Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Uno no sabe nunca por dónde comienzan las crisis. ¡Con la que está cayendo! En estos tiempos revueltos, en Alemania ha empezado de la forma más tonta. Al superministro de Defensa alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, le han pillado copiando. Antes en Alemania a la gente la pillaban como agentes dobles y se escapaban a la Unión Soviética, o hacían aquello tan curioso de cambiarlos como cromos en el “check-point Charlie” berlinés, que tanto juego dio en las películas de espías.
El caso sería una anécdota más de no ser algo más que una anécdota. Angela Merkel ha dicho que no le importa tener entre sus huestes ministeriales a un político que copia su tesis doctoral o, según otra versión más avanzada, que es capaz de poner a trabajar a los funcionarios del estado en sus investigaciones particulares. Ella no lo ha dicho así, pero es lo que ha entendido todo el mundo. Merkel le ha defendido como político, que es como salir defendiendo a Jeckill y decir que no tienes nada que decir sobre Hyde.
Karl-Theodor zu Guttenberg tiene buena planta, ese toque de político dinámico y resolutivo, era un ministro bien valorado, para algunos el delfín de Merkel, aristócrata… Pero no contento con ello, quería ser doctor por la Universidad de Bayreuth. No le hacía ninguna falta, pero él quería serlo.
Para un político, un obstáculo es algo que se interpone entre él y sus objetivos. La diferencia entre políticos se establece en el camino que toman para llegar a su objetivo. El argumento de Merkel es peor que la copia de su ministro porque se puede extender a cualquier otro caso: “no me importa que pegue a su esposa porque es un buen político”; “no me importa que tenga cadáveres bajo las petunias de su jardín porque es un buen político”…, y así hasta el infinito. Entonces, ¿qué es un buen político?
Merkel lo tiene difícil porque lo que ha hecho es ofender a la Universidad y eso solo se puede hacer impunemente en algunos países. En Alemania, no. El peso de la institución y el respeto que les merece a sus integrantes y a la sociedad alemana es grande. Merkel también ha cometido un error de cálculo al restarle importancia al hecho.
Algunos países se movilizan por la vergüenza que les hacen pasar sus dirigentes con los asuntos de faldas, otros por tesis doctorales. En cualquier caso, lo que se les está poniendo difícil a los políticos es la política del “vale todo” (para ser doctor, por un caprichito) o la doctrina de la “separación de vergüenzas”, reformulación descarada de la clásica separación de poderes. Antes se pedía a un político que no robara; ahora, que no copie. Algo hemos avanzado. El infantil acto de “copiar”, “plagiar” o como lo queramos calificar, no es más que la muestra de lo que somos capaces de hacer para eludir nuestras responsabilidades o para llegar a nuestros objetivos
Mientras en el mundo ocurre lo que ocurre, da pena debatir sobre la copia de la tesis de un ministro que quería ser doctor y tenía poco tiempo para investigar. Sin embargo, son esas personas las que cuando ocurren cosas graves en el mundo, tienen que tomar las decisiones. Son los que nos representan y actúan por nosotros y en nuestro nombre. El ministro ha manifestado que lamenta los errores. Hace bien.
Los alemanes, sin quitarle seriedad al asunto, han aprovechado el apellido de su ministro, Guttenberg, para el chiste fácil y le han rebautizado como “Googleberg”. Creo que Merkel deberá ir al vivero a buscar otro delfín.
Quizas debieamos cuestionarnos el individualismo vigente y valorar mas el trabajo en equipo, claro que no citar al equipo vuelve aser individualismo y getismo (de geta)
ResponderEliminarel desconsuelo es tan general que ya ni duelen estas anecdotas de pronta caducidad, ¿el final está cerca? me quedo con el movimiento slow y tod caerá por su propio peso, salud
Los tontos siempre caen por su propio peso, más tarde o más temprano. El problema, más que individual o de equipos (existen El Solitario y la Mafia), es la falta de escrúpulos en casi todo. Gracias por el comentario.
ResponderEliminarJ. Aguirre
Ojalá, Joaquín, ojalá fuera verdad la primera frase de tu comentario respuesta. El resto es exacto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay tontos que de pura vaciedad son más ligeros que el aire. Me refiero a que los que caen, lo hacen siempre por sus tonterías. Por la boca muere el pez, decimos, Como toda "ley general" tiene las excepciones necesarias.
ResponderEliminarGracias. Un abrazo,
Joaquín