!). Ya se levantan voces en distintos países de la zona diciendo que no están dispuestos a aceptarlo. Esto puede desestabilizar más lo que estaba medio estabilizado. En Egipto, un aliado "personal" de Trump, no será fácil evitar conflictos cuando el plan se ponga sobre la mesa. Mucho poder de convencimiento va a tener que utilizar el presidente al-Sisi para justificar el acuerdo, que les necesitará como garantes. Las amenazas a los que no lo acepten definen lo que Trump entiende por un "acuerdo". El apoyo decido a Israel y sus reivindicaciones extenderán el conflicto a la Unión Europea, que tendrá que tomar posiciones en contra, como ya ha ocurrido con el caso de Irán. Trump agudiza el conflicto en las puertas mismas de Europa.


No hay un futuro pacífico con Trump. El proceso de depuración, voluntario o forzado, en sus filas hace que conforme avance el tiempo, los que queden sean los halcones, los que sostienen esas posturas.
La pregunta que se hacen en los medios norteamericanos es si procede ya iniciar un proceso de "impeachment", el procesamiento para alejarlo de la Casa Blanca. Las causas son variadas, desde la cuestión rusa hasta la obstrucción de la justicia, pasado por el abuso de poder o las cuestiones de sus oscuros negocios o las protegidas declaraciones de impuestos.
La reducción de sus fuerzas en las cámaras en la elecciones de medio mandato han complicado sus estrategias interiores y trata de gobernar invocando "amenazas nacionales" a cada paso y por cualquier motivo. Jueces y cámaras, las críticas de los medios, tratan de frenarlo en su avance, pero Trump vive amurallado en un castillo asediado desde múltiples frentes. Pero eso le estimula, lo usa para hacer ver el poder norteamericano. Pero gran parte de ese poder proviene de la confianza de los demás, algo que está perdiendo. Los analistas avisan de que tanta presión sobre los demás hace que se reajuste el sistema en busca de nuevas alianzas. 

La situación de los Estados Unidos es insólita. No creo que se recuerde un mandato ni un presidente como este. Afortunadamente.




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