Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Lo
lamento, pero comentar la vida política española es cada vez más como ser cronista
deportivo en tercera regional; podemos echarle mucho verbo, pero no podemos
olvidarnos del mal estado de terreno, la falta de técnica de los jugadores, ni
del balón recosido y un tanto ahuevado. Podemos darnos ínfulas de Liga de las estrellas, pero está claro que esta clase política no da para más, que carece simultáneamente
de altura de miras y de pies en el suelo. Y no excluyo a nadie, ni gobierno ni
oposición ni oposición de la oposición, que en España la política es
bipartidista, pero en 3D, con gafas chapuceras de colorines, un plástico rojo y otro
azul, como siempre todo en este país. España es uno de los pocos países en que
se practica la "política total": eres simultáneamente
"gobierno" y "oposición". Y si no que le pregunten a Mas.
¿Cómo
hemos llegado a este nivel de mediocridad sin remedio y sin repuesto?
Sinceramente, es una pregunta que me hago todos los días varias veces y a la
que nunca le encuentro una respuesta completamente satisfactoria. Aunque sea
cierto que en todas partes cuecen habas y que el que no tiene un Chávez tiene
un Putin cuando no un Berlusconi, y que los líderes en los que se deposita la ilusión
pinchan la trasera antes de llegar a la curva de los cien días, no es consuelo.
En Egipto, que son muy legalistas cuando les dejan, un abogado ha presentado una denuncia contra el presidente Mohammed Morsi porque había prometido arreglar el tráfico y las calles de El Cairo en sus primeros cien días. ¡Hay que ser egipcio para hacer esto! Y es que los egipcios son o muy serios o muy bromistas, casi sin término medio, y muchas veces no se puede diferenciar si es un chiste o una cuestión de honor. Quizá sea que Morsi y la Hermandad, a fuerza de no estar nunca en el poder, nos saben lo poco que dan de sí cien días en la política actual. Lo que ocurre es que si el tiempo de los políticos parece andar lentamente y se les echa encima, a los ciudadanos, por el contrario, cien días les parecen un siglo y una legislatura una eternidad. No hablemos ya de esos que se eternizan, como Putin, guiador del santo pueblo ruso y de las dóciles grullas siberianas desde un ala delta.
Solo en
este contexto de mediocridad absoluta, de pérdida de los cuatro vientos, es
posible entender la noticia más insólita —¡y mira que está el listón alto!— que
nuestra vida política ha producido en muchos años. Me refiero, claro está, a
esa reunión en la cumbre celebrada entre diputados alemanes y ciudadanos
desolados, desconsolados, hartos y cabreados (que es el nuevo espectro político
español), que han decido, en vez de "ocupar el congreso",
"desocupar a los diputados". Lo cuenta el diario El País así y parece más una reunión para elaborar el Informe Pisa:
"Nos han impresionado los sólidos
conocimientos de los temas que se nos han planteado", ha asegurado al
término del encuentro con los indignados españoles la diputada alemana Beate
Müller-Gemmeke, del partido de Los Verdes. La parlamentaria ha participado esta
mañana junto a otros cinco diputados alemanes de la comisión de Trabajo y
Asuntos Sociales del Bundestag (Parlamento alemán) en una insólita reunión con
miembros del 15-M, de Democracia Real Ya (DRY) o de la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca (PAH). La cita había sido solicitada por la delegación alemana
—que se dirigió a Democracia Real Ya— para "conocer la realidad política y
social" de España, y los indignados no han desaprovechado la ocasión para
lamentar que ninguna comisión del Congreso o el Senado españoles haya hecho lo
mismo. "No solo eso, sino que el Gobierno del PP está desarrollando una
política de brutal represión y criminalización contra la ciudadanía", han
denunciado en un comunicado conjunto. En el dossier que han entregado a los alemanes
escriben: "Les pedimos su ayuda. Nuestro Gobierno no nos escucha".*
No me
negarán que el sistema es genial. Deberíamos mandar una comisión parlamentaria española
a escuchar a los desempleados y afectados alemanes, que los hay; los griegos
a los franceses, y los italianos a los de Portugal. Con este sistema de pacientes
escuchas cruzadas todo sería más relajado y podríamos volver de Alemania contando
lo bien preparados que están los parados alemanes y el poco caso que les hace
Merkel. Así se hace Europa, ¡sin duda!
Probablemente los mismos hace 15 días: "Una Europa alemana NO" "Merkel go home" "IV Reich NO" |
Los alemanes unos días te escuchan y otros te auditan, que aunque las palabras tengan raíces comunes y todo tenga que ver con el oído, no es, desde luego, lo mismo. Cuando vengan con la "troika", ya veremos cómo los recibimos. Habitualmente vienen a conocer el estado de nuestras playas y chiringuitos, y nos emociona bastante ver que esta vez se han movido por impulsos humanitarios dentro de esta bonita jugada comunicacional. Estas cosas las haces en Cuba, y te enchironan con o sin accidente de tráfico por medio, pero como tenemos "Espacio Schengen", pues se queda todo en una reunión de amigos para intercambiar impresiones. Además, todos tienen vasos de plástico y eso no cuenta como visita oficial; es como una merienda.
No sé, la verdad, si los alemanes venían comisionados por Angela Merkel para ver qué pasa con lo del "rescate", que vamos a llegar al final del siglo XXI sin saber qué pasa con este asunto. Ahora hay que cambiar de escenario y deporte simbólico, abandonar la tercera regional futbolística y pasarse a la tierra batida, que es donde juega España sus finales épicas, convertida en frontón, peloteando desde el fondo de la pista lenta hasta que se aburra el contrario. Y otra y otra y otra.
Tiene
cierta gracia —dentro de la maldita gracia que tiene esto— que hayan venido los
"odiados" alemanes a enterarse de qué es lo que pasa por aquí. Porque
lo de "les pedimos su ayuda", como no lo hayan traducido con tino, nos
deja a los pies de los caballos percherones, que hacen más daño. Lo mismo se lo
toman por una petición oficial de rescate ante el "vacío de poder" y
la ausencia de respuesta. Parece mentira que en un sitio con tanto político en
ejercicio haya tanto vacío ejecutivo.
Me sorprende
también que los parlamentarios alemanes, siempre tan protocolarios, se hayan
arriesgado a algo de este tipo. A menos que sea un jugada para meterle presión
al presidente —¡ilusos!— o a la de allí. Ya solo les queda visitar a Mas y Urkullu para
hacerse un composición de lugar de lo que ocurre en la colonia veraniega.
Es
agradable que se lleven una buena impresión de lo preparada que está la gente a
la que no se hace ni caso y de lo inútiles que son nuestros dirigentes. La
racionalidad alemana se habrá preguntado por qué no se invierten los papeles —estamos en ello, del "no nos representan" al "ya te represento yo, tranqui"— y por qué
tenemos un pueblo tan listo que elige políticos tan tontos.
Y esa
es la pregunta que me sigo haciendo y que no acabo de poder responder.
*
"El 15-M a diputados alemanes: “Les pedimos ayuda. Aquí no nos
escuchan”" El País 11/10/2012
http://politica.elpais.com/politica/2012/10/11/actualidad/1349959972_331588.html
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