domingo, 11 de junio de 2023

Sacrificio ritual

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Yolanda Díaz ha jugado duro y, según las crónicas, le ha ganado el pulso a un disminuido Podemos, temeroso de quedar fuera de cualquier espejismo de poder. Porque se trataba de esto, de poder, un poder que tiene un punto de encrucijada: la confección de las listas, ese pedazo de papel que representa el ser o no ser de la política.

Es cierto que el comportamiento de Podemos ha sido su principal obstáculo, una soberbia hacia arriba y hacia abajo. Es la ilusión de "poder" que da a los pequeños tener en su mano el destino de los grandes mediante ese diabólico invento que se llama "gobierno de coalición", en el que el pequeño se cree grande. Pero después le están esperando en el punto crítico: las nuevas elecciones y la confección de listas, el momento decisivo en lo personal. Sí, no debemos engañarnos: al final las listas reflejan el poder de la dirección del partido en colocar a los más afines en los mejores puestos. Luego los electores decidirán quién se queda fuera y quién pasa a engrosar las filas de los visibles, los que están en parlamento y gobiernos.

Sobre esta primera batalla de la gran guerra electoral, la que decide amigos y enemigos, bien colocados y mal colocados, hasta fieles y traidores, nos cuentan en RTVE.es: 

La coalición electoral que aglutina a todo el espacio a la izquierda del PSOE ya es una realidad, se llama Sumar y tiene una candidata a la Presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, cuya imagen estará además visible en las papeletas en la jornada de las elecciones generales del 23 de julio. El camino para que esta coalición se inscriba- a horas de que expirara el plazo este viernes- ha sido de todo menos fácil y aunque 'unidad' es la palabra que debería protagonizar esta marca, formada por quince partidos y coaliciones, de momento las aguas no pueden estar más revueltas. La negociación ha sido al límite y agónica.

El acuerdo entre Sumar y Podemos nace sin acuerdo. Podemos está dentro de la coalición, pero no de la manera que quiere y habla directamente de "humillación". Los de Ione Belarra han firmado, pero con una profunda discrepancia y con críticas a la que ya es oficialmente su candidata a las generales. Todo por un nombre propio que se queda fuera de la lista electoral: Irene Montero. Por eso, pero no solo. Podemos queda diluido en Sumar entre una amalgama de partidos y la bilateralidad que pretendían se esfuma. Sus siglas desaparecen de la marca y esto es la primera vez que ocurre desde su nacimiento en 2014. El color morado desaparece.

Durante toda la semana había sobrevolado que el principal escollo para cerrar el acuerdo era el veto de Díaz a la ministra de Igualdad y a horas de sellar la coalición la secretaria general de Podemos hacía un intento con una dura declaración en la que denunciaba públicamente: "Se nos pide sacrificar a nuestro mayor activo político". A partir de ahí y en cadena el núcleo duro de la formación morada se lanzaba a clamar por la inclusión de la ministra en la lista electoral, sin éxito alguno, ya que desde Sumar la consideran un "obstáculo insalvable". Creen que la ministra está muy "tocada" políticamente y discrepan con Podemos en cuanto a que es un activo que sume.* 

Calificar como "sacrificio" apartar a la actual Ministra de Igualdad, Irene Montero, es quedarse corto. Según los resultados de las próximas elecciones, habrá que ver en qué queda este duelo a muerte entre las fuerzas en declive de Podemos y su cabeza visible e invisible y lo que pueda sacar en las urnas la plataforma Sumar, con Yolanda Díaz al frente.

No creo que haya habido unas elecciones tan complejas en nuestra historia reciente. Son complejas en cuanto a lo que pueda llegar, pero lo son también en lo que representan sobre la forma de afrontar la política, de personalización del liderazgo y de estrategia.

Podemos y el PSOE han escenificado un duelo en el gobierno cuestionándose el puesto. Podemos ha llevado a cabo una estrategia que ahora le pasa factura. Si todo hubiera ido bien, Podemos tendría otra actitud, pero cuando las cosas van mal, se perdonan pocas cosas.

Aquí hemos tratado en esta pasada legislatura los malos modos de la política en la cumbre gubernamental. Avisamos que se produciría esta lucha que ahora se ha desplazado al reemplazo de la llamada "izquierda del PSOE". Con buen criterio estratégico, la plataforma de Díaz ha estado en el aire hasta el último momento. Era más palabras que hechos. Los hechos se reservaban para el final, para la presentación ante el electorado. Puede que Sumar sea una incógnita, pero Podemos era un fracaso electoral y estratégico. Eso se traduce en la "humillación" señalada en el artículo.

