Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
contestación que Google ha dado a las pretensiones de editores y gobierno en
lo referente a la cuestión de los agregadores de noticias es la esperada y
tiene su lógica. No es algo nuevo, sino realmente un round más del combate entre dos sectores cuyas funciones son
distintas. Esta es una vieja y absurda guerra que nos muestra —una vez más— la
profunda desorientación que los medios tienen, de la
falta de comprensión de las direcciones en que se mueve esta Sociedad de la
Información que entre todos estamos haciendo. Algunos son agentes, más que
involuntarios, inconscientes, un matiz que establece la falta de
conocimiento de los efectos que cada uno provoca en el sistema.
La
decisión del gobierno español de hacer una "ley" que diga que Google y
otros agregadores de noticias (Yahoo News...) deben pagar a los editores por las noticias
que difunden es más un brindis al sol que otra cosa. Casi puede considerarse políticamente
como una especie de forma de congraciarse —y que cada cual lo entienda como
quiera— con los medios o al menos de tenerlos entretenidos e ilusionados dentro
de su desastroso recorrido.
Aunque
algunos aprovechen para presentar sus ceses al frente de los medios como el resultado de grandes luchas de poder, es más cierto que son los fracasos de los proyectos emprendidos lo que han motivado los cambios, no de uno si no en tres cabeceras periodísticas en apenas unos días. Los periódicos tienen abierta una crisis permanente desde
hace ya dos décadas y que esta se agrava por lo inadecuado de los
planteamientos, fruto de las cegueras ante los
cambios que en el mundo de la información se han producido en todos los
niveles.
Recuerdo
los debates en Barcelona, en las jornadas "M@ig 98". Los meses
precedentes, desde finales de diciembre de 1997, habíamos debatidos on line sobre la adecuación de los
medios a los nuevos tiempos, de los tamaños más adecuados de las empresas
tradicionales para enfrentarse a las nuevas condiciones, sobre los lenguajes
sobre los que se iba a construir esa nueva sociedad-red. Fue un ejercicio
estimulante que pronto sería sustituido por la aparición de los "nuevos
gurús" que llevarían al desastre de la burbuja tecnológica contando a la
gente lo que la gente quería escuchar, prometiendo a todos la llegada de un
reino de felicidad, la apertura a millonarias audiencias que iban a llenar los
bolsillos a todos los que fueran los suficientemente osados. Y en esa
descripción se han visto muchos retratados. Luego, la riada de los tiempos se
llevó por delante miles de empresas, sueños y ahorros, para felicidad de unos
pocos y desastre de muchos.
Pero la
ceguera para ver cuáles son los verdaderos cambios que se han producido en la
sociedad sigue siendo grande. Hay distintos tipos de ceguera: por codicia, por
ignorancia o por soberbia. Todos ellos funcionan en este campo, lleno de
personas capaces de cambiar el rumbo de la Historia con sus decisiones. Pero la
auténtica realidad es que en esta sociedad es el movimiento de la sociedad el
que marca las pautas y si quieres ponerle puertas al campo, allá tú.
Hace
una semanas, tras el Consejo de Ministros se nos contaba en Público:
La vicepresidenta y el ministro de Educación,
Cultura y Deporte han anunciado esta reforma en la rueda de prensa posterior a
la reunión del Ejecutivo, que responde, según Soraya Sáenz de Santamaría, a una
vieja demanda para resolver "uno de los problemas más urgentes en la
regulación de la propiedad intelectual", producto de la evolución de las
nuevas tecnologías, del progreso de la sociedad de la información o de la
identificación de problemas en el funcionamiento de las entidades de gestión.
"La transparencia, el control y la
vigilancia efectiva de las entidades de gestión de derechos de propiedad
intelectual por las administraciones públicas" se verán reforzadas con la
nueva ley, según la portavoz del Gobierno, que proporcionará, asimismo, una
mayor "protección de los autores frente a las vulneraciones de sus
derechos en Internet".*
Los dos
párrafos no pueden contener más despropósitos, pues equipara la cuestión de las
agregaciones con las vulneraciones, que es confundir las cosas terriblemente.
