Joaquín mª Aguirre (UCM)
Tras el
escándalo montado por el acoso sexual dentro del recinto de la Universidad de
El Cairo y, en especial, por la reacción de Rector condenando inicialmente a la
estudiante asaltada y vejada, además de las reacciones escandalizadas de algún
locutor televisivo insultando a la mujer, no ha tardado mucho en volver a
saltar otro caso.
Mientras
Egipto trata de transmitir tranquilidad ante el turismo, sale a la luz un nuevo
escándalo: la violación de una turista británica por parte del guardia de
seguridad del hotel de lujo en el que se encontraba en el Mar Rojo. La persona
que debía velar por su seguridad fue quien se aprovechó de las circunstancias. El
asunto lo sacó el Daily Mail hace tres días y ayer lo recogió la prensa
egipcia.
Lo más
sorprendente del caso, como ocurrió con el señalado de la Universidad de El
Cairo, son las reacciones de quienes deberían dejar suficientemente clara su
opinión. La publicación independiente Mada
Masr cuenta la reacción de la portavoz del ministerio de Turismo, Rasha
Azayzi, durante una entrevista telefónica televisiva realizada por la
periodista Lamis al Hadidi en su popular programa "Hona al aasemaa":
Azayzi did not give a straight answer as to
what kind of measures will be taken against the security guard and the hotel,
despite Hadidi asking her several times.
“Measures in cases like these may extend to
closing down the hotel altogether,” Azayzi claimed.
But she then explained that the main problem is
with hotel personnel, who can be fired from one hotel but may be hired by
neighboring hotels after that.
The spokesperson went on to condemn sexual
harassment in general, including a controversial incident last week at Cairo
University. And yet when asked again what would happen in the Sharm el-Sheikh
case, Azayzi answered that “this kind of thing happens in all countries around
the world.”*
Si la respuesta de una portavoz oficial del Ministerio de
Turismo ante el caso de una violación realizada por personal de seguridad es son cosas que pasan, me temo que la
recuperación del turismo, tan necesaria para Egipto, tardará bastante en
llegar. No puede decirse que el personal que sea despedido del hotel será
contratado por el de enfrente o que son cosas que ocurren en cualquier lugar
porque, sí, puede que ocurran, pero en pocos lugares se dará una reacción tan
absurda por parte de las autoridades.
La creencia en que el turismo regresará bajo una simple apariencia
de tranquilidad es de una gran ingenuidad. Hace algunas semanas el ministro de
asunto exteriores reunió a los embajadores de los países europeos que habían
manifestado su preocupación por la situación de los derechos humanos en el país.
Lo hizo para regañarles y decirles que estaban muy equivocados sobre lo que
pasa en Egipto, que no se enteraban bien.
Creo que el ministro —y me imagino que el resto del
gabinete— no se entera demasiado bien de lo que ocurre en el mundo y creo que
tampoco en Egipto, porque también allí se lo están diciendo desde muchas
posiciones diferentes. En el mismo sentido, no hace mucho tiempo Al-Ahram Weekly dedicó un incendiario
editorial a The Washington Post "condenando"
el desconocimiento que tenían respecto a lo que ocurre en Egipto. Molesta
cualquier versión que no sea la oficial y esta es cada vez menos convincente.
Pero cualquier intento de atraer turismo o inversores se
viene abajo ante las noticias que hoy saltan a todas las portadas del mundo,
incluidas las egipcias: la condena a muerte de 529 personas. Las reacciones por
todo el mundo no se han hecho esperar. Esta es la de Amnistía Internacional
contada por AhramOnline:
“Today’s mass death sentences handed down by an
Egyptian court are a grotesque example of the shortcomings and selective nature
of Egypt's justice system,” read the statement issued on Monday.
The human rights organisation demanded “the
injustice writ large and death sentences” be quashed.
Imposing such a high magnitude of death
sentences means that Egypt has surpassed most other countries in the use of
capital punishment in the past year, according to the Hassiba Sahraoui, Deputy
Middle East and North Africa Programme Director at Amnesty International.
