martes, 13 de junio de 2023

La solución en la locura

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En estos tiempos en que los políticos nos venden sus paraísos, no está de más recordar que muchos viven en el infierno. Las campañas electorales tientan muchas veces a la suerte con sus mensajes y hay que tener un poco de sensibilidad antes que presumir.

Parece ser que hemos llegado a la conclusión de que los problemas son el resultado de alguna debilidad mental, de algún fallo de serie que nos impide ver los logros políticos. No digo que no los haya, pero que no siempre se trata de cómo se ve el vaso, sino de cómo se siente con los sentidos restantes ese vaso que para muchos es inexistente no por un problema psicológico, sino porque realmente no está. Hay un vaso vacío y otro medio lleno, pero también un vaso imaginario que otros nos cuentan con insistencia pero que no llegamos a ver, oler, palpar y sí, a veces, oímos hablar de él e incluso escuchamos cómo otros se lo beben a corta distancia.

En RTVE.es Laura Gómez Sánchez titula su artículo "Cuando la falta de psicólogos no es el único problema: "Es muy difícil tener salud mental si no te llega el sueldo"". La primera parte del título no advierte que el problema no está solo en cómo vemos el vaso, mientras que la segunda nos avisa de las consecuencias del vaso inexistente.

En los últimos tiempos, hablamos muchos sobre salud mental, pero lo hacemos igual que con el COVID: el coronavirus no es el problema, sino el número de camas para atender a los que se enferman. Mientras haya camas "no hay problema". Es más fácil levantar un hospital de la nada que controlar la enfermedad. Igualmente es un problema cuando no hay dónde enterrarlos y los cadáveres se agolpan en camiones frigoríficos a la espera de mejor destino. Nos dirán que con un nuevo cementerio se ha resuelto el problemas.


Esta forma de entender y atender se nos pasa ahora a la "salud mental", ese tema del que alguno se carcajea en el parlamento. Con más psicólogos, todo se arregla.

El artículo citado señala: 

La falta de psicólogos en la sanidad pública es preocupante. España solo ofrece seis de estos profesionales por cada 100.000 habitantes, una tasa hasta tres veces menor que la media europea.  Así lo alertó la propia reina Letizia al inaugurar en Madrid el congreso de la Confederación de Salud Mental, evento en el que la monarca, sin embargo, también hizo hincapié en que aumentar ese número no es la única y la mejor solución en todos los casos.

"Subir la ratio de psicólogos y de psiquiatras es necesario, evidentemente es imprescindible, pero hay que trabajar también a nivel colectivo", defiende al respecto la vicepresidenta de la Asociación Española de Psicología Sanitaria (Aepsis), Estefanía Cárcel. Para la experta, "es muy difícil tener salud mental si no te llega el sueldo para pasar el mes o si no tienes tiempo para criar a tus hijos", entre otras problemáticas sociales. 

Efectivamente, contar con ayuda profesional gratuita y de calidad cuando el problema ya existe es crucial, comparte la presidenta de la Sociedad Científica Española de Psicología Social (Sceps), Esther López-Zafra, quien también insiste en la importancia de fomentar la prevención. "Si no mejoramos las condiciones laborales, la formación de nuestros líderes, los estilos parentales, las relaciones interpersonales… Todo eso al final tendrá consecuencias", advierte para añadir: "No vamos a necesitar solo 18 psicólogos por 100.000 ciudadanos, necesitaremos muchísimos más". *


 

Más razón que un santo (o una santa). Desde aquí llevamos mucho tiempo insistiendo en esta cuestión, por supuesto, sin esperanza alguna. La conjura de los responsables (a veces los más necios) es la tendencia a negar la conexión entre elementos. Igual que decimos que el bullying de hoy es el maltratador de mañana y no dos problemas separados, hay que decir que los problemas, estrecheces, castigos, etc. de hoy son los clientes de las clínicas, de los psicólogos, etc. de mañana.

El político se empeña (y más si está en campaña) en fraccionar y desconectar los problemas y, peor todavía, en negarlos cuando está en su responsabilidad. Saca fuera de la barquilla todo el lastre para que el globo electoral suba ligero hacia el cielo de la perfección. El problema, sin duda, es usted.

¡No se pasen! ¡Contengan su tendencia natural a no ver y hacer no ver! Los problemas están ahí, digan lo que digan. Pueden manejar las cifras, darles la vuelta, contarlas con sonrisas cada uno en su parcela, pero muy tontos nos deben considerar si creen que eso borra los problemas de la tozuda realidad.

Considerar que sentirse mal es una cuestión de salud mental está pisando el límite totalitario orwelliano. Nada hay más democrático que el derecho a que no nos den gato por liebre con eso llamado "realidad". Mandar al psicólogo a calmar las angustias, frustraciones, malos ratos, etc. es un fraude.

Lo que llena las consultas no es la genética, sino la dura realidad que tenemos enfrente. La política ha pasado a ser el arte del retoque, no el de solucionar problemas. Las luchas intestinas por estar bien colocado (o simplemente colocado) en las listas nos demuestra dónde está el problema. A lo mejor habría que mandar a algunos a los psicólogos a que resuelvan sus frustraciones por haberse quedado fuera, achacando el problema a la hipersensibilidad.



Combatir las frustraciones en vez de los hechos que la causan es de enorme cinismo e hipocresía. Hemos pasado del tabú de la salud mental al tabú de la realidad. Ya no mandamos al psicólogo al que ve cosas raras, sino al que ve las cosas como son. Es un terrible cambio que se produce precisamente por la acumulación de problemas sin resolver, negados en su origen y efectos.

Desde luego, los políticos no son responsables de todos los problemas, pero sí de que no se solucionen o, peor, de negarlos, de mirar hacia otro lado y —un paso más— hacernos ver que es nuestra locura la que debe solucionarse sentados en una consulta a la espera de una pastilla. Desgraciadamente es algo más que una metáfora sobre la política.

Hay que combatir el origen de los problemas. Eso es hacer política, su sentido final. Sin embargo, esta política entiende que es más fácil echar la culpa del suicidio al suicida que preguntarse por qué lo ha hecho; que es más fácil echar la culpa al acosado que al acosador en una escuela; que tener 20 contratos en un año es normal... Esta es la "normalidad" que, difícil de resolver, hay que aceptar o ir al psicólogo a que borre de tu mente esas fantasías que te impiden disfrutar de la buena vida a tu alcance.

Así que, ya sabemos, hay que reclamar más psicólogos. Nos darán una pastilla por falta de tiempo y... ¡tira millas! 

 

 

* Laura Gómez Sánchez "Cuando la falta de psicólogos no es el único problema: "Es muy difícil tener salud mental si no te llega el sueldo"" 12/06/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230612/salud-mental-colectiva-espana/2448117.shtml

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.