Primero te declaran delincuente y luego te multan. Y esto no suele funcionar.
Una
cuestión por delante. La sociedad red se basa en el enlace, en el link. Es lo que da sentido y forma a la
red. Esto tan sencillo, que una red son enlaces y nodos, no está al alcance de
mucha gente que sigue pensando en términos discontinuos y materiales. Lo que
favorece el enlace funciona; lo que no lo hace está condenado a quedarse fuera.
Ese fuera, hay que decirlo, es cada
vez más lejos. Solo la ignorancia histórica de estas dos últimas décadas, de
cómo ha evolucionado, puede intentar repetir los mismos errores que se
cometieron antes y volverlos a traer a primer término como si fueran novedades,
tablas de salvación en el naufragio.
Las
palabras con las que Google ha contestado son de gran sencillez:
Google ha querido recalcar, como ya ha hecho
cuando se ha visto envuelta en su larga guerra europea con los editores, que
estar o no estar en Google News es
algo voluntario y que reciben "muchas más solicitudes de inclusión en
Google Noticias que de exclusión, porque muchos editores se dan cuenta de la
ventaja que supone que su contenido pueda ser descubierto por nuevos lectores o
espectadores". La empresa ha subrayado que Google News solo muestra el
titular un pequeño fragmento del artículo que agrega: "La idea es que los
lectores estén el menor tiempo posible en Google
Noticias y se dirijan a las webs de los editores. Para leer artículos
completos, los usuarios tienen que pinchar sobre el enlace de la noticia para
dirigirse al sitio web del editor".
Google
no es el obstáculo; Google es lo que está manteniendo las ediciones de muchos
diarios al llevarles los lectores a sus páginas. Es de una evidencia
escandalosa y siempre ha sido así. Hay otra ley olvidada: la importancia de una
página se mide en término de los enlaces que apuntan a ella. Eso es lo que
determina su peso y valor en la red. Una página es valiosa porque se puede
acceder desde muchos puntos. Todo lo que sea aumentar las visitas es bueno para
las páginas.
Los
editores inteligentes intentan estar en el mayor número posible de agregadores
de noticias porque así aumenta su visibilidad y pueden aumentar sus tarifas
publicitarias. Si Google decide retirar los medios de los agregadores que lo
soliciten, esos medios tendrán una sensible pérdida de lectores. Solo la
soberbia de algunos puede pensar que ellos solos pueden generar el tráfico
suficiente para mantenerse. Sobre todo si pensamos que el hecho de que algunos medios
aprovecharán la retirada de los agregadores para beneficiarse de los lectores
perdidos.
En la
sociedad red no se leen periódicos,
se leen noticias. Y en eso se basan
los agregadores, que son mecanismos "naturales" —surgen por la propia
dinámica de la red— en la forma de acceder a las informaciones. Los agregadores
permiten una selección de medios o selecciones temáticas. Casi siempre se ven
las noticias de campos seleccionados por los usuarios. Pero la función suya es,
como se ha señalado, dirigir a los lectores hacia los textos que les interesan.
Es un elemento complementario que favorece, en última instancia, al medio, que
recibe más lectores.
A
Google le sobra con suspender las noticias de un medio durante una semana para
que el medio suspendido se dé cuenta de la diferencia entre estar en un agregador
o no, entre que te envíen lectores o que te vuelvas invisible.
A
Google le resulta más barato crear su propio servicio de noticias en diferentes
idiomas, tirando de agencias o creando sus redacciones, que ceder ante esta
cuestión que no les gustará porque considerarán que es parasitaria. Los medios, por supuesto, piensan que el parásito es Google, que se aprovecha de
ellos. Esto solo es relativamente cierto, pues es más una cuestión simbiótica
que parasitaria. Google hace lo suyo de la mejor manera posible y esa inversión
en mejorar su servicio también beneficia a los medios. En la sencilla
contestación que han dado señalan:
"Las fuentes de noticias pueden
beneficiarse de los mayores índices de audiencia que pueden atraer con Google
Noticias. Con las herramientas publicitarias de Google, estos editores también
pueden generar ingresos", aclara el post. Y ofrece datos: Más de 6.500
millones de euros en beneficios para los editores en 2013 y más de 10.000
millones de visitas. Todo gracias a su agregador.**
Es
evidente y parece mentira que estemos todavía en estas cosas.
