jueves, 13 de marzo de 2014

Hechos consumados

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Debo reconocer que la táctica rusa de invadir un país, anexionarlo mediante la técnica "okupa" y, además, insultar me descoloca. Ayer nos decían los rusos que tenían una propuesta diplomática, pero debe dar miedo escucharla. Teniendo en cuenta lo que hacen cuando los soldados rusos "no invaden" Ucrania, asusta pensar en sentarse a negociar. Puede, incluso, que con quien se siente a negociar al final sea con Yanukóvich, al que tiene como pieza reservada en su estrategia. Víktor Yanukóvich reaparece como un fantasma y recuerda a todos que "él es el presidente legítimo de Ucrania". Lo repite como una especie de mantra con la esperanza de que acabará haciéndose realidad en algún momento. Yo no desecharía esta posibilidad con demasiada prisa.
En efecto, todo el mundo da por descontado que lo menos probable sea el regreso de Yanukóvich, a menos que la jugada de Vladimir Putin sea intentar negociar su reposición en el poder. Solo eso daría sentido a la campaña de propaganda insistiendo en el carácter "fascista" y "nacionalista" de las nuevas autoridades ucranianas, que Moscú no reconoce, la insistencia de Yanukóvich, y el show de los soldados genéricos en Crimea. A Putin le basta con poner sobre la mesa la vieja propuesta "pactada" con la Unión Europea de celebrar elecciones en Ucrania con Yanukóvich en el poder, es decir, volver a la casilla de inicio. Eso le permite mostrarse como respetuoso con los acuerdos y no un transgresor de la legalidad.

El referéndum de Crimea, aunque no se haya celebrado, es algo del pasado desde el punto de vista político ya que el Parlamento de Crimea se ha declarado "independiente" y ha votado unirse a Rusia. Otro absurdo más que demuestra que por un lado van los gestos y por otro los hechos consumados.
En Washington, Obama y el primer ministro ucraniano hacen alarde de alianza y siguen avisando a Rusia de que no haga lo que ya ha hecho. Alemania y Polonia, como ex colonias rusas, tratan de acelerar un tratado con Ucrania que haga que a Putin se le indigeste la víctima y le haga pensarse alguna vez más lo que tenga decidido.
Las palabras de John Kerry sobre próximas reuniones con su homólogo ruso hablan de un mundo ya cerrado por un interlocutor que es capaz de decir con cara de palo que no hay tropas rusas en Crimea mientras Crimea está llena de tropas rusas. ¿Se puede negociar algo así? Por eso sorprenden tantas palabras. Pero nadie quiere renunciar a ellas, aunque por motivos diferentes, Rusia habla con Estados Unidos, que es lo que Estados Unidos quiere, mientras Moscú sigue con sus planes sin alterarlos. John Kerry:

“Le ofreceremos ciertas opciones al ministro que respeten al pueblo de Ucrania, la legislación internacional y los intereses de todos los actores para que se las haga llegar al presidente [Vladimir] Putin con la esperanza de que podamos ser capaces de encontrar una nueva vía de solventar la situación”, ha señalado este miércoles Kerry durante una audiencia ante el Comité de Presupuesto para Operaciones Extranjeras. “Haremos lo que debamos hacer si Rusia no encuentra el modo de adoptar las decisiones correctas y la cosa se puede poner peor si no encuentra la forma de dar con las soluciones adecuadas”, ha advertido.*


La parte final es realmente un galimatías que Putin habrá dicho que es mejor no se molesten en traducirle. Si todo lo que piensa hacer Estados Unidos es esto, ya pueden ir preparando sanciones, y los ucranianos decidiendo que hacen con el espacio que les dejen, si es que les queda algo que no esté poblado por esos "ucranianos" raros que fueron todos a la misma tienda a comprarse uniformes y armamento para salir a pasear por Crimea. Quizá les apetezca darse un paseo más largo.
Putin tiene su idea de lo que va a quedar de Ucrania, cuya sanción mayor sería dejarla reducida en su territorio y cobrarle las facturas, pagadas por Occidente para evitar males mayores.
Si Putin no acepta el gobierno de Kiev, la opción que le queda es blindar Crimea, convertida la crisis en una "cuestión interna". Según él, estaría cumpliendo sus pactos internacionales con la Unión Europea y respetando la legislación internacional. La baza de Yanukóvich queda en la manga como presión.


Habitualmente, Vladimir Putin te corta una mano y después negocia contigo qué se hace con la otra. Es lo que ha hecho con Crimea, la mano cortada. La opción que te queda es cortarte la otra, que te la corte él o aceptar sus condiciones. Me temo que las soluciones diplomáticas que Rusia va a proponer sean de este estilo.
Es esencial para Putin demostrar que es el jefe de la manada. Sobre ese concepto trata de atraerse sus socios, que se vea claramente lo que supone traicionarle o enfrentarse a él. No es previsible que la independencia y anexión de Crimea tenga marcha atrás. Son hechos consumados. Los intereses de la Rusia de Putin están claros. Lo que pueda querer negociar después da por descontado eso.


Los intereses occidentales, en cambio, son muchos "intereses"; se desdoblan en la retórica de los principios y el pragmatismo de los negocios. Putin no necesita hablar con la administración norteamericana, alemana o inglesa; le basta con que lo hagan los representantes de las empresas que tienen intereses en Rusia y que no entenderán muy bien estas cosas, que les traen al fresco. En ese sentido termina El País su información sobre las declaraciones de John Kerry:

La Administración está calibrando los pasos en este sentido ante la preocupación de varias empresas estadounidenses con vínculos con Rusia, como Boeing, Pepsi o Ford, de ver afectados sus intereses. Representantes de la Cámara de Comercio de EE UU, la Asociación Nacional de Fabricantes y el Consejo de Empresarios EE UU-Rusia ha visitado la Casa Blanca para advertir de la importancia de que las medidas sean equilibradas.*


Rusia puede jugar estas bazas porque el poder de Putin no es el de un líder democrático, sino el de un depredador político curtido en la frialdad de la lucha contra sus opositores, que se mueren por polonio o con lo que resulte más eficaz, les encarcela o desaparecen. Esto no es una novedad. Nadie se le resiste en Rusia. Y Putin sabe que para que eso siga ocurriendo es esencial que los lobos que le rondan no perciban debilidad alguna, ni un titubeo.
Rusia no dialoga; Putin solo habla. Mientras tanto, la política de hechos consumados avanza.


* "Kerry se reunirá con Lavrov el viernes para tratar de calmar la crisis en Ucrania" El País 12/03/2014 http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/12/actualidad/1394642980_871100.html






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