Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
De los
muchos frentes abiertos por Donald Trump, dos son especialmente significativos,
la batalla del muro y el Departamento de Defensa. De ambos hemos hablado en su
momento, pero la dinámica de los acontecimientos hace que la situación vaya
empeorando y, lo que es peor, que converjan los dos aspectos en uno solo.
El
diario El País se hace eco de la dimisión ayer del jefe de gabinete del
Pentágono. Esto ocurre tras la marcha de James Mattis, Secretario de Defensa
por la fuerte discrepancia por la retirada de tropas de la guerra de Siria y la
retirada de la mitad de las tropas en Afganistán, cuya situación se ha complicado
inmediatamente después de declarar su intención. Los talibanes ya no quieren
dialogar con el gobierno afgano, al que desprecian, sino con una potencia que
ya ha anunciado su retirada, es decir, quieren la foto de la victoria. Trump
les ha servido en bandeja el acto propagandístico del siglo. «En su escueto mensaje de despedida de apenas un par de líneas,
Sweeney señala que "ha sido un honor servir junto a los hombres y mujeres
del Departamento de Defensa"»*, nos dicen en El País. Está claro cuál es el
motivo de su salida del Pentágono.
En estos días en que Trump ha recibido a los
representantes demócratas para discutir sobre el cierre de la administración
que se ha producido, ha resaltado su voluntad de no ceder y tener cerrado el
gobierno de los Estados Unidos, meses o años si hiciera falta.
La obsesión de Trump con el muro es algo más que una
fijación. Trump necesita urgentemente una victoria clara sobre sus oponentes,
un gran golpe de efecto que le permita presentarse como "el salvador"
de los Estados Unidos. El aspecto elegido es la construcción del muro.
Inicialmente no solo era la construcción sino su insistencia en que el muro lo
iba "a pagar México", idea que vendió a todos su votantes como un
acto de soberbia y prepotencia avasalladora sobre su vecino, México, al que
insultó en sus intervenciones, considerando a sus habitantes criminales,
violadores y narcotraficantes.
La construcción del muro ha chocado con la cuestión
de la financiación. Ya no se trata de que México lo pague, sino de que las
cámaras aprueben el presupuesto con los millones asignados a la construcción
del muro. Ya se verá más adelante si se puede cobrar a alguien. Pero en
principio los fondos saldrían de las arcas norteamericanas.
La negativa de los demócratas ha enfurecido a Trump,
que ha entrado en una dinámica peligrosa de amenazas. Las cadenas de televisión
norteamericanas nos lo mostraban ayer en la doble postura de amenaza y arrogancia.
De esta forma ha entrado en un terreno peligroso que le puede complicar más la
vida. Ha insinuado que podría declarar una "emergencia nacional" para
justificar no tener en cuenta la opinión del congreso de los Estados Unidos y tomar
la decisión como presidente.
President
Donald Trump is inclined to declare a national emergency to secure military
funding for his long-promised southern border wall if talks between
administration officials and top lawmakers from both parties continue to stall,
a White House official told CNN on Saturday.
While
not the administration's preferred plan, the use of emergency powers to fund
the wall "provides a way out" amid a series of contentious meetings
and disagreements among Department of Homeland Security officials and
Democratic lawmakers over basic facts related to border security, the official
said.**
Los desacuerdos producidos entre los demócratas y los
informes presentados por la administración Trump para justificar el muro se
basan en la consideración de todo inmigrante como "terrorista", como
una amenaza para el país. Los demócratas rechazan estos informes que dicen
falsean la realidad de la inmigración. Incluso el sentido común, podríamos
añadir.
¿Puede Trump declarar un "estado de emergencia"
aunque esa emergencia no exista solo para salirse con la suya? Esto, a nuestro entender,
sería una aberración que involucraría en su pelea particular a más
instituciones, incluido el Departamento de Defensa, por lo que el malestar
seguiría creciendo entre todos aquellos que se siente manipulados por esta
delirante presidencia. En las encuestas realizadas, el 43% de los
norteamericanos estaría a favor del "impeachment" de Trump, frente al
50% que no. Esta última cifra no significa que estén de acuerdo con su
política, solo con el método del impeachment para sacarlo de la Casa Blanca; el
43%, en cambio, no tiene dudas.
