martes, 20 de junio de 2023

Informe preocupante sobre el estado de la información

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El titular del diario El Mundo esconde tanto o más que lo que revela: "Los españoles esquivan la política nacional y la guerra en Ucrania y lideran en consumo de pódcast en Europa". Tras la afirmación del aburrimiento y saturación de la política nacional, cuya necesidad de atención es ilimitada e injustificada, o la distancia de la guerra en Ucrania, con el añadido de la extensión del podcast, hay cosas muy preocupantes tanto para los medios como para la sociedad española en su conjunto.

La vinculación de la información con el estado de nuestra democracia es necesaria. La información es algo más que un negocio; es lo que nos da la capacidad de tomar decisiones, de comprender lo que ocurre en el mundo y actuar conforme a criterios formados. Pero no vivimos en un mundo en el que percibamos las consecuencias que la perversión de las bases informativas tiene, precisamente por la pérdida de comprensión.

El diario El Mundo comienza su información señalando que

La política nacional (39%), la guerra en Ucrania (34%) y las temáticas de negocios, finanzas y economía (27%) son los temas más esquivados por los españoles si bien lideramos el consumo de pódcast en Europa (45%), según revela un estudio reciente de la Universidad de Navarra.

Dicho documento, consultado por Europa Press, subraya que en España impera un desinterés por las noticias, la pérdida de confianza y una amplia percepción social negativa del periodismo (un 57% de los españoles escucha habitualmente críticas negativas de la profesión).

Las cifras destacan que existe un creciente número de españoles que no utilizan ninguna fuente de información (ha pasado del 1% en 216 al 7% en 2023) o evitan a menudo leer las noticias (29%). Además, entre aquellos que siguen informándose, el consumo se ha visto reducido o estancado en soportes tanto tradicionales como convencionales.*



De los tres párrafos iniciales del texto, el esencial es el central, el que incluye el elemento determinante: el desinterés por las noticias. El equivalente es como si nos dijeran que el enfermo ha dejado de tener ganas de comer, un síntoma alarmante que debería preocuparnos a todos por lo que representa, pero que precisamente ha dejado de preocuparnos por el efecto señalado. El enfermo ha perdido el apetito y, con ello, también el deseo de conocer su diagnóstico.

Todo esto proviene de un informe, el Digital News Report España 2023, con Alfonso Vara-Miguel, elaborado por Digital UNAV, de la Universidad de Navarra: 


Los datos del Digital News Report España 2023 ofrecen un panorama del consumo de información muy dinámico y fragmentado, en el que se consolidan tendencias que ya se atisbaban en años anteriores, algunas no demasiado favorables para el sector y otras repletas de oportunidades. Quizá la idea principal que subyace a lo largo de todo este informe es que no se puede hablar de una única audiencia, sino de múltiples audiencias, cada una de ellas con características diferentes, respuesta de diversas situaciones sociodemográficas, generacionales y sobre todo de diferentes actitudes hacia la información.

En la edición de este año partimos de tres indicadores que sintetizan en buena medida el modo en que los españoles interactúan con las noticias: el interés en la información, el grado de credibilidad en las noticias, y la percepción crítica del periodismo.

Como se detalla en las siguientes páginas, el mercado español se caracteriza por un preocupante crecimiento del desinterés por la información (véase gráfica). Si en 2015 el 85% de los encuestados se declaraba total o muy interesado en las noticias, esa cifra se ha reducido en 2023 al 51%, lo cual podría estar relacionado con cierta saturación informativa, la desconfianza en las noticias o la percepción de que las noticias son negativas o estresantes, y un cambio hacia hábitos de consumo de nuevos formatos más condensados y resumidos.** 


Una pérdida de ese calibre —del 85 al 51%— desde 2015 es muy alarmante. No se ha producido de golpe, sino que hemos ido teniendo indicadores de esta tendencia desde hace tiempo. Basta con tirar de hemeroteca, con sacar informes de diverso origen, para comprobarlo.

Unos problemas son de percepción y respuesta social; otros, en cambio, son nacidos en la propia dirección y objetivos que los medios han ido adoptando en estos últimos años, aunque el origen viene de lejos.

Ya sea por "saturación", "desconfianza", "negatividad de las noticias" o por "cambio de hábitos" —o todo ello a la vez— el panorama es desolador. Y lo es sobre todo por lo que representa y lo que muestra de un futuro peligroso.

La saturación viene de la presión que los medios ejercen las 24 horas del día dentro de la ruptura de los márgenes físicos que representa la sociedad de la información, un continuo informativo que no cesa. La desconfianza es de otro orden e implica la pérdida de credibilidad de los medios, que se han polarizado como forma de mantener sus propios segmentos; la polarización política se basa en la necesidad del medio afín que distribuya sus puntos de vista y los medios se adhieren a esta percepción porque les asegura unos receptores acorde a sus puntos de vista.