La izquierda del PSOE nace ya con el drama del conflicto interior. Lo que hemos visto entre PSOE y Podemos, puede ser cosa de niños entra Podemos y Sumar. En gran medida dependerá de lo que se obtenga en las urnas dentro de poco. Si los resultados son "buenos", darán la razón a Díaz y los otros.

Ahora bien: ¿qué son "buenos" resultados? Hay grados. El fin último declarado se basa en la estrategia de evitar que "gobiernen juntos PP y Vox". Pero ese nos lleva a un escenario panorámico con diversas posibilidades. La primera, evidentemente, es que el PP no necesite de Vox para tener el poder. Eso es un estado agridulce, por usar eufemismos. En realidad, eso es una estrategia comunicativa, un sembrar el miedo para llevar a la gente a votar por la izquierda. Pero eso ya no es suficiente: aunque la "izquierda a la izquierda" del PSOE vaya unida, como ha ocurrido al llegar al pacto "humillante", ¿cómo se repartirá?

La "nueva política" es fragmentaria y, por ello, mucho más estratégica: con poco quiere sacar mucho. Es el resultado de los pactos, de que te necesiten. Lo que ha hecho Sumar es eliminar obstáculos antes de que se produzcan los conflictos de reparto y los posteriores de convivencia. Quieren sacar votos, sí, pero pactar con el PSOE sin los lastres de Podemos, los que ellos mismos han creado con sus acciones en el poder. Si algo se ha visto claro es precisamente las maneras. Y eso es lo que no quieren ni Sumar... ni el PSOE. Se ha llegado a insinuar que Sumar era una maniobra del propio PSOE para debilitar a Podemos. No lo sé, pero sí sé que —por pura lógica— estarán muy contentos con que desaparezcan del mapa político, muy contentos con no tener que estar sentado junto a alguien que no deja de darte puñaladas retórica y no retóricas.

Hemos analizado aquí en diversos momentos esta forma de actuar de Podemos. Ahora se ven con claridad las consecuencias. Pero también se les da una opción que ya están esgrimiendo: si hay mal resultado será culpa de Yolanda Díaz, que ha borrado del mapa los más "poderosos activos" políticos de Podemos.


¿Qué es "mal resultado"? Evidentemente, una victoria holgada del PP, también una victoria a medias de la "derecha" (PP y Vox), pero igualmente se produce por un descalabro con fuga de votos al PSOE (¡malditas matemáticas!). Lo cierto es que no hay victoria si no queda nada con lo que pactar. El PSOE se mantendrá y Sumar está en la cuerda floja. Un resultado invertido —buen resultado de Sumar y uno muy malo del PSOE— pondría en entredicho el "sanchismo" desatando las iras de los descontentos y enterraría definitivamente a Podemos, como anuncian algunos titulares. Montero y los que queden fuera lo convertirán en una victoria interna, un resultado producido por reacción de los votantes contra Sumar y dejarlos fuera del reparto.

Dentro de la formación de Iglesias, Montero, Echenique y Belarra —por citar sus cabezas siempre activas—, la tensión se desata. Estar significa distanciarse de los que no están. La distinción dentro/fuera creará algo más que tensiones. Será difícil mantener la unión si no hay nada que repartir.

Pase lo que pase en las urnas, los que queden estarán lejos de los que se quedaron compuestos y sin escaño. Debemos prepararnos para la ristra de reproches, interpretaciones, sobreentendidos, (re)ajustes de cuentas, etc. que estas elecciones van a traer. Hemos empezado haciendo "sacrificios" o "sacrificando!, que tiene matices distintos según la perspectiva. En cualquier caso, se trataba de un "sacrificio ritual", de una operación clara, diseñada para eliminar problemas futuros y dejar claras ciertas cuestiones. Los demás toman nota y esperan el momento.

En este mapa de la "nueva política" se sigue luchando por lo mismo que en la "vieja", por cargos, escaños, ministerios, etc. Los medios y columnistas debaten qué ocurrirá y qué sentido tiene todo esto. Son muchas páginas por escribir, muchos espectáculos políticos por ver. 

Lo que parece cierto es que el panorama va a cambiar. No sabemos hacia dónde, pero va a cambiar. Lo que queda por ver es si la experiencia sirve de algo. 


* María Menéndez "Podemos pierde el pulso con Díaz y queda diluido en Sumar: del 'dedo' de Iglesias al veto a Montero" RTVE.es 10/06/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230610/sumar-podemos-acuerdo-coalicion-elecciones-23j/2449072.shtml

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