Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Más allá del discurso, más allá de las declaraciones, más
allá de todo eso… están las camisetas. Las camisetas eran algo que le gente se
ponía debajo de la ropa, por si hacía frío y se constipaba uno. Pero dentro de
ese proceso —que ya anticipó Nietzsche— de inversión de los valores, característico
de la Modernidad, las camisetas han pasado de dentro a afuera, a ser espacios
altamente expresivos de la personalidad de cada uno. Cuando tienes ganas de
decir lo que piensas, ¡zas! lo pones en una camiseta, que es como lanzarle a
los demás tu expresividad textil a la cara. La camiseta es como una valla
publicitaria, como un muro de la desvergüenza andante. En vez de hacer pintadas
en las paredes, te haces una camiseta y protestas tú mismo, que es mucho más
civilizado y limpio. Pero no todos opinan lo mismo.
La Junta de Portavoces del Parlamento valenciano ha tenido
que aprobar una “ley anticamiseta”, vamos a llamarla así, dada la expresividad
que algunas de sus señorías exhibían en sus vestimentas durante las sesiones. Decidieron
que ya era bastante aguantar las cosas que les decían fuera, en la calle, para
tenerlas que aguantar dentro, en las salas, convertidas en vestimenta. Una de
las diputadas de los grupos “reivindicativos”, Compromís, de los que han entrado a decirles a sus señorías lo que
opinan de ellos fuera, se presentó con una “camiseta pancarta” que decía: “No
nos falta dinero – nos sobran chorizos”. Ante esta mezcla explosiva de economía
y productos cárnicos derivados del cerdo, el resto de sus señorías —los que van
con camisetas inexpresivas— decidieron tomar medidas, una norma, que fue
aprobada con los votos del Partido Popular y no con los del resto, que en esta
Autonomía no se dan por aludidos:´
La norma, compuesta por siete capítulos,
dedica uno al "decoro" que deben mantener diputados y visitantes, y
establece que la presidencia deberá velar para que los diputados presentes en
el hemiciclo o en las salas de comisión "respeten las reglas del
orden" establecidas en el reglamento.
En concreto, indica que la
presidencia deberá actuar "de inmediato" cuando se utilicen
"prendas de vestir, carteles, fotografías, pancartas u otros elementos
materiales que pudieran resultar alusivos" a algún diputado, institución o
terceras personas, o cuando "de algún modo se menoscabe el decoro de la
Cámara".*
La norma es un poco laxa e interpretable porque la idea de "decoro" tiene que ver precisamente con aquellos que los que protestan consideran "indecoroso". El "decoro", precisamente, según la RAE supone "Honor, respeto, reverencia que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad". Como aquí no se trata del nacimiento de nadie porque la institución es democrática, queda la dignidad, que es lo que algunos pierden cuando realizan ciertos actos poco decorosos y ajustados a aquello para lo que fueron elegidos. Se trata entonces de un problema de hábito y monje o de mona y seda. Quizá el problema real sea la generalización, el que algunos se den por aludidos sin motivo. No deberían hacerlo los que tengan la conciencia limpia y la dignidad impecable.
Lo del “alusivo” no deja de tener su gracia, porque los
políticos dedican casi el ochenta por ciento de sus intervenciones a explicar
lo que quiere decir el partido contrario, es decir, se pasan el día aludiendo. El PSOE se preocupa de
explicar lo que quiere decir o hacer
el PP. El PP hace lo mismo, dedica la mayor parte de su tiempo a explicar lo
que el PSOE hace o dice. Para saber que va a hacer un partido casi debemos leer
el programa del otro.
Como esa norma anti
alusión se puso en marcha con carácter inmediato, había curiosidad por
saber cómo iba a responder la diputada del grupo Compromís. Y no ha defraudado a nadie. Lo ha hecho con una camiseta
estándar, una como la que llevan miles de personas en la Comunidad Valenciana o
fuera de ella, por todo el mundo**. Una sencilla camiseta negra con el logotipo
de la marca “Mango”. Elegante, diría
un matemático. ¡Y vaya usted a demostrar qué quiere decir!, que es su palabra
contra la mía, su acepción primera
contra mi acepción segunda.
Con la nueva camiseta tras la "norma" |
A las tradicionales descalificaciones que los políticos cruzan
habitualmente entre ellos, se suman ahora los problemas de las camisetas alusivas. La amenaza les llega ahora de
fuera: de la manifestación al escaño, de la pancarta al diario de sesiones. Y
esto ya es mucha presión. Hartos de que les
aludan, tratan de eludir las consecuencias del descrédito refugiándose en el
Parlamento convertido en una especie de club inglés antiguo, de esos en los que
una simple tos resuena como un trueno y viejos ujieres se deslizan como sombras.
Pero la región levantina es ruidosa, fallera e irreverente. Y las camisetas no
son más que una “falla” crítica plantada en mitad de las sesiones.
Lo importante no es la camiseta. Es lo que representa de
sentir popular, de crítica a lo que nos les gusta en sus políticos. Creo que darían
muestras de sentido común si aceptaran las críticas —tomárselas como las
fallas— y lo hicieran con el mismo sentido del humor. Pero no parece probable.
Lo del “decoro” les ha quedado muy bien, pero el decoro no
queda en demasiado buen lugar cuando se encadenan las incidencias indecorosas. Las instituciones se deben
respetar, es cierto. Pero hacerse respetar es más una cuestión de autoridad moral que de simple autoridad.
La Comunidad Valenciana —la clase política en general— tiene demasiados frentes
abiertos como para que el decoro se imponga por mayoría. La clase política
tiene que dar más ejemplo. El día que se pongan ellos —políticos de todos los partidos — unas
camisetas que diga “¡fuera chorizos de la política!”, habremos salido ganando.
No estaría mal que ellos, la mayoría, los que no se sientan vinculados con los
chorizos, se hicieran una foto conjunta,
los de unos y otros partidos, en la puerta de sus parlamentos respectivos con
unas camisetas con ese lema.
A quien le parecerá muy bien —no hay mal que por bien no
venga— es a la marca de ropa, que pasará a convertirse en uniforme, de seguir la cosa así. Unos se preocupan por el decoro y otros por la decoración.
* "El PP aprueba en
solitario la resolución que prohíbe camisetas en las Cortes". El Mundo 17/04/2012
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/17/valencia/1334664603.html"
Felicidades por el artículo.
ResponderEliminarSólo quería contribuir con una fotografía que tomé durante la manifestación de la huelga general del 29-M en Barcelona, donde también se observa el uso de la marca MANGO para aludir a la corrupción política valenciana.
Gracias. Si, el reciclado de la marca textil se ha utilizado con anterioridad y aparece en distintas fotografías o retoques del logo. Gracias de nuevo, un saludo.
ResponderEliminarJMA