viernes, 16 de junio de 2023

Boris Johnson, el poco valorado arte de la mentira

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Boris Johnson se ha ido antes de que le echaran. Johnson se ha ido escandalosamente por la puerta de atrás, valga la paradoja, pero es su estilo. Como Trump, Johnson distingue entre lo que hay, lo que hace y lo que dice.

Trump, Johnson y algunos más parecen "brujos" sacados de un mundo que tiene ligeros parecidos con este, pero con unas leyes distintas, mundos donde las palabras no significan lo mismo, en lo que usted cree comprender una cosa y se encuentra con otra. No sabemos si viven en mundos paralelos al nuestro o si diversos clones suyos se mueven por el nuestro.

Al final, cae —como Trump— por soberbia, por despreciar el mundo que está por debajo, por considerar idiotas a los demás, seres inferiores a los que se puede despreciar cada día sin riesgo.

Chris Mason, editor político en la BBC, realiza un devastador comentario sobre Boris Johnson tratando de que los ciudadanos entiendan que esto no es una cuestión liviana sobre unas fiestas durante el COVID, que es algo más: 

Remember, today isn't about parties during Covid.

It is about the fundamental pillars upon which public life - and society at large - is constructed.

Conduct.

Behaviour.

Believability.

Integrity.

The sanctity of truth. The contempt for lies.*

La forma gráfica dada al texto refuerza esa idea de solidez de los principios resaltados. No, no se está hablando de una fiesta. Se habla de algo más, de eso que Manson hace que leamos en cada línea por separado.

Johnson, como Trump, es una persona que ve la política de una forma distinta. Es sobre cómo llegar al poder y cómo conservarlo. Si se trata de que la gente te vote para llegar al poder, hay que rebuscar en aquello que quiere escuchar. No es la promesa de Churchill, "sangre, sudor, lágrimas". Se trata de saber qué quiere escuchar realmente la gente y decírselo. Del mundo se encargan otros, los técnicos, los expertos. Ellos, en cambio, se encargan de prometer, un específico acto de habla; se encargan de saber qué quieres escuchar y repetirlo con convicción y gesto firme. Se trata de repetir y repetir hasta que las palabras se solidifican ante tus ojos.

Es un problema general de la democracia en la sociedad del espectáculo, en la que solo se vive como una ilusión en una pantalla desde la que se nos habla. ¿Qué importa la verdad en un mundo de pantallas?, piensan. Es un mundo donde el principio de realidad no supera al principio de placer; seguimos siendo niños. Son los deseos los que hay que conocer y estimular. Una parte del deseo se muestra y satisface a través de las ficciones y estos mentirosos del poder lo saben creando nuevas y renovadas mentiras.

Johnson, nos dicen, tiene una historia con la mentira. Escribe Chris Manson:

The spine of the biography of Boris Johnson has his relationship with the truth running straight down it.

Sacked from The Times for making up a quote, when he was a young reporter. Sacked from the Conservative front bench for lying about an affair.*


Verdad y mentira tienen nuevas definiciones y relaciones en la actualidad. En un mundo discursivo, textual, como es nuestra época, no hay verdad o mentira, sino eficiencia comunicativa, resultados evaluados, objetivos conseguidos.

El objetivo definitivo es el poder. Siempre se ha dicho que "el poder desgasta", pero hoy funciona la renovación de discursos, los lavados de imagen... Para ello existen miles de asesores, de empresas especializadas en comunicación y un campo, el de la política, donde la gente parece ya admitirlo todo. Lo vemos en la sociedad de pantallas más adelantada, los Estados Unidos. Los políticos en el viejo Reino Unido han tenido la decencia de liberarse de quien les puede hundir. Pero en los Estados Unidos, cada denuncia contra Trump es un aumento de la popularidad, una recaudación mayor de dinero para las elecciones. Cada mujer acosada por Trump es un gesto de bendición desde esa derecha evangélica que le adora; cada gesto racista es un aplauso y una bajada al muro para "cazar" inmigrantes que cruzan el Río Grande.

Hoy la mentira, la inhumanidad, el racismo, etc. venden. Solo se trata de saber presentarlo, de usar las cifras adecuadamente. Para ello no son necesarias personas honestas, sino simples mentirosos hechos a sí mismos, triunfadores al encarnar los peores deseos en hermosas ficciones. Todo ello es respaldado por estudios de mercado aplicados a los votantes, está apoyado en las neurociencias que adquieren así una importancia social que alegra el bolsillo de los investigadores.

Johnson se ha ido después de un informe que le retrataba como un mentiroso irredento, proponiendo 90 días de suspensión. Se ha ido antes de que le echaran, que era su destino inmediato. Detrás quedan mentiras y desastres con los que alimentaba al pueblo británico. Da vergüenza recordar las promesas del Brexit, que él utilizó para llegar arriba. Da vergüenza al ver los efectos sobre los británicos que se lo creyeron porque querían creerlo y que ahora no reconocen el mundo ficticio descrito con la realidad que tienen delante.

Johnson ha salido de forma descarada para no tener que dar explicaciones finales, para que no conste en su ficha el despido. Pero la ficha de la historia no creo que pueda enmendarla con lavados de imagen. Un mentiroso es valorado por su técnica pero, como sucede con los magos, una vez descubierto el truco, el prestidigitador pierde su magia, La mentira se valora cuando se presenta como verdad. Y Boris Johnson deja de ser creíble, deja de ser convincente, deja de funcionar. El sistema ya no lo necesita.

Los demás podemos prender de lo que representan esta ristra de personajes, nacidos en buenos hogares, con una vida cómoda, que deciden un día orientar su ambición hacia la política y nos seducen, nos dicen lo que queremos escuchar... hasta que un día se nos cae la venda de los ojos y vemos que ese mundo del que hablaban no era más que una distracción para conseguir lo que querían.

Volvemos a la pregunta que sigue sin ser contestada. Un sinvergüenza es un sinvergüenza, pero ¿cómo logran que nosotros los votemos; cómo logran ser elegidos pesa a todo?

 

* Chris Manson "Punishingly brutal report is devastating for Boris Johnson" BBC 15/06/2023 https://www.bbc.com/news/uk-politics-65913299

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