Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ya le
dedicamos al "emprendedor" José Luis Aneri alguna entrada [ver entrada],
como se merecía, en su momento. El escándalo continúa con valor arquetípico de
esta España de las certificaciones de la calidad, los avales y el prestigio. Cuando detuvieron a Aneri iba uniformado con la equipación de la selección española de fútbol, casi como militar que se rinde uniformado al enemigo. ¡Trágica coincidencia en este fan de la "roja", hábil rematador en la selección nacional del fraude, que nos saca los colores a los demás! Debe dar gusto entra en comisaría envueltos en los colores nacionales.
El negocio
de los falsos cursos es doblemente inmoral y sangrante y nada tiene de
particular que se vean metidos en ellos apóstoles oficiales de la iniciativa
privada, de reducir el tamaño de la administración, del emprendimiento y demás
retórica jugosa con la que disfrazar su incapacidad de generar puestos de
trabajo, de no explotar a la gente cuando los crean, y de no llevárselos a otra
parte cuando la ocasión la pintan calva o sus beneficios a un paraíso fiscal.
El
negocio de los cursos no es nuevo. Basta con ir a las hemerotecas. Verán que
toda esta hueca retórica empresarial sobre la adecuación de las personas a
puestos que no crean se traduce en un sustancioso negocio del que muchos se
aprovechan para obtener ingresos que tiene las bendiciones de
todos porque, ¿cómo te vas a negar a que la gente tenga una oportunidad de
salir del paro formándose mejor?
La
creencia absurda en que en España no se crean puestos de trabajo porque la
gente "tiene una baja formación" y por eso hay que destinar más
dinero a formarlos se contradice con la evidencia de la aceptación que muchos
de nuestros profesionales tienen fuera de nuestras fronteras. No dudo que
haya personas que requieran formación especializada. De lo que dudo es de
muchos que dicen ofrecerla, de sus intenciones y resultados.
Lo dije
una vez y lo digo ahora: en un país con cinco millones de parados, la materia prima pasa a ser
el parado. A su alrededor se forman instituciones y negocios cuya finalidad es
su gestión, "rehabilitación", "formación", supervisión,
etc. De la misma manera que las carencias escolares acaban generando un sinfín
de negocios alrededor para actividades complementarias —academias de idiomas,
música, deporte...— que se aprovechan de ellas, alrededor del paro ocurre algo
similar, principalmente en el negocio de los cursos. No se invierte en la
creación de empresas, sino en la formación de parados para empresas que no los
contratan. La empresa lucrativa es la que tiene clientes asegurados (parados
angustiados) y financiación asegurada (subvenciones). La privatización de todo
esto ha hecho el resto. Sería defendible en los casos en los que efectivamente
cumplen su función y los que pasan por los cursos obtienen puestos de trabajo
acorde con la nueva formación. Pero no es lo que ha ocurrido en este tiempo. La
gente ha ido encadenando curso tras curso para intentar calmar su ansiedad, su
aburrimiento o ambas cosas. Y para negocio de unos cuantos listos y aprovechados.
El
diario El País nos cuenta el aterrizaje de Aneri en el negocio formativo y sus conexiones
con miembros de la patronal madrileña y de la Cámara de Comercio, algunos ya
detenidos por la Policía, como Alfonso Tezanos de CEIM:
La relación de Tezanos con Aneri se remonta
al año 2007, cuando este último desembarcó en la capital procedente de Córdoba.
Fueron Tezanos y su socio Víctor Porta Chacón, que también es vicepresidente de
la comisión de Transportes de la Cámara de Comercio de Madrid, quienes
introdujeron a Aneri en el mundo de la formación en Madrid y quienes le recomendaron
a varias organizaciones empresariales. En esa fecha crearon con él una empresa
llamada Prevención de Riesgos Laborales, que en 2011 cambiaría a Sinergia
Empresarial, la principal empresa de la trama que implica a José Luis Aneri.
Las actividades de Tezanos y Aneri en el mundo de la formación han corrido
paralelas. Sus empresas han usado supuestamente el mismo método: conseguían
nombres y números de DNI y los asignaban a distintos expedientes de planes de
formación. Este periódico ha comprobado que algunos de los cursos diseñados por
organizaciones de Tezanos también tenían alumnos que no sabían que figuraban
como tales en esos expedientes.*
Un
negocio redondo que se ha extendido por muchos lugares. Es más fácil
aprovecharse de los parados que trabajar para que salgan del paro. La infamia
surge cuando los cursos son inventados y se embolsan el dinero de falsos
alumnos, para cuyo camuflaje se ha recurrido a todo tipo de estratagemas
informáticas y burocráticas.