Lo que
les cuesta más comprender es el carácter sistémico de la Sociedad de la
Información y de cómo esto fuerza a movimientos complementarios en el
cumplimiento de las funciones que cada uno tiene asignado en el conjunto. Las
lucha de las noticias y los medios no debe ser con los agregadores sino la
competencia para conseguir el mayor número posible de direccionamientos desde
los servicios de agregación o cualquier otro punto de la red desde el que se me
haya enlazado.
El gran debate de las audiencias (1997) |
Tuve
ocasión de moderar algo que se llamó "El gran debate de la
audiencias", organizado por Teknoland en 1997, para lo que brindamos el
salón de actos de nuestra facultad. Recuerdo la intervención de uno de los dos
representantes del diario El País
manifestándose en contra de los enlaces en los anuncios que incluían en sus
páginas. "Si la gente pincha en un anuncio... ¡se va del periódico",
decía. Y le parecía muy mal. Poco ojo, la verdad. Le parecía normal que la
gente creara enlaces a sus páginas, pero se quedó bloqueado ante la perspectiva
de que en un futuro, alguien pudiera cobrarle por cada lector enviado a sus
páginas desde otras, lectores que ellos, en cambio, sí facturaran en la
publicidad a los anunciantes. Son esas 10.000 millones —se dice pronto— de visitas
que llegan a los diarios.
Más
adelante los medios —en la misma ceguera— plantearon otro problema, el de los
"deep links". No querían que se realizaran enlaces más que a sus
portadas, que es donde ellos concentraban más publicidad. Algunos desviaban
automáticamente los enlaces a noticias específicas a otros puntos de sus
publicaciones para concentrar la publicidad. Lo que conseguían era que se les
diera de baja y no volvieras a visitar ese periódico. Algunos siguen con estas
prácticas. No han aprendido mucho.
Si no
se entiende cuál es la guerra, difícilmente podrán hacer nada. Puede que el
gobierno, en vez de echar una mano a los medios de comunicación mediante el muy
barato sistema de hacer que otros paguen, puede que haya destapado un melón
peligroso para los propios medios. Se haga lo que se haga, está claro que el
que tiene más reservas para resistir en este tira y afloja es Google, al que le
sobran recursos.
Si los
medios tuvieran algo más de sentido común y ganas de guerra, tratarían de crear
agregadores propios llegando a acuerdos entre medios para atraer más lectores y
generar sus propios beneficios en este campo. No sería fácil porque una cosa es
hablar y otra enfrentarse a Google en medios, calidad de servicio, etc.
El
gobierno se pone frente a Google, pero los palos los recibirán los editores y
no les queda mucho espacio en la espalda para más. Tratara de evitar los agregadores
de noticias es suicida.. En un campo de batalla unificado, como es el
ciberespacio, hay que saber distinguir dos cosas: quién es realmente tu
competencia y quiénes contribuyen a tus objetivos. Si confundes una cosa y
otra, como está ocurriendo, corres el riesgo de que lo próximo que celebres sea
tu propio funeral.
Uno de
los lectores, a través de los comentarios de la noticia —entre otros muchos que
aprovechan para hablar de Wert—, da con el término adecuado:
"analfabetismo digital".
*
"El Gobierno obliga a los agregadores de contenidos como Google a
compensar a los editores" Público 15/02/2014 http://www.publico.es/502048/el-gobierno-obliga-a-los-agregadores-de-contenidos-como-google-a-compensar-a-los-editores
**
"Google: “Los editores de noticias se benefician de nuestro
agregador”" El País 28/02/2014
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/28/actualidad/1393588445_692440.html
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