Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
diario estatal egipcio Ahram Online acaba de poner titular a una de esas cuestiones que
parecen que son tonterías, pero no lo son. La cuestión, por ser directos, es
sencilla: ¿se debe felicitar a los cristianos por la navidad? Muchos se
quedarán un tanto pasmados porque no verán el problema por ningún lado. ¿Qué
problema hay?, se preguntarán.
La
cuestión no es nueva. Tengo muchos amigos y conocidos del mundo musulmán y los
podría clasificar en tres grandes grupos: los que no felicitan, los que te
dicen "feliz año" cuando es Navidad y los que te felicitan en Navidad
sin más sutilezas. Como ocurre con muchos otros muchos casos, los detalles
revelan las cuestiones de fondo.
Hay que
señalar una cuestión previa: la asimetría. Mientras que occidente ha superado
las fases más dogmáticas de la religión (nuestros muertos nos costó en siglos
de luchas) para permitir la convivencia y el progreso no ha ocurrido lo mismo en el ámbito musulmán.
La ciencia se ha
liberado de la tutela religiosa, algo que no se dio plenamente hasta finales
del siglo XIX. Todavía, por ejemplo, se invocaba la Biblia y el diluvio
para establecer la antigüedad del planeta o pensemos en los conflictos con el darwinismo. Esto no ha ocurrido en el mundo
islámico de la misma forma, produciéndose además un enorme retroceso a finales de los
años 80 como reacción a la revolución iraní, comenzando un periodo llamado
habitualmente de "reislamización".
No es el único caso, pues también se han dado formas integristas en los grupos religiosos cristianos, especialmente en los Estados Unidos, en donde están avanzando y negando aquella parte de la ciencia que no les interesa. Es la vuelta de los dogmas absurdos, contra las evidencias y el conocimiento. Eso no es fe; es tozudez e intransigencia.
El
efecto de esto es precisamente el retroceso hacia posiciones mucho más
dogmáticas y ese efecto asimétrico: muchos musulmanes piensan en Occidente como
la "cristiandad". Es evidente que esto no es una casualidad, sino una
estrategia del islamismo al que le interesa definir a Occidente como un espacio
religioso contrario para evitar la modernización y la democratización, que son presentados como hechos destinados a debilitar al islam. El feminismo, por ejemplo, es presentado de la misma manera.
Por mucho que se diga que en el Corán se establece que hay
que "proteger" a las religiones del "libro", es decir,
cristianos y judíos, pues tienen el mismo Dios, el de Abraham, lo cierto es que
se les considera como un término intermedio, como grupos que han tergiversado
las doctrinas de sus profetas y cuyo destino final, como el de todos es la
conversión al islam, la única religión posible.
La
realidad es tozuda y ha ido por otros caminos en la Historia hasta llegar al
momento presente. En este contexto en el que se percibe al Occidente cristiano
como una amenaza y cuya superioridad es solo provisional, algo tan elemental
como felicitarse las fiestas debería ser una política de buena vecindad y no
percibido como una falta grave por parte de quien felicita a personas cuyas
creencias son "fantasías" frente a la "verdad" islámica.
¿Por qué —piensan— se debe felicitar a los que están equivocados?
En este
contexto es donde surge hoy la noticia de la fatwa emitida sobre el tema.
Señala el diario estatal:
The International Electronic Fatwa Centre of
Egypt's Al-Azhar Mosque has said that Muslims may greet and exchange gifts with
Christians during their religious celebrations and on social occasions.
In a fatwa, or religious edict, published on
its official Facebook page, the centre said that tolerance and coexistence
between Muslims and Christians, and courtesy for each other during holidays,
weddings and social events, is not only acceptable but “desirable.”
“The Islamic religion urged followers to
strengthen the bonds of friendship and compassion among the people of the same
country,” the centre said.
The centre provided evidence from the hadith
that Prophet Muhammad himself used to accept gifts from some kings and emperors
during his lifetime.
Some hardline Egyptian Islamic clerics have
argued that Muslims should not greet Christians on religious or social
occasions.
Al-Azhar scholars in recent years have
individually stated that greeting Christians and non-Muslims on their
celebrations is acceptable, but until now without issuing an official
institutional fatwa.*
Como se podrá comprobar, el texto está lleno de sutilezas e
introduce el matiz de la "convivencia" nacional. Recordemos que el
10%, cifra que se mantiene, de los egipcios es de religión copta, es decir,
cristianos que estaban allí desde antes que las invasiones árabes llegadas de
la península se hicieran con el norte de África y entraran en la península
ibérica.
