Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Tras
decirnos que es importante presentar un "frente europeísta" como
alternativa al avance del "antieuropeísmo", del
"euroescepticismo", del "populismo" y de cualquier otro
"ismo" en un sentido similar, la fuerzas políticas que pedían ejemplo
se dedican a lo que mejor se les da: la navaja trapera. Dado que en España casi
todas las fuerzas son europeístas, que carecemos de discursos populistas viables,
el camino estaba claro: al cuello.
Los
nacionalismos intramuros se mueren por ser "Europa" y no se van a
dedicar a ponerle trabas a la "madre Europa" a cuyas bendiciones
aspiran. Los grandes partidos están subidos en la ola europea por la cuenta que
les trae. Solo los muy marginales hablan, algunos con la boca retórica chica,
contra Europa. Eso sí, todos hablan de "otra Europa" o de la
"Europa de los otros", según toque.
Donde
se está dando la batalla realmente es en Francia, en Inglaterra, en Grecia, en
Holanda..., países en los que el sentimiento antieuropeo surge de unos
nacionalismos populistas cuya ganancia viene de otras fuentes. A nosotros se
nos han secado los populismos a fuerza de no creernos a los políticos, que nos
arrastran leve y relativamente.
Nuestra
clase política carece de un discurso europeo. Sin embargo, cuando se han
realizado encuestas, España suele salir por delante en esto de Europa. Si los hay
"euroescépticos", nosotros, en cambio, somos
"eurocrédulos". ¿Hay que recordar que España ratificó la llamada
"Constitución europea", en 2005, mientras que Francia y Holanda la
boicotearon? Pues, sí, sería bueno recordarlo. Creo que es relevante. Ha pasado
tiempo, pero creo que el fondo se mantiene aquí y allí, unos y otros.
Independientemente
de que el Tratado fuera bueno o malo, decía, en cambio, mucho sobre nuestra
disposición hacia Europa. Esa disposición, en cambio, no se corresponde con las
maneras de nuestros políticos que no han logrado cuajar un discurso europeo a la española. Hay discursos
antieuropeístas para todos los gustos, con todas las variantes en cada país,
pero no ha cuajado la corriente principal de lo europeo. Hoy es necesario porque Europa tiene retos importantes.
Sería
deseable que los partidos que quieran sumarse a esa corriente dieran en estas
elecciones un ejemplo de unión por Europa, pero me temo que va a ser imposible.
Hace muy mal efecto contemplar como llaman "rajoys" a
unos y "rubalcabas" y "zapateros" a otros, como montescos y
capuletos. Muchos de ellos no se lo merecen. Parece que ser candidato europeo
significa que además de insultarte en casa, los improperios se multiplican por
cada uno de los países en que se vota. La gente, en esto de los insultos, se
identifica mejor con los de casa. ¿Qué sabes tú quien es Junker o quién es
Schulz? "Piensa en europeo, insulta en local", parece ser el lema que
caracteriza este movimiento analógico de comprensión del quién es quién.
La
verdadera pelea global, en cambio, tendrá que esperar a que los "eurobroncas"
lleguen al parlamento. Cuando tengamos un parlamento europeo con la aspiración
de una parte importante de sus integrantes a la desaparición de la institución
en que se sientan, nos daremos cuenta del terreno que se ha perdido en esto de
sentirse europeo.