Más allá de la opinión pública, cada vez más alterada, está
la cuestión institucional que Trump puede producir con la decisión de declarar
una "emergencia nacional" para salirse con la suya. Con ello
demostraría algo que ya ha demostrado con palabras, el desprecio a las
instituciones. ¿Pero se lo puede permitir? Hacerlo sería dar una patada más a
la democracia norteamericana y a ambos partidos, pues sería suicida que los
republicanos apoyaran una medida que pasa por encima de ellos y su capacidad de
negociar. De hecho, ya son más las voces republicanas en desacuerdo con la
idea.
La CNN añade las dudas sobre las medidas como final de su
artículo:
If a national emergency is declared to build
the wall, the administration likely will face lawsuits questioning the legality
of the move.
"The President's authority in this area is
intended for wars and genuine national emergencies," Evan Hollander,
communications director of the House Appropriations Committee, told CNN.
"Asserting this authority to build a wasteful wall is legally dubious and
would likely invite a court challenge."**
El párrafo final expresa claramente las aplicaciones de una
emergencia nacional y del papel que en su caso tendrían las Fuerzas Armadas,
que sentirían una segunda afrenta tras la retirada en contra de su voluntad
fundamentada en los sacrificios hechos. Esto a Trump le importa poco, pero es
desconocer profundamente la psicología militar, más allá de la propia política
exterior llevada a cabo. La oposición de Mattis, militar él mismo, no es solo
estratégica sino convertir en inútiles lo hecho por los que le precedieron,
incluidas las muertes de soldados. No es romanticismo, es sentido común, es
entregar gratuitamente todo lo que se ha ganado, dejando a los aliados en manos
del enemigo. No es esa la mentalidad de un Departamento de Defensa. Ser usados
ahora para que el presidente pueda ser tener el muro que prometió en su campaña
es excesivo.
Los militares son disciplinados, pero la rabia va por dentro
y las dimisiones seguirán produciéndose si no se varía el enfoque de Trump. La
retirada de Jefe de Gabinete del Pentágono es un signo más de malestar. La
parquedad explicativa es muy elocuente.
The Washington Post recoge la idea de Trump y la compara con
otros países en los que se usa el "estado de emergencia". Los
ejemplos son la situación turca tras el intento de golpe de estado, Egipto bajo
el terrorismo, la crisis venezolana y Francia tras los ataques terroristas de
París. Se señala al comienzo:
“I can do it if I want — absolutely,” he said,
claiming he didn’t need congressional approval to build the wall. “We can call
a national emergency because of the security of our country. We can call a
national emergency and build it very quickly.”
But as The Washington Post reported on Friday,
“legal experts said Trump’s emergency powers under federal law are limited and
expressed doubt that such an avenue would solve a mounting political dilemma.”
Leaders often invoke emergency powers to handle
natural disasters and other crises that require immediate attention. U.S.
presidents have regularly declared national emergencies, including after the
Sept. 11 attacks. Such declarations are also common abroad. In recent years,
foreign leaders have also found ways to use states of emergency to broaden
their powers or clamp down on dissent — occasionally for years at a time. Here
are just a few examples.**
La declaración del estado de emergencia no solo implica que
puede sacar dinero para su muro. Conlleva una serie de medidas en cadena,
incluidas supresiones o limitaciones de derechos. Involucra a las instituciones,
que tienen que pasar a un estado determinado. No es solo firmar por unos millones
de dólares. En zonas parciales, se ha declarado por los grandes incendios, por
los huracanes o las inundaciones. Son casos como el Katrina o los enormes fuegos californianos. Eso es una emergencia. No parece que sea el caso.
Trump sigue con su avance hacia ninguna parte, arrastrando a
lo que se encuentra por el camino. La emergencia es él.
* "Dimite el jefe de Gabinete del Pentágono, semanas
después de la salida de Jim Mattis" El País 6/01/2019
**"Trump
inclined to declare national emergency if talks continue to stall" CNN
6/01/2019
https://edition.cnn.com/2019/01/05/politics/trump-national-emergency-border-wall-shutdown/index.html
***
"Trump may invoke emergency powers over border wall. Here’s how other
world leaders use them" The Washington Post 5/01/2019
https://www.washingtonpost.com/world/2019/01/05/trump-may-invoke-emergency-powers-over-border-wall-heres-how-other-world-leaders-use-them/?utm_term=.718fbd346a3a
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