Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Lo que
Rusia está haciendo con Ucrania viola todas las normas internacionales,
incluidas las de ética, etiqueta y sentido común. Es tal la prepotencia de
Vladimir Putin que algunos temen que esté acelerando la transformación de su
oposición en Rusia, sueño lejano y probablemente ilusorio. Si hace esto a los
de fuera, ¿quién le parará dentro?
Lo de
Putin no es volver al imperio ruso; es volver al imperialismo. A algunos les parecerá lo mismo, pero no lo es. Y eso
lo entienden los países que salieron de debajo de la bota ruso-soviética y lo
entienden los que se sienten presionados, condicionados por Rusia. Con estas
maneras, ¿quién le dice "no" a nada? Me temo que, con gas o sin gas,
habrá que empezar a frenar a Rusia en sus pretensiones, aunque nos salga caro o
pasemos inviernos fríos. Si a Rusia se le consiente esto, el futuro será mucho
más complicado para todos. Será un mal ejemplo y muchos verán que trae cuenta la protección del amigo ruso en distintas zonas del globo.
Sorprende
ver la alegría con la que algunos juzgan la situación ucraniana. Sin saber muy
bien cómo, el mundo se nos ha llenado de comentaristas y estrategas cínicos.
Los admiradores occidentales de Putin y sus métodos surgen de debajo de las
piedras. En ocasiones parece que hubiera sido Ucrania la que se hubiera saltado
las fronteras y tratara de extender sus fronteras. Pero no, creo que no ha sido así. Lo que sí
parece evidente es que la propaganda rusa funciona tan bien como lo hizo la
soviética. Los "anti USA" besan por donde Rusia pise, aunque lo que pise sea un pueblo. Se queda uno realmente sorprendido de los defensores antiimperialistas que le salen al imperialismo ruso.
Rusia tiene un atractivo innegable para algunos y en Putin envidian
el líder fuerte, recio y viril, pragmático, homófobo y socarrón. Ya no es solo
Gérard Depardieu el admirador de la Rusia sin Fronteras de Putin. ¿Liberté, Gérard? ¿Protección para los animales, Brigit?:
“I think he is a very humane person. Each time
I ask him something, he basically helps. He has done more to protect animals
than all our presidents put together,” Bardot said in an interview with Nice-Matin newspaper.*
Sí,
Brigit, un alma delicada. Eran las
palabras que la musa del cine francés, amante de los animales, le dedicaba a su
héroe, Vladimir Putin, y que la agencia rusa Ria Novosti recogía para emoción
del pueblo ruso, que ve cómo su líder es amado, respetado y aclamado por
inteligencias internacionales. Los admiradores de Putin le han hecho la campaña
promocional durante años. Los dictadores suelen detectar pronto a los tontos
aduladores.
Euronews,
desde la Plaza de Maidán, en Kiev, nos mostraba palabras muy distintas del opositor
ruso Mijaíl Jodorkovski, enemigo declarado de Putin, dirigiéndose a los
ucranianos:
“He visto los escudos que tuvisteis que usar
contra las balas. Quería llorar. Es horrible. Las autoridades que hicieron esto —decía
refiriéndose al Kremlin— no son las mías. Quiero que sepáis que una Rusia
totalmente diferente existe. Seguid luchando, porque venceréis. Dios está con
vosotros”.**
No sé si la ayuda de Dios será suficiente para frenar a Putin. Pero
por ahora esa Rusia "totalmente diferente" acaba en los calabozos o
apaleada por los furibundos seguidores de las hazañas de su presidente, envalentonados. Ahora Putin decide de quién es señor y de quién es vecino.
Es sensato preguntarse: ¿puede alguien desalojar por las buenas del poder a quien actúa de esta forma? Si antes
existían serias dudas sobre la democracia
rusa con Putin al frente, ¿le queda a alguien alguna?
