Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Ahora
que se quiere crear un "banco malo" para meter los activos tóxicos,
habría que pensar en hacer un "partido malo" —más bien un "partido
tonto"— en el que meter a los "políticos tóxicos", a los bocazas
que sueltan barbaridades como las que sueltan cuando se sienten en plena forma.
Algunos
sostendrán que habría que meterlos a todos, porque no se salva nadie, y que al
final el "partido malo" sería la suma de todos los políticos
existentes. Esa sería la interpretación más radical. No discutiré por cosas de
detalle, pero sí sobre la urgencia de afiliar a algunos de ellos inmediatamente,
montarles un congreso extraordinario y que estén entretenidos para que nos
dejen respirar. Así nos evitaríamos el penoso espectáculo en el que se están
metiendo algunos y al que nos arrastran a fuerza de incontinencia verbal y poco sentido común.
El "partido
malo" tiene muchas ventajas porque puede ser silenciado, aislado del mundo, que podría volver poco a poco a una tranquilidad prebabélica en la que quizá
pudiéramos entendernos y solucionar algo en vez de este berreo continuo que nos
rodea. Habría, eso sí, que suministrarles periodistas de pega, hacerles creer
que sus declaraciones se publican en falsos periódicos —"El sarao montañés",
"Galgo News", "La oreja de Cuenca", "El secesionista
ilustrado"...— y que son emitidas por canales nacionales —"Tele
Ruedo", "Radio Carraca", "Canal Bocina"— e
internacionales —"Cuchi Panda TV", canal chino de noticias, o "El
Jarabe", el canal árabe en inglés—. La televisiones serían de circuito
cerrado para limitar los efectos de sus declaraciones. Solo se verían en las
sedes de los partidos y en las casas de los interesados, para regocijo y
disfrute de sus familias y amigos que tanto les animan a dedicarse a la
política sin pensar en los demás.
Si alguien se quiere suscribir, por supuesto, podrá hacerlo y se incluye como un canal temático más, como "Calle 13", "SI-FI" o "Discovery".
Si alguien se quiere suscribir, por supuesto, podrá hacerlo y se incluye como un canal temático más, como "Calle 13", "SI-FI" o "Discovery".
Habría que organizarles debates y falsear audiencias; necesitarían asesores, directores de comunicación, maquilladores, militantes que les abracen y animen, algún opositor, algún tránsfuga, para mantener la verosimilitud. Y mucho, mucho pelota, eso es esencial para que no noten la diferencia; gente que le grite "¡dales caña!" mientras les agarran por el brazo y zarandean cariñosamente.
Puede salir algo caro al principio porque habrá que montarles unos cuantos decorados, pero en Estados Unidos han duplicado la Casa Blanca casi al completo y ya lo han amortizado con las series y películas que se ruedan allí. Sew podría rodar "El ala oeste de la Bodeguilla", con Paco León, por ejemplo. Necesitaríamos —así, a bote pronto— un Congreso, una Moncloa y algún ministerio. Hacemos que en la primera falsa legislatura aprueben en el falso Congreso la disolución del Senado y nos los ahorramos. En la misma sesión se aprueba unificar ministerios y también ahorramos un pico. También un plató de exteriores para manifestaciones y mítines, pero eso es más barato y ahora hay mucho solar libre.
La
urgencia de estas medidas es obvia ante la escalada de declaraciones
tremendistas e incendiarias que les ha
dado por hacer a algunos de nuestros políticos —nacionales, autonómicos, locales— en estos últimos días. Si por la
boca muere el pez, por los bocazas morimos todos. Van a conseguir que nos
matemos unos a otros con tanta estupidez explosiva, con tanto petardo verbal
para crear cortinas de humo que oculten su inoperancia y sus gatillazos
intelectuales y políticos.
Esto no se hace por las buenas y requiere organización. Para coordinar esta operación de gran calado —que podríamos llamar con el nombre en clave "Operación Fetén"— propongo al señor que han pillado con el maniquí de copiloto en el carril Bus-VAO en Madrid. Para los que viven lejos de estas tierras, explicaré que dicho carril es un invento que limita la circulación por una carretera, habitualmente atascada, solo a los autobuses y a los "vehículos de alta ocupación" (VAO). Esta cursilería de siglas significa que no está permitido circular por ese carril con un coche que lleve solo un ocupante, llamándose "alta ocupación" a que vayan dos, algo casi ridículo y que explica el (pobre) funcionamiento de las buenas ideas cuando las llevan a la práctica los políticos de turno. A los ojos del que desarrolló la norma, tres ocupantes le debía parecer "promiscuidad" y cuatro un problema malthusiano de superpoblación.
El individuo denunciado por la Guardia Civil de Tráfico se agenció un maniquí como copiloto para cumplir estrictamente con la ley e ir acompañado.* Creo que es la persona adecuada para el montaje de la Operación Fetén por varios motivos, que explico a continuación. Tiene un sentido intermedio de la honestidad; es discreto; es cumplidor con las normas, pero las interpreta como quiere; tiene confianza en sí mismo; es expeditivo para conseguir sus objetivos; tiene también sentido del espectáculo, algo importante, por como equipó a su maniquí acompañante con el vestuario adecuado. Y sobre todo no tiene ganas de hablar, porque si no habría ido con personas y no con un muñeco. Finalmente, es un hombre en el que se puede confiar por su sentido de la responsabilidad: el maniquí llevaba el cinturón de seguridad puesto.
Por
todo este conjunto de virtudes considero que es el más indicado para coordinar
la "Operación Fetén" y llevarla a buen puerto. He dado los primeros pasos para entrar en
contacto con él, hacer un presupuesto, y ver cuánto necesitamos para comenzar.
Seguiremos
informando.
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