Y el caso
es que dicen que lo intentan. Leo en El
Diario que los socialistas del PSC han invitado a Martin Schulz a que se pase por
Cataluña. Los argumentos utilizados no son nada "europeístas", sino
más bien "euro oportunistas":
El objetivo de la visita de Schulz a Cataluña
sería demostrar que el voto al PSC es el más efectivo para revertir la
políticas de austeridad europeas y del presidente Mariano Rajoy: "A
diferencia del resto de candidaturas catalanas, formamos parte de una gran
familia europea, de la única que puede vertebrar una alternativa a la
derecha".*
El PSC
busca la "visita total", el tres pájaros de un tiro: la visita que
acabe con Rajoy (y con los europeos que se le parecen) y con "el resto de las candidaturas catalanas". Aquí,
como se ve, cada cual va a lo suyo. Y de Europa poco. Sí advierten, en cambio,
al "resto" que no planteen "lo suyo" fuera de contexto:
El candidato del PSC ha advertido a CiU y ERC
de que plantear la campaña de las europeas en clave soberanista es
"mentir" a los ciudadanos, ya que la consulta debe dirimirse entre la
Generalitat y el Estado, no en el Parlamento Europeo.*
No sé
qué valor tienen estas "advertencias", pero da igual. Todo forma
parte del estilo hispánico de yo explico
poco lo mío y mucho lo de los demás, que aquí se borda.
Resulta interesante ver el efecto que han tenido las europeas en algunos "del resto", que,
en cambio, se ha adscrito al otro candidato global, a Jean-Claude Junker. Esto
es lo que opinan los dirigentes de Unió del candidato popular europeo:
Para Gambús y Sedó, el luxemburgués es
"un europeísta de pies a cabeza, con una clara visión política del
presente y del futuro de la Unión Europea", lo que lo hace "un
candidato ideal en un momento en el que en Europa es necesaria una efectiva
dirección política desde la Comisión Europea". "Necesitamos un
presidente con una fuerte personalidad y vocación de independencia para llevar
a cabo su función", han resaltado los democristianos catalanes, a través
de un comunicado.
"Es tiempo de liderazgos y Jean-Claude
Juncker es un ejemplo y una garantía de liderazgo europeo", han concluido
los dirigentes de Unió, que ven positivo que, en tiempos que demandan
"flexibilidad y visión política", el presidente de la CE pueda
proceder de un país "pequeño y central" como Luxemburgo.**
Todo muy europeo, pero, entre líneas, muy local. Afortunadamente
todas estas menudencias, estos giros interpretativos, casi compulsivos de
nuestros políticos, no dejan de ser el reflejo de nuestra voluntad europea, por más que no
dejemos de pensar en lo nuestro. Nuestros políticos tienen una ocasión de oro reivindicándose en la política europea, ahora que se cuestionan sus fundamentos. Si por el contrario hacen un uso mezquino de Europa en sus campañas, perderán ellos y perderemos nosotros. En la campaña europea, no solo importa quién gana, sino cuántos ciudadanos se consideran implicados con el proyecto común europeo. El partido de la participación es el de todos.
El argumento no es ya que España pueda quedar fuera de Europa, sino que no haya Europa de la que quedar fuera. Creo que recordar que aprobamos el Tratado no nos convierte en "tontos", como algunos quisieron hacernos creer, sino en "europeístas". Quién sabe, a lo mejor le devolvemos a Europa algo de lo que hemos recibido cuando salimos de una España aislada. Hoy los europeos, los que quieren serlo, tenemos retos graves y complejos para los que necesitamos unidad.
Sería
bueno y necesario tratar de retener el discurso unitario europeo en el centro para mantener la idea de Europa frente a aquellos que la niegan como proyecto, como futuro. Sus alternativas no son buenas, sencillamente. Como toda institución humana, la Unión necesita de voluntad y de un discurso
coherente para sobrevivir a sus propios errores. Lo menos que se les puede
pedir a los que presumen de sentido del Estado es que asciendan un peldaño más, que tengan sentido de Europa.
*
"El PSC negocia para que Martin Schulz haga campaña en Cataluña en las
europeas" El Diario 1/03/2014
http://www.eldiario.es/politica/PSC-Martin-Schulz-Cataluna-europeas_0_234126651.html
**
"Duran celebra la elección de Juncker como candidato del PPE a la
Comisión" La Vanguardia 7/03/2014
http://www.lavanguardia.com/politica/20140307/54402152876/actualizacion-duran-celebra-la-eleccion-de-juncker-como-candidato-del-ppe-a-la-comision.html
Resultados de la votación del Tratado Europeo en 2005 |
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