Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
1) "No podemos seguir viviendo tan
bien";
2) “En
un momento en que la democracia española está siendo atacada, EL PAÍS debe
seguir jugando un papel fundamental”;
3)
"La tercera edad en periodismo comienza a los cincuenta años"
La
primera de las afirmaciones ha sido —convertida en titular mayoritario—
la más citada por
todos los medios que se han hecho eco de un ERE en el que se van a despedir a 138
personas de las 440 en plantilla, un tercio.
La
contestación ha sido inmediata por el Comité de Empresa que ha señalado que el
Consejero y antiguo director del periódico ganó en 2011 la cantidad de 13
millones de euros. La afirmación "no podemos seguir viviendo tan
bien" suena a sarcasmo, a burla prepotente y cínica de alguien que no ha
vivido nunca mal y que probablemente nunca ha vivido tan bien. Una auténtica
obscenidad y, sobre todo, unas palabras que los trabajadores del diario no se
merecen como justificación de los despidos y bajadas de sueldos.
La
segunda de las afirmaciones —la
democracia española está siendo atacada— es, en el mejor de los casos,
sorprendente. Quizá sea una exclusiva del señor Cebrián en recuerdo de aquellos
tiempos en que el espíritu periodístico habitaba en algunos de esos palacetes
empresariales que tiene por corazón. No explica quién ataca la democracia
española, desde cuándo está en peligro, qué puede hacer El País por ella, en
fin, alguna idea que nos saque de la angustia en la que nos ha dejado a todos.
A lo mejor se ha contagiado de sí mismo y cree que "la democracia es vivir
bien" y la dictadura es "no poder seguir viviendo tan bien",
como señalaba en el punto primero. A lo mejor, de tanto repetir aquello de que
"El País nació con la democracia" ha pensado que si el diario desaparece
también lo hará la democracia. ¿Está la democracia debilitada cuando está en
crisis El País? ¿Depende nuestra
salud democrática de los problemas del periódico? A lo mejor en su cabeza se ha
producido una asociación megalómana de este tipo. Quizá nos lo cuente en El Huffington Post.
La tercera afirmación es un insulto a la inteligencia, sobre todo, a la de la profesión. No es más que el camuflaje al recortado de los sueldos de las personas que llevan más tiempo en la empresa, con más derechos adquiridos y cantidades más elevadas. No debe engañarse nadie sobre su apuesta por la juventud; nunca ha existido. El País, como casi todos los demás periódicos, está lleno de cientos de jóvenes mal pagados en prácticas, de becarios. El propio comité de empresa ha tenido que salir al paso de la imagen distorsionada del periódico señalándole la cantidad de jóvenes —por debajo de treinta años— que hay en el periódico pero que no aparecen en las cifras que ha dado por la sencilla razón de no tener contratos laborales:
Para Cebrián, la tercera edad en periodismo
empieza a los 50 años. “El tema más preocupante es que la edad media de la
plantilla es de 53 años”, ha subrayado
al recordar que 189 personas superan los 50 mientras que solo 10 están por
debajo de los 30. “Esto afecta a los perfiles profesionales y al modelo de
periódico que queremos hacer”, ha añadido. Desde el comité le hemos recordado
que la empresa cuenta con profesionales
jóvenes que no entran en su estadística porque no tienen un contrato laboral
(colaboradores a los que nunca se les ha querido contratar pese a que realizan
tareas estructurales).**
El
único "perfil" problemático es el del propio Cebrián, como se ha ido
demostrando con el tiempo. Los problemas de la plantilla del diario son los que
la propia empresa ha acumulado en estos años con él al frente. En cuanto al
"modelo", mejor no preguntar.
