Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
El
empeño en discutir las cosas de dentro en términos de fuera es siempre un síntoma
de pobreza. Primero les dio a unos y otros por comparar la situación de
Cataluña con la de Escocia. Por supuesto, cada uno la veía de una manera distinta,
tirando cada uno para su lado. Ahora las analogías son con Ucrania, que yo las
veo menores todavía que con el Reino Unido (¿entienden lo que quiere decir el
nombre?).
El
diario El Mundo lleva los paralelismo
del señor García-Margallo hasta sus titulares "Margallo dice que el
paralelismo entre Cataluña y Crimea 'es absoluto'", que es una forma de
titular un poco como de chivato de patio de colegio:
"En este asunto se ha dicho que un
referéndum que viola la constitución de Ucrania (...) es ilegal y su resultado
no puede ser reconocido internacionalmente", ha dicho el ministro en
Bruselas. Acto seguido ha afirmado que los artículos que aparecen en la Constitución
de Ucrania "son iguales a los preceptos de la Constitución española y de
todas las constituciones del mundo, a excepción de la de Etiopía".
Para García-Margallo el paralelismo entre
Cataluña y Crimea es "absoluto". "Un referéndum que viola una
Constitución interna viola por definición la legalidad internacional y no puede
producir efectos jurídicos". Eso quiere decir, según el ministro,
"que un territorio que se escinda en violación flagrante de una
Constitución interna no puede aspirar al reconocimiento internacional".*
Hay
varias cosas que no entiendo de su razonamiento, que me parece que más que por
los pelos, está llevado de forma embarullada. De salida no entiendo ese
"por definición" que cuela para explicarlo todo. El "por
definición" es una forma absurda de dialogar porque no dialoga y menos en
los términos que expresa. Yo creo que debería simplemente decir que el
referéndum es ilegal porque no se ajusta a la Constitución Española, que es la
que hay, y todos los demás razonamientos y paralelismos sobran por desajustados
y sobre todo por improcedentes.
Si el
señor García-Margallo considera que la situación es la misma que en Crimea,
mejor lo dejamos. El referéndum de Crimea es simplemente un paripé legislativo
para hacer lo contrario que quieren los independentistas catalanes. De hecho,
si hay algo que no quieren ser los de Crimea es "independientes":
quieren ser rusos. De hecho la independencia de Crimea va a ser la más efímera
de la historia porque pasa de ser una república autónoma ucraniana a una
república de la Federación Rusa. Es como si Cataluña se independizara de España
para convertirse en francesa.
Comparar
el caso de Ucrania o de Gales con los independentismos que tenemos en España es
una frivolidad, por no decir que es una solemne tontería. Tanto para los que lo
utilizan para sus tesis independentistas como para los que lo usan para lo
contrario. Lo que da verdadera pena es que este país se esté jugando su futuro
y su convivencia con gente barajando una pobreza de argumentos colosal.
El
diario El País insiste en las palabras de García-Margallo, pero introduce al
final de su artículo elementos que convierte el caso catalán en algo más complicado
con las intenciones de la Asamblea Nacional Catalana:
La ANC no le ve problemas a la declaración
unilateral, y pide que tras la proclamación los gobernantes catalanes luchen
por el reconocimiento electoral y redacten una nueva constitución de la
República catalana. ”El texto de la entidad incluso fija cuando se debería
aprobar la hipotética carta magna catalán: el 11 de septiembre de 2015. En caso
de cumplirse, será entonces cuando la ANC se plantee su siguiente objetivo: la
anexión, si así lo quieren sus habitantes, de los territorios que conforman los
llamados Países Catalanes: la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, y zonas
del sur de Francia.**
Aquí sí
se percibe, en cambio, el deseo de pasar de ser Ucrania a ser Rusia, cambio
estratégico interesante. Lo que se parecen no son las situaciones, sino las
intenciones, que es algo distinto. Asombra la ligereza con que algunos llevan
sus delirios.
Después del rechazo internacional generalizado que ha suscitado la forma de anexionarse Crimea por parte de Rusia (un curioso independentismo sin banderas, solo las rusas), es lógico que unos se quieran desmarcar y otros forzar las analogías. Sin embargo, ambas cosas no sirven más que para huir del problema real, que sigue ahí, creciendo. Los malos argumentos no suelen traer buenas soluciones.
Creo
que en este "debate" nos están faltando los discursos reales y las
voluntades y nos están sobrando fantasías, egocentrismo y sentido histórico.
Lo que tengan que decir, háganlo sin necesidad de recurrir a los ucranianos,
que ya tienen bastante.
Hablen
o no hablen, pero ni somos Escocia ni somos Crimea. Puede que ya no tengamos
claro lo que somos, pero sí lo que nos somos. No nos líen más.
*
"Margallo dice que el paralelismo entre Cataluña y Crimea 'es
absoluto'" El Mundo 17/03/2014
http://www.elmundo.es/espana/2014/03/17/5326e3aee2704ec96e8b4572.html
**
"Mas fía el calendario electoral al grado de movilización en las
calles" El País 18/03/2014
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