jueves, 15 de junio de 2023

El tiburón conspirador

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Es evidente que el gobierno egipcio tiene un serio problema para intentar controlar la imagen del país y su proyección en el exterior. Son los problemas del aislamiento; de repente tu cabeza empieza a pensar de forma extraña, comienzas a hacer cosas raras que a ti te parecen normales y no entiendes las caras de asombro, horror, etc. de los que te rodean.

Hace cosas como, por ejemplo, convertir en delito dar información "falsa" sobre el tiempo, es decir, anunciar que va a llover y luego caen cuatro gotas, como comentamos hace unos días.

No hace mucho un tiburón se comió a un bañista ruso en aguas del Mar Rojo, en una zona turística. Los tiburones, por supuesto, no son turistas; viven allí, aunque no son exactamente "egipcios". Ante un hecho como este, se puede reaccionar asumiendo que los tiburones están ahí, que ese es su hábitat y que el turista es el que lo invade y que es cuestión de mala suerte que entre todos los bañistas llegue un tiburón y se coma medio turista ruso.

Como vivimos en los tiempos de la sociedad del espectáculo, tal como señaló Guy Debord, siempre hay alguien que paralizado por el espectáculo sangriento tiene la entereza suficiente como para mantener en alto su teléfono móvil y grabarlo.

Es cuando el gobierno egipcio se da cuenta, una vez más, se da cuenta que no puede controlarlo todo, que no puede evitar que el joven turista ruso esté en el momento equivocado en el lugar equivocado, delante de un tiburón que no mira el pasaporte. El inevitable ojo del móvil está también presente, por lo que el caso no se queda en algo entre el tiburón y su víctima, sino que el dúo se transforma en triángulo con el ojo que mira y, después, en eso que llamamos viral. Se difunde por las redes sociales y los medios de todo el mundo, atentos a estas cosas morbosas, le dedican sus páginas, como algunas que aquí mostramos, de la India a los Estados Unidos.

Lo que desde la perspectiva del tiburón no es más que un cambio de hábito alimentario dentro del normal de la naturaleza, en la que el fuerte se come al más débil, desde nuestra perspectiva cultural se convierte en algo más complejo: la CNN, por ejemplo, titula "Shark attack in Egypt kills a Russian citizen" (8/06/2023), ocho simples palabras que darían para varias tesis doctorales preguntándonos si, por ejemplo, el tiburón "sabía" que se trataba de un "ciudadano ruso" y de lo que suponen los ciudadanos de Putin para la economía egipcia cuando a los rusos los miran mal en muchos sitios a raíz de una "no guerra" entre Rusia y Ucrania. En un mundo en el que las presas se derrumban solas o los gaseoductos explotan solos en mitad del mar, ¿queda inocencia?

Inmediatamente, ante la avalancha de titulares y vídeos completos de asalto, el gobierno egipcio decide actuar para evitar lo que prevé será un desastre para su economía turística, la única que llegar realmente a la calle, aunque la privilegiada zona de Hurgada, en el Mar Rojo, es terreno acotado para muchos egipcios ante la prevención de posibles ataques terroristas anti turísticos (algo que hemos tratado en alguna ocasión en estos años). Nada hay sencillo en Egipto.

Ante lo viral del caso, el gobierno reacciona y lanza a la caza del tiburón a sus fuerzas disponibles. Hay que encontrar al asesino, al depredador desconsiderado que puede hacer tambalear los ingresos por turismo. Tiburones y mal tiempo son, junto a los terroristas, los enemigos a batir.

En la CNN se nos explican las reacciones y las medidas tomadas por las autoridades:

The incident took place in the popular tourist city of Hurghada on Egypt’s eastern coast.

Russian Consul-General Viktor Voropayev told Russia state-run TASS news that a Russian national who was born in 1999 “died as a result of a shark attack.”

“This has been confirmed by Egypt’s competent authorities,” Voropayev said, as cited by TASS.

Minister of Environment, Yasmine Fouad, ordered a committee to investigate the incident, according to a statement released by Egypt’s Environment Ministry.

She also directed local authorities to implement the “highest levels of safety for those who go to the beaches of the Red Sea, and to take all possible measures to avoid a recurrence of the shark attack incident again,” the statement said.

According to the statement, a specialized team was able to capture the “Tiger shark” that caused the incident “to examine it to find out the possible reasons for its attack and to indicate whether it is the same fish that caused previous accidents.”

The Environment Ministry issued a two-day ban on swimming starting Friday, including snorkeling and all other water sports activities in the area between Gouna to the north of Hurghada and Soma Bay to its south.