Poner la "muerte profesional" del periodista en 50 años es de un descaro inaudito ya que significa echar, por "inútiles", a aquellos que quedan de la época en que se hacían contratos (verdaderos contratos, la prehistoria empresarial) y acoger a la mano de obra barata, con un mercado abundante de desempleados a los que se explota con la excusa de que no tienen formación o experiencia. El tiempo que durarán en el periódico —con todos los medios haciendo prácticamente lo mismo— es el que resulten rentables antes de ser sustituidos por otros más baratos. Lo dijimos hace meses: Cebrián no había anunciado la muerte del periodismo, sino la muerte del sueldo del periodista. [ver entrada] Todo adquiere coherencia. Las profecías sobre la muerte del periodismo realizadas por Cebrián se cumplen siempre. Él se encarga de ello.
La excusa "digital" es de tal desfachatez que no merece la pena ni ser mencionada. La de la "edad", tres cuartos de lo mismo. Ambas no pueden cubrir el profundo fracaso de una generación de editores y responsables de periódicos que no entendieron que eran ellos mismos los que alejaban a los "lectores de prensa" al transformar los medios es espacios comerciales y circenses, en centros de ocio en vez de en centros de información, que exigían a los periodistas transformase en animadores culturales y administradores de redes sociales.
La
información no es un producto directo. Como el arte gastronómico, requiere la
educación del paladar, del buen gusto del receptor, despertando algo que se
llama "interés", no la "atención" que es un proceso muy
distinto. Se ha seguido el camino del "fast food".
No es lo mismo "despertar el interés" que "llamar la atención"; han matado el interés de tanto llamar la atención. El interés —es lo que no han entendido— es interés por el mundo, por mejorar el conocimiento que tenemos de él, por conocer sus entresijos. Se logra con más y mejor información, no escribiendo cortito y con titulares llamativos, con sensacionalismo y tremendismo político o económico, deportivo o del "corazón".
No es lo mismo "despertar el interés" que "llamar la atención"; han matado el interés de tanto llamar la atención. El interés —es lo que no han entendido— es interés por el mundo, por mejorar el conocimiento que tenemos de él, por conocer sus entresijos. Se logra con más y mejor información, no escribiendo cortito y con titulares llamativos, con sensacionalismo y tremendismo político o económico, deportivo o del "corazón".
Todas
las brillantes teorías que Juan Luis Cebrián y otros de la misma quinta
elaboraron como gurús de los medios de comunicación durante dos décadas se han
mostrado y demostrado erróneas. Las pruebas las aportan ellos mismos con sus resultados negativos. Todas sus
medidas no han resuelto nada y han acelerado el desastre mediático. Todas han
llevado a lo contrario de lo que proponían: superar la llamada "crisis de la
prensa", ahora camuflada con la "crisis general". Lo dudoso es
si no han sido ellos los que la han creado y acelerado tomando direcciones
equivocadas, cegados por la luz visionaria que creían atisbar en un mundo
perfecto para los medios, la Sociedad de la Información. No han creado la
crisis económica, pero sí la de los medios, que han llegado debilitados al
maremoto general.
Con
menos profesionales, con gente sin experiencia —aunque tengan buena voluntad—
no es fácil hacer un periódico que logre despertar el interés, que mantenga los
niveles de calidad para su resurrección de entre los muertos estridentes. La salida
es convertirlo en un circo en el que los titulares agresivos despierten las
ganas de bronca de los que participen en los foros. ¿La democracia atacada? Es "la espiral del
superlativo", como la calificó acertadamente su antigua Defensora del Lector, Milagros Pérez Oliva. [ver entrada]
Hace mucho tiempo que la gente no "vive bien" en los periódicos, incluido el suyo, señor Cebrián. Hace mucho tiempo que se tienen que tragar los sapos informativos de cada día a falta de otras mejores cosas que llevarse a los teclados. El ERE no va a mejorar el periódico, va a prolongar su agonía entre intentos desesperados de llamar la atención a toda costa. Más superlativo. No va a superar ninguna crisis; van a ahondarla. Vivir de lo que da un periódico no es hacer periodismo.
Hay profetas que acaban en el desierto. Otros convierten en desierto lo que les rodea.
*
"EL PAÍS anuncia una reducción de plantilla para superar la crisis" El País 5/010/2012
http://elpais.com/elpais/2012/10/05/actualidad/1349440803_055279.html
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