Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
entrevista con George Soros publicada hace un par de días por el diario El País es de
gran interés. A veces se complican demasiado las cosas y se dejan
deliberadamente en la oscuridad no porque no se conozcan los problemas, sus orígenes
y consecuencias, sino porque se teme el riesgo de la predicción ante la imposibilidad
probatoria. Por eso se pondera tanto a los economistas que son capaces de
vencer su miedo escénico y decirle al
mundo lo que ocurre o puede ocurrir. Hace falta valor.
Soros
no tiene ese problema; incluso se ha aventurado a reprochar al mundo académico
que siga manteniendo ficciones económicas en clases y manuales sobre cómo
funciona el mundo, cuando tenemos delante de nuestros ojos un comportamiento
distinto. Soros dice lo que piensa y lo que piensa lo dice.
Hay un
par de puntos que creo que se acercan más a la realidad que las distintas
versiones que nos ofrecen cada día. Preguntado sobre la crisis europea, tras
criticar el papel que Alemania está desempeñando respecto a la deuda y al euro,
comenta Soros:
[...] el verdadero peligro es que Europa
quedará permanente dividida entre acreedores y deudores. A los primeros siempre
les irá mejor que a los segundos porque estos tienen que pagar tipos de interés
mucho mayores por el capital y eso se convierte en una desventaja permanente
que ampliará las diferencias entre ambos. Así, la llamada periferia estará
permanentemente deprimida y dependiente del centro, que acaparará toda la
inversión y el talento, y que dejará a la periferia permanentemente en crisis.
Ese es el destino que le depara a España y a Italia.*
Hace
unos días comentábamos algo muy parecido, el coste político de la crisis
económica. Si la crisis se resuelve según el "modelo alemán", esperar
a ver quién sale a flote tras el naufragio, la fractura será un hecho porque
los políticos serán incapaces de frenar el desarrollo del creciente nacionalismo.
Las diferencias entre las dos "Europas" no podrán ser sostenidas en
el tiempo, produciéndose una fractura que será difícil que los políticos, en
franco descrédito, puedan frenar.
La
crisis económica no es solo de la moneda o de la producción; es la crisis de
los discursos oficiales que han sostenido que lo que está ocurriendo no podría
pasar. De los discursos y de sus oradores. Si los pueblos del sur de Europa se
ven abocados a una reducción drástica de sus niveles de vida y el único
argumento es "la fábula de la cigarra mediterránea y la hormiga
protestante", se habrá producido un ambiente que creará un cisma en poco
tiempo. Nuestros políticos confían demasiado en su oratoria y en sus gabinetes
de comunicación, en sus dotes de seducción. Pero el euroescepticismo ya no es cosa exclusiva de los británicos.
La idea de que el euro se haya convertido en una trampa a través de la deuda al tener que pagar unos intereses tan altos que se coman las posibilidades de crecimiento mientras que otros países se benefician de unos intereses más bajos para acaparar la producción europea es bastante creíble, fácil de entender y puede seducir a mucha gente. Los políticos que vean peligrar sus escaños comenzarán rápidamente a hablar de las "conspiraciones extranjeras", con el mismo convencimiento de los dictadores árabes caídos o por caer, para los que todos los males les llegan de fuera. Por eso, la predicción pesimista de Soros no puede ser otra que esta:
En ese contexto, las dinámicas políticas
llevarán al auge de gobiernos nacionalistas extremistas en buena parte de
Europa, lo que resulta terrorífico porque eso provocará reivindicaciones
imposibles de unos contra otros y mucho resentimiento y hostilidad. En esa
posición Europa estará peor de lo que estaba hasta entonces, pero lo peor es
que ese es el escenario más probable.*
Defensor del modelo de "sociedad abierta" explicada por Karl Popper, Soros ve un futuro "cerrado", ultranacionalista y defensivo. Hasta el momento, con alguna excepción, se ha podido frenar parte del nacionalismo proteccionista, que es lo que triunfará por la izquierda y la derecha. La víctima habrá sido la idea de Europa y su convivencia.
