Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Siempre
se habló del regreso de Ulises. Penélope era la fidelidad que espera, con sus
engaños para distraer a los pretendientes que dan por perdido a Ulises y no
quieren esperar más para hacerse con carne y reino. Y Penélope teje y desteje
con nocturnidad burlando a los enrabietados pretendientes a su mano y bolsillo.
Es
ahora Penélope Cruz la que regresa con la intención de mantener vivo el fuego laboral
de la industria del cine español, como dice ella, con "unos granos de
arena en medio el desierto"*. Es un detalle que la honra.
Y yo
quiero creerla.
Lo ha dicho en una entrevista italiana,
en La Stampa, mientras está pendiente de un estreno de coproducción
hispano-italiana. Recoge su entrevistador que ella habla del sufrimiento
de España e Italia, que es algo que no puede ser despachado con cuatro
palabras. «Peccato. Se preferisce parliamo di cinema». Y esas
palabras tienen su valor en una entrevista promocional.
Este es
un país cainita por naturaleza y nos gusta hacer y decir cosas fratricidas. Somos tan
sectarios que si no lo cumple la insultaremos, si lo hace la criticaremos, y si
gana dinero le quitaremos todo el mérito diciendo que ha venido a aprovecharse.
Somos así: lo sabemos todo; más que sabios, resabiados.
Que en un momento en el que salen de España emigrantes y capitales, alguien regrese a ayudar y no a aprovecharse, ni a lucir el "haiga" —el cochazo que el que regresaba al pueblo exhibía ante los paisanos para que vieran lo bien que le había ido al buscar trabajo fuera de España— es de agradecer. El "haiga" era la forma típica de regresar a la española. Se llegaba tocando el claxon y levantando polvo en la plaza del pueblo justo el domingo a la salida de la misa de doce. Te bajas del coche, te subes un poco los pantalones, y miras a ver qué efecto has causado entre tus paisanos. Disfrutas viéndoles ponerse de todos los colores por la envidia al ver tu coche. Luego era alquilado la mayoría de las veces. Pero si no lo sabes, fastidia igual.
En
España no solo es importante que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano
izquierda, sino que tu vecino no se entere de lo que hacen ninguna de las dos.
Se pierde mucho tiempo y energía tratando de demostrar que actúas con buena
intención. Si actúas bien, malo; y si lo haces mal, peor.
Por eso
yo creo en el regreso de Penélope y estoy deseando poder ver en nuestras
pantallas esas dos películas españolas o coproducciones —aunque sea una— que ella va a traer
para que el raquítico cine español pueda salir de sus desastres crónicos,
endémicos e inducidos, como los comas. Cinematografía disociada de su público
natural que huye de una parte importante de su producción. Los empresarios del
cine han sido más nefastos que los de la Costa del Sol, aunque en sentido
contrario: no aglomeraban a la gente en desastres urbanísticos sino que la
dispersaban con desastres estéticos.
Ha
señalado Penélope Cruz —y creo que tiene razón— que hay muchos jóvenes valiosos
que podrían aportar ideas interesantes para el cine español si se abriera el
campo a más gente porque con el cine patrio ha pasado como con el resto de la
producción: se ha tirado por la vía más fácil, chabacana y ramplona.
Por eso
me he llevado una gran alegría al comprobar que la película española de
animación "Las aventuras de Tadeo Jones" ha sido un gran éxito de
taquilla en su primer fin de semana, 2'8 millones de euros. La han visto
400.000 personas y puedo dar cuenta de algunas, porque el cine de mi pueblo se
llenó de niños para verla, un espectáculo gratificante después de haber
asistido a proyecciones mis palomitas y yo por todo público en algunas
ocasiones.
El proyecto juega fuerte, buscando un mercado internacional para encontrar nuevos públicos y poder sostener una industria estable, que mantenga puestos de trabajo. La animación, además, potencia sectores tecnológicos que es importante mantener vivos.
Otro
que apostó y cumplió fue Antonio banderas que ha estrenado ya varios proyectos
de animación con la productora que montó en su tierra, dando trabajo, según
señaló recientemente, a 130 personas.** El caso de Banderas es —como el de
Penélope Cruz en el futuro— un caso de conciencia. Me imagino que no se sienten
bien mientras sus antiguos compañeros lo pasan mal. Y si está en su mano
ayudar, ¿por qué no? Lo importante es que además de ayudar a la profesión, la
renueven, dando entrada a gente que logre conectar con nuestro público y con el
exterior.
Las palabras de Penélope Cruz entran en lo que George Soros llamaría su "Teoría de la reflexibilidad". Como las palabras de Draghi, de Merkel, de Hollande, etc., cada una en su medida, actúan sobre el mundo porque no solo lo describen, sino que forman parte de él afectándolo ya desde sus estimaciones y deseos. Quién sabe si, solo por escucharlas, transmiten "confianza" y algunos otros se animan y hacen lo mismo.
Desgraciadamente,
los "bocazas" también forman parte del mundo. Y los envidiosos, los resentidos y los agoreros. Por eso,
Penélope, cuando se estrenen esas películas que son ahora solo buena intención,
unos tendrán que cerrar la boca y otros la abrirán para comer palomitas.
Y ahora todos, ilusionados, a esperar el regreso de Penélope.
Y ahora todos, ilusionados, a esperar el regreso de Penélope.
*
"Las aventuras de Tadeo Jones "recauda 2'8 millones de euros en su
primer fin de semana ABC
04/09/2012http://www.abc.es/20120904/cultura-cine/abci-tadeo-jones-recauda-millones-201209041349.html
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