La negatividad obedece a cierto abuso de las noticias que atrapen a los espectadores o lectores. Los casos morbosos se multiplican para captar la atención y es frecuente en alguna cadena comenzar su telediario con las imágenes de un accidente, un asesinato o informes apocalípticos sobre cualquier asunto que preocupe. No se puede entender este punto sin su contrapeso, la trivialidad y el hedonismo ambiental. Hemos producido consumidores de trivialidad informativa, personas además deseosas de vivir en una especie de oasis determinado por nuestra función vacacional constante. Los medios nos alientan al consumismo, al desplazamiento turístico, a visitar las playas y zonas vacacionales por el sencillo método de la promoción constante, especialmente en los canales audiovisuales. 

La gran preocupación mediática en la convocatoria de elecciones generales ha sido la coincidencia con periodo vacacional. Lo ha sido desde el primer momento y lo sigue siendo. Las vacaciones por encima de todo.

Lo hemos podido ver de forma clara, igualmente durante la pandemia. La enfermedad era anti turística y el gran momento esperado era la ocupación de las "terracitas" y la retirada de la mascarilla, vista como un enemigo del llamado "ocio", especialmente del nocturno. En ese mundo del disfrute, las noticias negativas provocan reacciones de distanciamiento.

Este último punto tiene que ver con esos cambios en las formas de vida, centradas en el ocio, que es el verdadero "empleo" de los españoles, su lugar de trabajo, su centro de producción para que se mantenga en marcha el gran negocio nacional.


La introducción de nuevos medios y formatos hace que estos se vayan adaptando a esas necesidades y rechazos que los públicos van manifestando, especialmente de forma generacional. Las diferencias generacionales son cada vez más relevantes en el consumo, no solo por el tipo de noticias, sino también por los medios, incluso tipo de plataforma que se utiliza para su consumo.

Lo más preocupante es la base, las pérdidas de interés y de confianza. Se resalta en el estudio que los medios locales resultan ser más creíbles que los nacionales, cuyos objetivos están centrados en elementos más distantes. De esta forma, el mundo informativo se reduce al ámbito de lo próximo, lo conocido, lo local.

Que dejen de interesarnos las informaciones es grave; que no nos fiemos de ellas, es peor. Se da entrada así al crecimiento imparable de los bulos, de las fake news, de la manipulación programada, local, nacional e internacional. Sin información veraz, somos carne de cañón de todos aquellos con interés en movernos en distintas direcciones. Desconectados de la realidad a través de una información veraz, acabamos conectados a placebos informativos, a flujos manipuladores.

Hay mucho de efecto global, mundial; lo vemos en otros países, como en los Estados Unidos. Pero también hay mucho de la situación española, lo específicamente nuestro. 

Estas informaciones deberían sacudir la conciencia de las Facultades de Ciencias de la Información, pero no lo hacen, más preocupadas por centrarse en el mundo de la información detrás de las empresas, en la asesoría de comunicación, en el diseño de sueños en un mundo ya irreal. Seducir, más que informar.

El "desprestigio" del que se nos habla es real y creciente. Ya sea por acercarnos lo trivial con pretensiones, ya sea por anegarnos de sangre y peligros inminentes, la profesión periodística ve cómo se extinguen sus pilares básicos, que son molestos cuando son objetivos, requieren esfuerzo y sentido crítico, conocimientos. Hoy vemos cómo se rechazan con fiereza los conocimientos humanísticos, sociales, etc. que podrían dar solidez interpretativa al profesional en favor convertirse en meros tecnócratas mediáticos puestos al servicio de cualquier postor, de una información política, comercial o meramente trivial, el "infoentretenimiento" (infotainment). Influencer, neuromárketing, etc. han pasado a formar parte de la jerga y la mentalidad en nuestras facultades en detrimento de lo que supone el periodismo como vigilancia y testimonio del día a día. La información es vista como un recurso para dirigir, controlar, etc. los movimientos del consumo, la política, etc. antes que una fuerza liberadora de los criterios.

No será fácil intentar mover la dirección de estas tendencias. Los resultados los estamos viendo, una mezcla entre la polarización social y la desidia; entre el choque continuo y el aburrimiento. 


* "Los españoles esquivan la política nacional y la guerra en Ucrania y lideran en consumo de pódcast en Europa" El Mundo / Europa Press 14/06/2023 https://www.elmundo.es/television/medios/2023/06/14/6489037a21efa0d9268b45bc.html 

** INFORME EJECUTIVO | DIGITAL NEWS REPORT 2023: El periodismo afronta los retos de la confianza y el interés ante los nuevos referentes. ALFONSO VARA-MIGUEL | DIGITAL UNAV | FACULTAD DE COMUNICACIÓN, UNIVERSIDAD DE NAVARRA  https://www.digitalnewsreport.es/informe-ejecutivo-digital-news-report-2023-el-periodismo-afronta-los-retos-de-la-confianza-y-el-interes-ante-los-nuevos-referentes/



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