El camino religioso seguido en Occidente es el de convertir
la religión al ámbito privado por más que puedan existir tradiciones,
inspiraciones, fuentes o como lo queramos llamar de carácter cristiano en la sociedad. No se sale de la nada.
Por el
contrario, en el mundo islámico, la religión se ha convertido en el centro y es
ley, obliga a todos, quieran o no. El camino ha sido el opuesto. El llamado desesperado del presidente egipcio a la "renovación del discurso religioso", ignorado una y otra vez, es precisamente la constatación de esta idea, aunque sea de una forma eufemística para evitar más problemas.
El hecho mismo de que se emita una fatwa para que sepan que pueden
felicitar por la Navidad es ya significativo de este carácter. Se refiere a un acto de cortesía que facilita la convivencia,
nada más. No es posible ir más allá porque el sentido de lo religioso no se
entiende de la misma manera. El ejemplo del hadiz lo dice todo, Mahoma aceptó regalos de reyes y emperadores. No sé si es el mejor ejemplo para justificarlo.
Mientras el abanico de la religiosidad con en que se acerca
uno a las navidades van de las meras vacaciones a la profundidad religiosa, la
percepción exterior es otra. De ahí que haya que establecer esa idea de la
fatwa, que no se había emitido como tal hasta el momento.
El hecho de que exista una fatwa, es decir, con un sentido oficial
hace ver que el sentido hasta el momento no tenía la claridad necesaria, lo que permitía no felicitar por las fiestas
relacionadas con la Navidad (o se amplía estratégicamente a las bodas, por
ejemplo, restando así intensidad al hecho). Es un acto de buena vecindad, se
viene a decir. Un musulmán no está irremisiblemente perdido si felicita a sus
vecinos, no implica herejía, al no suponer ningún tipo de compromiso más allá.
En un sentido amplio, el espíritu
navideño es compatible con cualquier persona que desee el bien del prójimo,
la paz para todos. Es un momento de recogimiento para los creyentes en el que
viven su propia felicidad con los demás. Este mismo sentimiento de deseo de paz
y alegría se puede tener de corazón sin que la persona sea necesariamente religiosa.
La alegría es contagiosa y el hecho de que estemos durante
unos días manifestando nuestros deseos de felicidad a todos, creyentes o no
creyentes, no es lo peor que nos puede ocurrir. Creo que hay cosas mucho más
peligrosas.
Cuando me felicitan el año (el año es un "hecho
objetivo", piensan algunos, aunque no se coincida en las fechas), sigo
diciendo "gracias, igualmente" que es la forma educada de contestar
una expresión educada.
Mis otros muchos amigos de otras creencias o sencillamente
sin creencias no tienen las complicaciones de algunos de mis amigos musulmanes
a la hora de felicitar. Lo hacen de corazón y sin pensar si entrarán en el
paraíso o se quedarán fuera por desear felicidad a alguien.
Se puede ser bueno de muchas maneras. Y también malo de
muchas más. Los radicales que van observando a aquellos que felicitan a los
cristianos por las navidades realizan otra de las múltiples formas de control
de las personas, de restricción de sus libertades. Otra más.
Me alegro que, pasados tantos siglos, haya ya una fatwa que
vea recomendable ser buen vecino.
No llegaron a verlo las víctimas del mercadillo navideño de
Estrasburgo hace unos días. Y espero que no vuelva a ocurrir como sucedió con
los cristianos coptos en su celebración de la Navidad y volvió a ocurrir en la
celebración de la Pascua.
No creo que la fatwa le sirva mucho a los más radicales. Les
servirá para confirmar su idea de que las instituciones han traicionado a los
musulmanes alejándose de la verdad para destruir el islam. Será difícil que
cambien, pero al menos deseémonos paz y alegría sin prejuicios, que es lo menos
a lo que podemos aspirar las personas de buena voluntad. Que podamos desearnos felicidades sin reservas o sentimiento de culpa.
Felicidades a todos. Un buen año en los términos en que cada
uno quiera medirlos, pero con alegría y paz. ¿Es tan difícil desear a los otros, sean quienes sean, felicidades y paz? Parece que sencillo no es. Pero yo lo intento.
* "Al-Azhar says Muslims may greet,
exchange gifts with Christians during holidays" Ahram Online 1/01/2019
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/321021/Egypt/Politics-/AlAzhar-says-Muslims-may-greet,-exchange-gifts-wit.aspx
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