Si ayer
dedicábamos el comentario al "Elogio literario de Anders Breivik",
del escritor y editor francés, Richard
Millet, un miembro de la "inteligencia cultural", reivindicando una
Europa alejada del multiculturalismo, una Europa "cruzada", etc., el salto
de ahí a los "patriotas nacionales" será solo un paso. [ver entrada] Puestos a dividir, se pasa rápido de los enemigos "culturales" a los enemigos "económicos". En esto nuestra capacidad es muy grande y podemos asumir un amplio abanico de responsables de nuestras desgracias. Si se llama "parásitos" a los del sur, estos responden llamando "buitres carroñeros" a los del norte. Y en las familias nada se olvida.
El
discurso confuso de Jose Manuel Durao Barroso, máximo responsable de nuestros
destinos europeos, diciendo que los "valores" de Europa deben ser cumplir sus "compromisos",
mantener los "acuerdos" y pagar las "deudas", mayormente a
Alemania, se queda pobre, romo y chapucero frente a lo que puede salvarla de
sus excesos verbales.** Pero hemos de agradecérselo porque es el único que está
intentando poner algo de sentido "común", en los dos sentidos del
términos, en los discursos europeos que, hasta el momento es el de los
intereses nacionales de unos respecto a los otros. Barroso parece más bien un
mediador que un presidente de la Comisión.
La
ausencia de un verdadero discurso europeísta por los políticos europeos ha
hecho que el relevo sea tomado por los antieuropeos nacionalistas (Frentes
nacionales, neonazis griegos, "verdaderos ciudadanos" de donde toque,
etc.) o por los ultraeuropeos, como Millet, que ven en Europa una unidad
combativa contra otras religiones o culturas.
Entre
los que solo ven en Europa la moneda única, los que solo la ven como un
monstruo devorador, y los que, finalmente, no ven más que una madre devorada
por sus enemigos multiculturales, la Europa posible y deseable está por
definir.
¿Hay que echarle la culpa a la intransigencia de Alemania, como hacen muchos? No lo sé. Pero lo que sí sé es que el responsable acaba siendo el que lleva la voz cantante, el que va con el estandarte delante del desfile o el que habla más alto en la reunión. Y esa es, hoy por hoy, Alemania, cuyas políticas se están manteniendo a rajatabla en Europa a través del instrumento que ella diseñó, el BCE. ¿Culpables? ¿Responsables? ¿Euroescepticismo o europesimismo? ¿Qué más da si el resultado es el mismo? Hoy tenemos opiniones para todos los gustos: los que quieren una sola zona, los que quieren varias y los que no quieren ninguna. A unos no les gusta la "U", a otros no les gusta la "E" y a otros ninguna de las dos.
Alemania está pagando el precio con el descenso de su exportaciones a la zona euro, que ha sido un auténtico desplome. Los países endeudados han comenzado a apretarse el cinturón siguiendo las indicaciones virtuosas de Merkel, y lo hacen dejando de lado la compra de productos alemanes. ¿Deuda y compras a la vez? Demasiado pedir. ¡Qué se le va a hacer!
A
diferencia de las batallas, en las que la Historia suele tener claro
quién ganó y quién perdió después del último disparo, el mundo de la Economía
es mucho más complicado. Todavía se discute sobre si las decisiones que se
tomaron en la "crisis del 29" fueron correctas, así que nuestros "líderes"
pueden seguir tranquilos tomando decisiones a sabiendas de que la Historia
tardará en juzgarlos por sus incompetencias y errores.
Lo expuesto por George Soros no es trivial. Las dos ideas centrales —la polarización progresiva de Europa en endeudados y deudores, limitando el crecimiento de unos y favoreciendo el de otros, y las consecuencias del aumento del nacionalismo agresivo— tienen que ser tomadas en cuenta. Aunque a nadie le importarán hasta que sea demasiado tarde. Suele ocurrir.
Lo expuesto por George Soros no es trivial. Las dos ideas centrales —la polarización progresiva de Europa en endeudados y deudores, limitando el crecimiento de unos y favoreciendo el de otros, y las consecuencias del aumento del nacionalismo agresivo— tienen que ser tomadas en cuenta. Aunque a nadie le importarán hasta que sea demasiado tarde. Suele ocurrir.
*
"Soros: “Soy muy, muy pesimista con el futuro del euro”" El País 29/08/2012 http://economia.elpais.com/economia/2012/08/29/actualidad/1346251983_140396.html
**
"Barroso culpa de la crisis a los países que 'no respetan los valores' de
Europa" El País 01/09/2012
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/01/economia/1346493003.html
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