miércoles, 16 de enero de 2019

Brexit o más allá de las puñaladas

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En algunas cosas está bien ser el primero, pero también tiene sus riesgos. Los que celebraron la salida de Reino Unido de la Unión Europea querían algo visceral, marcharse, dar un portazo y tomarse una pinta después. Pero esto se está complicando.
Hace mucho tiempo que la gente no quiere estar en la piel de Theresa May, pero después de hoy, eso se ha vuelto imposible. Se ha liado todo tanto que no creo que nadie se atreva a dar un primer paso para intentar salir adelante porque el problema es qué significa eso. ¿Puede que el Brexit vaya contra la Naturaleza y sea imposible ir contra la "flecha del tiempo" en este tipo de procesos irreversibles?
Nadie se baña dos veces en el mismo río. Creo que lo dije una vez: no se puede creer que se puede volver a un punto determinado, como si el tiempo no hubiera pasado, para volver a empezar. Puede que la Historia no sea fácil de escribir, pero desde luego ocurre. Y la pertenencia de décadas de Reino Unido a ese escenario común, llamado Unión Europea, ha tenido lugar. Ignorarlo es suicida.
El parlamento británico ha tumbado por un aplastante KO el acuerdo con la Unión. Pero lo malo (aunque aquí todo es según se mire) es que no todos los han hecho por los mismos motivos. Incluso los que lo han hecho a favor del acuerdo tampoco puede que lo hayan hecho de forma igual. Los británicos quieren quedarse con lo bueno y devolver todo lo demás, pero eso no es aceptable porque todos tendrían derecho a solicitar los mismos privilegios.


En las diversas impresiones que Euronews recoge en la calle, en las puertas del Parlamento, los únicos que parecen algo esperanzados son los partidarios de permanecer en la Unión Europea. Creen que cuanto más liada este la cuestión, cuanto menos clara parezca es más fácil que se produzca un segundo referéndum sobre la permanencia. Desde que se produjo el primero y comenzaron a darse cuenta que lo que les prometieron era imposible o que aquello que afirmaban era simplemente mentira, han crecido los partidarios de un segundo referéndum, de la posibilidad de que se ofrezca una solución que pase por ellos e incluya la posibilidad de aceptar o rechazar el acuerdo. Los partidarios de salir no logran pasar del "Brexit is Brexit", lo que cabe en una camiseta. Pero la cuestión se complica cuando hay que decidir cómo. Cuando se ven los resultados de la votación, vemos que se trata esencialmente de una revuelta contra Theresa May. El escándalo del Brexit es la división del partido conservador, que ha dado la espalda a su propio gobierno.


Los resultados, tal como los recoge la BBC, muestran que 118 votos de los 432 en contra de la propuesta de May. Mucha traición es esa. Pero en el Brexit ha valido todo. Corbyn pide elecciones anticipadas y echa las manos al cuello de May con una moción que dice presentará esta misma tarde. Pero el estrangulamiento de Corbyn se produce en una May ya cadáver, asesinada por su propio partido por la espalda de una puñalada. Es la herencia del telegénico David Cameron y sus ganas de tirar de la cuerda. No supo defender la plaza y dejó en su lugar a una May que se hay ido hundiendo mientras tiraban de ella desde el fondo del pantano. La figura de Theresa May, como la de los grandes perdedores, adquiere cierta nobleza trágica, la de los que se enfrentan a un destino cantado y mantienen la fe en los imposibles. La han sacrificado sin tener alternativa, sin resolver ningún problema ni plantear soluciones. Nadie sabe dónde ir ni qué hacer. Han reventado el acuerdo y punto.
Dice la BBC con flema británica:

In normal times, such a crushing defeat on a key piece of government legislation would be expected to be followed by a prime ministerial resignation.
But Mrs May signalled her intention to carry on in a statement immediately after the vote.
"The House has spoken and this government will listen," she told MPs.
She offered cross-party talks to determine a way forward on Brexit, if she succeeded in winning the confidence vote.
Former foreign secretary and leading Brexiteer Boris Johnson said it was a "bigger defeat than people have been expecting" - and it meant Mrs May's deal was now "dead".
But he said it gave the prime minister a "massive mandate to go back to Brussels" to negotiate a better deal, without the controversial Northern Ireland backstop.*


¿En "tiempos normales"? ¿Qué significa eso? Que los conservadores machacan a su presidenta y que nadie se arriesga, visto el canibalismo cainita, a salir al ruedo a negociar con Europa. Y la Unión no tiene mucho más que decir. Un Brexit sin acuerdo, todos los dicen, ser complicado para Europa, pero terrible para Reino Unido.
El problema —no es el único— viene de la cuestión de Irlanda y del Ulster, es decir, un viejo problema que los británicos no han querido resolver, como no han querido resolver el de Gibraltar o el de las Malvinas o... La pertenencia a una Europa común relajaba la cuestión de las fronteras y dejaba vivir. Pero al salirse de la UE, Reino Unido vuelve a reactivar el problema (sus problemas) con diferentes países, básicamente Irlanda y en menor medida porque afecta a menos gente y no se ha cobrado vidas, Gibraltar.
El Brexit puede suponer la vuelta muchísimos de problemas que se habían disuelto en la pertenencia a una entidad superior, Europa, una realidad emergida de los países trascendiéndolos. Y esa era precisamente la finalidad de la Unión de Europa. En una Europa con varios siglos de sangrientas disputas por las fronteras (todavía tenemos el ejemplo de Ucrania y Rusia en pie, como un recordatorio cruento), la unión trataba de desarrollar una convivencia que podía ser difícil, pero era mejor que las interminables guerras de siglos.