La
expedición de certificaciones de "calidad" es un mecanismo que se
acaba convirtiendo en un negocio más dentro de la oferta. Se presentan como una
garantía para la elección, pero, como en este caso, son por el contrario la
forma de asegurarse una inexistente calidad. Cuesta caro comprobar la calidad
de algo. Anieri consiguió un certificado de calidad de una empresa internacional
con un nombre tan cursi cono Bureau Veritas. Nos explica el diario El País la
reacción de estos amantes burócratas de la verdad:
Manuel Medina, director de la Línea de
Negocio de Certificación, explica que Bureau Veritas se ciñe a lo que dice la
normativa ISO, que el proceso de auditoría tiene lugar en dos días y que uno de
los requisitos en presentar una serie de encuestas a los clientes. “Las
empresas de Aneri cumplían lo que se pedía, otra cosa es que nos engañaran y
ahora mismo la compañía ha comenzado los trámites para suspender y luego
retirar el certificado”, señala Medina.**
La
"certificación" es un "producto", como lo son las latas de
sardinas, las palomitas de maíz o los desatascadores de inodoros. Y ese
producto tiene mayores beneficios si se limitan a poner un sello a los que
entregan lo que les piden y además juran que es verdad. Con poner una cláusula
diciendo que el que lo entrega jura que es cierto y que aquello va a misa, ya
se han ahorrado ir a comprobarlo.
Pero como
se trata de crear esta burocracia carencial —vive de las carencias del
sistema—, las propias comunidades "certifican" su propia marca, en
este caso "Madrid", por aquello de la "competencia". En el
fondo no es más que otra oficina más, de eficacia dudosa, por lo que se ve.
Anieri sabía que la carencia de realidad se compensa a base de sellos y
certificados:
Además de esos sellos de calidad, Aneri se
hizo en noviembre con el certificado Madrid Excelente de la Comunidad de
Madrid. Aun así, el consejero de Economía y Hacienda, Enrique Ossorio, dijo en
la Asamblea a una pregunta de la oposición: “No se ha concedido esa marca a la
empresa que me indica porque no toleramos los engaños”.
Entre los requisitos para conseguir ese
marchamo de calidad, según informa la marca en su web, son necesarios informes
de la consejería “competente”. Este periódico preguntó a la Consejería de
Empleo si se habían emitido esos informes. Un portavoz oficial, que dijo no
tener constancia de ello, remitió a la oficina de Madrid Excelente, que dirige Alejandra Polacci. Desde la oficina de
la marca, remitieron a su vez a la Consejería de Economía. Allí, otro portavoz
aseguró ayer que se emitieron “tres informes” desde la Comunidad de Madrid. Dos
de la Consejería de Empleo y otro, de Economía.**
Nunca
tuvo la nada tantos certificados de existencia como los cursos vaporosos de Aneri.
La doctrina del existencialismo burocrático reza "figuro, luego
existo", en donde la esencia no
la da la existencia sino el figurar
en documento acreditado por terceros. De la misma manera que si no figuras
"no existes", un certificado actúa como fe de vida.
Todos
estos rimbombantes y cursis nombres inútiles —¿Madrid Excelente?— son solo el cartón piedra con los que se acaban
creando los fraudes, las medallas y galardones con las que salir a desfilar al
mundo. Un solo caso de demostración palpable de inutilidad es suficiente para
sembrar la duda en este mundo lleno de pájaros
que primero te sacan los ojos y después te venden bastones, gafas oscuras y
cursos de braille.
Aquí no
brilla la "excelencia"; la consejería "competente" se
muestra absolutamente incompetente, por lo que se ha visto. Resulta naif escuchar la negación del señor
Consejero de Economía de que la Comunidad no dio el certificado de
"excelencia" porque "no toleramos los engaños". Sin
embargo, según el diario, se concedió y luego le fue retirado ante el escándalo
doble, el de los cursos y el de su certificación de excelencia.
Cuando
los teóricos del emprendimiento y del pensamiento positivo señalan que las crisis son oportunidades, no sé si piensan en estos "oportunistas". Quizá
sí.
Nos
queda, como reflejamos cuando saltó el escándalo, el consuelo de que una parte
de la administración madrileña fue la que detectó el fraude y lo puso en manos
de la Policía. Digo "una parte" porque, como se aprecia al final del
párrafo, ahora todos tratarán de lavar su actuación pasándose la pelota de unos
a otros. Y así ocurre hasta que alguien, me imagino que harto, ha acabado
sacando los documentos y certificados por los que se pregunta y nadie sabe responder.
La pena
es que ese dinero no llegue a quien debiera, a los miles de parados que sí
necesitan formación, que no vaya a la creación de empresas, de cooperativas de
parados que puedan construir algo, a los verdaderos emprendedores, y no todos
estos parásitos y sinvergüenzas. Estos "emprendedores" necesitan de otro
tipo de "cursos de formación" en lugares más tranquilos. Para ser
justos, no son los únicos, pues tenemos algunos sindicalistas que han jugado a
lo mismo.
Algunos
dirán que esos no son ni "sindicalistas" ni "empresarios",
que son solo desaprensivos y delincuentes. Sí, podemos pensar, pero son los que
están ahí, elegidos, votados y aplaudidos cuando llega el caso. Su móvil para
ascender en las organizaciones es el fraude, aprovechar sus posiciones para su
lucro.
La página web de Bureau Veritas, la agencia que certificó los fraudes de José Luis Aneri, luce la frase "Ambición en Acción". No saben la razón que tienen,
*
"El empresario Alfonso Tezanos, detenido por la estafa de los cursos de
formación" El País 11/03/2014 http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/03/11/madrid/1394524826_573181.html
**
"Las empresas de Aneri consiguieron un certificado internacional de
calidad" El País 11/03/2014
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/03/11/madrid/1394571423_021440.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.