Es
curioso cómo se habla de la "crisis ucrania" y de resolverla mediante
el "diálogo". En pocas horas ya no habrá crisis que resolver y con
media Ucrania anexionada y remodelada, Vladimir Putin seguirá proponiendo la
restitución del infame Yanukóvich en lo que quede de país. Serán sus
condiciones para el diálogo. Sabe que si Occidente tiene que presionar a
alguien para que no estalle un conflicto armado será a Ucrania. Esas parecen
sus intenciones: se presiona sobre el más débil. Occidente, por evitarlo, le
ayudara incluso a pagar las facturas con Rusia.
Mientras,
en Crimea, los futuros ex ucranianos bailan danzas rusas al ritmo de las bandas
militares llegadas al país, colonizándolo en horas. Rusia está, literalmente,
barriendo a Ucrania de Crimea. Está limpiando el mapa como si se hubiera
dibujado con tiza blanca en una pizarra escolar. La televisión rusa ya ha remodelado sus mapas y se incluye Crimea como Rusia. Todo muy sencillo.
Rusia
ha demostrado lo que puede hacer y esto será un condicionante de las relaciones
internacionales durante décadas. Las palabras de Putin a Obama diciéndole que Ucrania no merece que se vean alteradas las
relaciones son de un cinismo brutal y retratan a un personaje que creció
para imponer el orden en el caos y cuyos límites ordenantes no tienen finales previstos.
Los
avisos del autoritarismo incontrolado de Putin han sido muchos desde hace
tiempo. Los primeros que lo pagan son los propios rusos. Después lo hacen todos
los que se desvían de sus planes de reconstrucción del imperio, como ha
ocurrido con los que se han visto presionados para quedar en su órbita. Ucrania
se ha resistido y vemos los resultados.
Los que
establezcan o pretendan establecer alianzas con Rusia, ya saben a qué atenerse
en el futuro. La teoría de que la mejor estrategia para evitar conflictos es
crear socios, no siempre funciona. Esto
ocurre especialmente cuando los beneficiarios de los acuerdos son de distinta
naturaleza, sensibles a diferentes situaciones y con formas de actuar distintas.
Alemania comienza a ponerse nerviosa ante la perspectiva de que sus lazos
energéticos con Rusia sean una factura que no tengan más remedio que pagar ante
la posibilidad, cada vez más firme, de sanciones de la comunidad internacional.
Las sanciones, que previsiblemente serán largas, no se imponen a un país pequeño al que se pueda aislar. Es
Rusia. Y Rusia no pinta "líneas rojas"; lo pinta todo de rojo.
Los
analistas y estrategas debaten todavía sobre quién saldrá más perjudicado por
las sanciones. Putin, como siempre, juega con la baza de que Occidente es un
conjunto de intereses incapaz de actuar conjuntamente más que bajo mínimos
simbólicos e inanes. Si las acciones son eficaces, Putin las utilizará en su
favor acrecentando el fervor nacionalista ruso, como lo lleva haciendo años, y
lo usará para declarar "traidores" a sus opositores. Si no funcionan,
lo utilizará para lo mismo, para demostrar lo poderosa que es la Rusia que él
ha levantado con sus manos y sus botas.
Quedará
el drama ucraniano entre dos aguas. Incómoda patata caliente que no puede ni
debe ser ignorada ni por principios ni por previsión. Todos quedarán pendientes
de que las palabras de Jodorkovski sobre la existencia de "otra
Rusia" puedan ser ciertas aunque, hoy por hoy, improbables. Por ahora, a
la vista, solo hay "otra Ucrania".
*
"French Actress Bardot Praises Putin for Protecting Animals" Ria
Novosti 5/01/2013 http://en.ria.ru/russia/20130105/178591974.html
**
"Jodorkovski acusa a Moscú de ser cómplice de la muerte de manifestantes
en Ucrania" Euronews 9/03/2014
http://es.euronews.com/2014/03/09/jodorkovski-acusa-a-moscu-de-ser-complice-de-la-muerte-de-manifestantes-en-/
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