Sahraoui added that Monday’s verdict is the
largest single batch of simultaneous death sentences seen in recent years
worldwide.
The 529 defendants were charged with murdering
Mostafa El-Attar, the deputy commander of the Matay district police station in
Minya, during riots in the aftermath of the bloody dispersal of the Rabaa
sit-in in August which left hundreds killed.**
Triste récord el que bate Egipto con estas condenas. Quizá
sea también una "mala interpretación". Sea lo que sea, es la peor
campaña que podía hacer si pretende recuperar los visitantes. La teoría de que
es la "inestabilidad política" lo que causa el desastre económico y
el abandono del turismo es solo una interpretación política.
El gobierno egipcio puede pensar que la época de Mubarak
tenía su represión y que, a pesar de ello, el turismo fluía a Egipto. La idea
de mantener el orden mediante la represión puede estar presente en la mente de
muchos como una solución. Sin embargo esto es una gran ingenuidad pues es no
reconocer que entre la dictadura de Hosni Mubarak y hoy han pasado muchas cosas
y ha sido constante el abuso desde el poder con una excusa u otra: ocurrió con
la SCAF, con Morsi y está sucediendo ahora con el uso desproporcionado de la
fuerza y una peculiar forma de ejercer la justicia que hace que no haya habido condenas
por las muerte de los manifestantes revolucionarios y si las haya, con la
máxima energía, para los declarados oficialmente terroristas.
La disidencia no se tapa con leyes represoras que impidan
las manifestaciones sino cumpliendo muchos de los artículos de la constitución
aprobada pero que todavía está pendiente de llevarse a la realidad. Las
diferencias se tienen que notar y no se notan. La indiferencia de la que se
acusaba al régimen de Hosni Mubarak resuena en esas palabras que se muestran molestas cuando se producen incidentes
en la Universidad o en las playas del Mar Rojo y salen a la luz. Las víctimas
son incordios cuyo objetivo parece
ser molestar a los gobernantes. En el fondo esas palabras no son más que
manifestaciones de impotencia.
El ministro de Turismo, Hisham Zaazou, ha señalado que el
turismo egipcio "está completamente colapsado" y trata de tomar
medidas como incorporar gente joven
para reimpulsar el sector. ¡Qué ingenuidad! Hace unos días las esperanzas oficiales
estaban en traer tres millones de turistas rusos, me imagino que comprometidos
por Putin si se llega a los acuerdos militares adecuados. Me temo que no va a
haber muchas más perspectivas en el futuro inmediato. La guerra que el
islamismo radical lanzó contra el turismo atentando contra los visitantes extranjeros
se agrava ahora por la ineptitud de los responsables y la brutalidad
institucional, la peor combinación. Egipto no se "normaliza" ni encerrando periodistas, ni con masivas condenas a muerte en juicios de un día. Como diría Alaa al Aswany, "la democracia es la solución". Considerar que todos se equivocan y que nadie entiende lo que ocurre en Egipto no puede ser un discurso sostenible mucho tiempo, ni dentro ni fuera.
529 condenas a muerte no son una campaña de imagen; no transmite fortaleza ni justicia, solo brutalidad. 529 condenas a muerte no son "cosas que
pasan", no son cosas que ocurren en
todos los países, por citar las palabras con las que se resolvía el caso de
la turista británica violada por quien tenía que protegerla. Parece que en Egipto
siempre cabe la posibilidad de que quien te debe proteger acabe siendo tu
agresor.
* "British tourist raped by hotel security
guard" Mada Masr 24/03/2014
http://www.madamasr.com/ar/node/2455
** "Amnesty International slams
‘grotesque’ death penalty on 529 Egyptians" AhramOnline 24/03/2014
http://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/64/97451/Egypt/Politics-/Amnesty-International-slams-%E2%80%98grotesque%E2%80%99-death-pena.aspx
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