Over the past years, several similar incidents have happened in the Egyptian Red Sea.*

Toda la jerga oficial, toda la palabrería ministerial, acaba en la detención del tiburón. Intentar encontrar una explicación anti natural a un hecho natural quiere convertir el caso en resoluble, cuando el caso es claro: el tiburón siguió su propia naturaleza. El estaba donde tenía que estar, el joven turista ruso no.

La forma de frenar los efectos de este hecho convertido en mediático y morboso es la localización inmediata del tiburón y, de forma especial garantizar que es al que se le pueden imputar todos los "delitos" o ataques anteriores para tranquilidad de todos los bañistas.

Todos se lanzan a la captura... y lo logran. El tiburón es "detenido" y ejecutado sumariamente. Pero debe ser mostrado al mundo para tranquilidad turística y mantenimiento del flujo. Egipto es seguro.

Para asegurarse que es él se nos dan todo lujo de detalles sobre lo que encontraron en su estómago, como por ejemplo, la cabeza del joven bañista ruso para que haya duda alguna sobre su autoría.

Pero esto no es suficiente. ¿Todo acaba con la muerte del tiburón? No en Egipto. Las noticias nos hablan hoy de que el tiburón será "momificado" y expuesto en un museo. Supongo que es para convertirlo en una atracción más. ¿A quién le extraña que una momia en Egipto? Las hay de gatos que hicieron mucho menos. Me dicen que en los vídeos del tiburón cazado se escuchan diversos tipos de insultos al animal por intentar reventar el presente y futuro turísticos de la zona. Supongo que a los curiosos que vayan al museo, les seguirán los que escupirán a la momia del tiburón, maldiciendo su presencia.

En The New Arab se nos da cuenta del impacto del caso y de las interpretaciones que se han ido dando en ese mar de fuerte oleaje que son las redes egipcias: 

A deadly but rare shark attack is causing a media frenzy in Egypt. Some commentators even suggested a 'conspiracy' is behind the spike in such incidents.

A tweet by prominent Egyptian TV journalist Hala Sarhan on last week's attack seemed to suggest there was a plot targeting tourism in Egypt, one of the country’s key sources of national income. In a now-deleted tweet, she wrote: “I have been thinking…why it [the shark] came to us in the first place? A shark only lives in the deepest, dark depths. How could it move all this distance in water considered shallow to its [natural] environment [?]". 

The attack claimed the life of a Russian tourist in the Egyptian Red Sea resort city of Hurghada on 9 June. 

"It was said dead sheep were thrown into the water [from a ship] and were followed by the shark. [Let’s] think for a while of who could benefit from this…..It seems the shark has been sent deliberately to afflict…a source of foreign currency that has recently flourished," Sarhan added in the tweet. 

The tweet in question, which Sarhan removed shortly afterwards, outraged Saudi social media users who considered it directed against their homeland, which sits across the Red Sea from Egypt.** 

La incapacidad de muchos egipcios para reconocer que los tiburones viven en el agua y que los bañistas no; que los bañistas son bien recibidos a los ojos de un depredador que está en su medio, les lleva a buscar explicaciones realmente increíbles que se repiten cada vez que un tiburón sigue su naturaleza.

No es la primera vez que se invocan teorías de la conspiración. Recuerdo una antigua entrada del blog en la que se bromeaba sobre dónde había sido entrenado los tiburones asesinos para perjudicar directamente a Egipto.

Si no se puede echar la culpa al pueblo —algo tradicional y denunciado por diversos intelectuales— recurso habitual del poder, hay que echar la culpa a alguien. En este caso, es la competencia turística saudí la que saca provecho del incidente, como es denominado.

El comportamiento social egipcio, modelado por el gubernamental, el papel descarado de los medios y sus propios influencers con forma de presentadores, han creado una entidad de funcionamiento diferente al resto del mundo. No creo que haya un caso igual.

Los visitantes del museo donde pongan al tiburón asesino, el depredador conspirador, confirmarán cómo, una vez más, la rapidez y eficacia del gobierno egipcio, pudo conjurar los ataques desde la sombra de aquellos que les envidian.

Si la situación y las cifras egipcias empeoran, ya sabemos quién tiene la culpa: los mandaron al tiburón y los que lo difundieron después. Ellos cumplieron y como prueba ahí está el maligno escualo "momificado" en el museo.


 

* Mohammed Tawfeeq "Shark attack in Egypt kills a Russian citizen" CNN 8/06/2023 https://edition.cnn.com/2023/06/08/middleeast/shark-attack-egypt-red-sea-intl/index.html 

** Thaer Mansour "aws-dropping speculations: Shark attack in Egypt sparks conspiracy theory" The New Arab 13/06/2023 https://www.newarab.com/news/journalist-touts-jaws-dropping-egypt-shark-attack-conspiracy"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.