Esa es la idea del europeísmo como acción y de la europeidad como esencia de nuestro nuevo espacio compartido. Pero los malditos nacionalismos no renuncian a su deseo de enfrentamiento, envenenando lo que pueden y creando diferencias en un espacio con raíces comunes de siglos que han dado forma a nuestros pensamientos, aunque fueran perversos.
La Unión está amenazada ahora por los diferentes tipos de Brexit planteados por populistas ultraderechistas cuyo objetivo es dinamitar Europa. En Alemania, la ultraderecha ya ha planteado un "Dexit" (Deutschland exit) en su programa, según han aprobado hace unos días. No hablemos ya de los italianos en el poder, que ya han empezado su campaña de las europeas contra Europa. Todo esto no es bueno y tampoco lo es para los británicos, que también han ejercido de antieuropeos y como tal llevaron su aplaudida campaña de entonces. Muchos lo lamentan ahora.
Lo que Reino Unido debate es una cosa; lo que Europa tiene sobre la mesa es otra. Lo que desde Londres se ve como un problema británico, desde Bruselas se ve como una cuestión que puede dar al traste con la idea de la Unión. Y tienen razón, porque ese era el objetivo en gran medida, romper Europa y debilitarla. Sino el de los británicos, sí ha sido el interés de los que han apoyado desde fuera el Brexit, especialmente desde el principal impulso de los movimientos debilitadores, Rusia. Es el factor común en todos los casos en los que se trata de crear caos e incertidumbre, desunión. No hay caso en el que no aparezca como instigador, financiador, favorecedor. Esto llega de Estados Unidos a Ucrania,, de los manejos en Italia a los créditos dados por bancos rusos a la ultraderecha de Marine LePen o al UKIP británico. En 2017, Nick Cohen advertía en The Guardian:

You’d never guess it, but Britain is a lucky country. Across the democratic world, Russia pursues its interests by corrupting elections with black propaganda. But in their insouciance, our government and intelligence services show dear old Blighty has no reason to worry. On the rare occasions it bothers to discuss the subject, the British state says “it can’t happen here”, even though “it” is happening everywhere else.
The FBI is investigating how Russia hacked the Clinton campaign and used Facebook and Twitter to spread fake news. Ukrainians are preparing for the next stage of resistance to Russian forces. European foreign ministries and intelligence services have finally understood that Russia’s imperial strategy is to weaken the EU and Nato in every country except, it seems, this sceptred isle.**



Finalmente, Gran Bretaña —la "dear old Blighty"— sí tiene motivos para preocuparse. Y con ella toda Europa. Es un mundo extraño en el que vivimos o lo mismo fue así de extraño y retorcido pero no nos enterábamos.
Tras las puñaladas dadas a May, no hay nada claro. Y eso es lo que preocupa a muchos. No hay un plan B porque lo que se votó es el "final" y no el "principio" y las casas, como sabemos, no se comienzan por el tejado. Es ahí donde se ve el gigantesco engaño del Brexit: convencer de que no solo era posible sino que era fácil. Puede que se haga, pero nadie explicó cómo. Una vez más, se recuerda la ligereza política de Cameron.
Nuestros problemas no son tanto por los británicos sino por tratar de frenar los ataques a la idea de una Europa unida, algo que se puede ver agravado en las próximas elecciones europeas si no hay una corriente que muestre claramente que deseamos ser europeos, vivir en una Europa que funciones y sirva para que todos vivamos mejor y más libres.
Europa tiene problemas, pero no son mayores que los que han tenido y tienen sus estados. El verdadero problema de Europa es el antieuropeísmo que se está creando al convencer a la gente que sus problemas vienen de Europa, cuando no es cierto.
Hace algunos años que advertimos de las consecuencias de responsabilizar a Europa de los fracasos o errores propios, los de cada gobierno. Los gobiernos de muchos países encontraron cómoda la posibilidad de sumarse aciertos y lanzar balones hacia Europa en los fracasos. De ahí derivan las ideas de la pérdida de soberanía, de la burocracia, del carácter no democrático de las instituciones, etc. Esas falacias se acaban pagando,
Hoy no más apuesta de futuro que la construcción de una Europa mejor, más solidaria y fuerte en el panorama internacional. Este último aspecto es esencial, pues se encuentra pillada entre dos potencias que han cambiado su forma de ver el mundo para volver a viejas posiciones. Y a ninguna le interesa una Europa fuerte. Pero más allá de esto, es nuestro propio deseo de avanzar en esta aventura que nos trae mucho ilusión y esperanza en un futuro mejor.
Más Europa, mejor Europa.



* "Brexit: Theresa May's deal is voted down in historic Commons defeat" BBC 15/01/2018 https://www.bbc.com/news/uk-politics-46885828
* Nick Cohen "Russia’s free pass to undermine British democracy" 21/10/2017 The Guardian https://www.theguardian.com/commentisfree/2017/oct/21/russia-free-pass-undermine-british-democracy-vladimir-putin

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