domingo, 19 de febrero de 2023

Política y religión rusas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En diversas ocasiones, durante la guerra en Ucrania, hemos mencionado aquí el papel religioso que se le quiere dar y el importante papel que juega la iglesia ortodoxa, capitaneada por el patriarca Kirill, compañero solidario de Vladimir Putin. Contamos en su momento cómo los ucranianos se habían distanciado de la matriz rusa y se había desplazado hacia la vieja Constantinopla para dejar de ser una "provincia" religiosa rusa y poder distanciarse de su influencia.

El día 3 de febrero se recogió en la sección de artículos extranjeros traducidos de RTVE.es un de SWI (Suiza) con el titular "La guerra en Ucrania siembra la discordia en el seno de la iglesia ortodoxa", firmado por Giannis Mavris, en el que se expresa este carácter agresivo del patriarca Kirill y de la Iglesia rusa. En el artículo, se señala en su comienzo:

Cuanto más dura la guerra, más estridente es el tono utilizado en el Kremlin: en un principio se trataba de la "desnazificación" y la "desmilitarización" de Ucrania, pero ahora se emplea un vocabulario cada vez más abiertamente genocida contra los ucranianos.

La narrativa utilizada por la iglesia rusa también se está volviendo más apocalíptica: el satanismo se ha apoderado de Ucrania. Los soldados rusos que mueren en la guerra pueden esperar la remisión de sus pecados. La guerra de agresión de Rusia adquiere así un matiz teológico que, sin embargo, ha suscitado grandes críticas en el seno de la Ortodoxia y una escisión aparentemente insalvable.*


Cada guerra tiene su "retórica", eso es indudable, pero ¿de qué siglo es la retórica bélica rusa? Hemos insistido en este aspecto porque la retórica usada marca las posibilidades de recuperar una paz y llegar a unos acuerdos. ¿Pero cómo se llega a un acuerdo con "el diablo"; cómo se justifica un alto el fuego? Solo queda la destrucción del enemigo, aunque sea para salvaguardar en el Paraíso a los caídos en la cruzada.

Cuando hay algo negociable sobre la mesa, es posible llegar a acuerdo. Pero cuando es el apocalipsis lo que está sobre la mesa, la salvación eterna... ¿Qué es lo que hay que hacer? La única salida es la destrucción de Ucrania, convertirla en un espacio vacío, libre de pecado, repoblarlo con las "buenas gentes rusas".

Las cruzadas rusas antes de la guerra iban en el mismo sentido flamígero y salvador: contra gais y lesbianas (esa fue la primera justificación de la Iglesia de Kirill), contra feministas, contra liberales y ateos. Rusia, en estos momentos, es la versión eslava del Estado Islámico, el mismo radicalismo religioso y la misma voluntad de dinamitar el mundo que se opone a la doctrina radical.

La retórica rusa plantea que es "Occidente" —el perverso Occidente— el que ha "seducido" a Ucrania permitiendo que se instalaran allí todos esos males que antes se han enumerado. Recordemos las cruzadas rusas contra la homosexualidad previas a la guerra, las persecuciones a los grupos como Pussy Riot, etc. todo ello forma parte de esa negación de lo moderno en favor del retroceso en todos los campo, menos el militar, que se expande para asegurar el control interior y la aniquilación exterior del otro.

El uso de la religión en estos conflictos, evidentemente, no es nuevo. Lo que han avanzado son las técnicas de control social gracias a las tecnologías que permiten una acción doble, la vigilancia férrea, por un lado, y por otro la intensificación de la propaganda.

Nuestro universo mediático tiene esa doble condición: vigilancia y expansión. Cada paso dado en la expansión de la información ha tenido su contrapartida. Cada uno de ellos ha generado sus propios mecanismos de vigilancia y censura. La libertad de expresión nos lleva a la crítica y esta no se acepta por las instituciones de carácter totalitario, como ocurre con el estado y la iglesia rusa.

El texto SWI contiene una entrevista con Stefan Kube, que "es teólogo y director del Instituto del Foro Ecuménico para la Fe, la Religión y la Sociedad en Oriente y Occidente, que publica, entre otras cosas, la revista especializada Religión y Sociedad en Oriente y Occidente, que Kube dirige como redactor jefe"*.

En la entrevista se abordan estas cuestiones, pero también se aportan algunos datos de interés sobre las relaciones entre Iglesia y Estado y, personalizando, entre el patriarca Kirill y el presidente Putin: 

Esa estrecha cooperación se inició en los últimos años, en diversos ámbitos políticos en los que Iglesia y Estado persiguen los mismos objetivos; por ejemplo, en el reiterado endurecimiento de las leyes contra la llamada propaganda homosexual.

La proximidad de la Iglesia al Estado es habitual en los países ortodoxos. ¿Hasta qué punto Rusia puede ser un caso especial?

En efecto, la relación es diferente de la que existe, por ejemplo, en Europa Occidental. En la Ortodoxia sigue existiendo la idea de la llamada "sinfonía", es decir, la armonía entre el Estado y la Iglesia. Esto se remonta al Imperio Bizantino.

Sin embargo, este fue siempre un concepto ideal y nunca se ha hecho realidad de este modo en ningún país ortodoxo. Según la Constitución, Rusia es un país laico donde la Iglesia y el Estado están separados. Sin embargo, desde que Putin y Cirilo I están en el poder, la cooperación se ha hecho más sólida. No obstante, está claro que el Estado tiene más poder y que no son dos socios igual de fuertes.

¿Hasta qué punto es importante en esto la persona de Cirilo I? Durante mucho tiempo se ha rumoreado que cooperó con los servicios secretos rusos en una fase temprana.

Hay indicios de que trabajó con el servicio secreto soviético KGB, en el que también militó Putin. Por el momento no es posible saberlo con exactitud, porque los archivos del KGB volvieron a cerrarse en la década de 1990 -por cierto, también bajo la presión de los dirigentes eclesiásticos de la época, porque había graves controversias en el seno de la Iglesia Ortodoxa rusa.* 


El hecho de que el Estado y la Iglesia puedan estar manejados por dos participantes en los métodos del servicio secreto ruso es algo más que una cuestión de interés histórico. Mostraría una sintonía en la forma de concebir las relaciones sociales e internacionales, una forma de percibir el mundo y el sentido de la acción.

La influencia religiosa no es privativa de Rusia. Hemos señalado el concepto integral del Estado Islámico, donde todo debe estar bajo el manto de la obediencia al Corán. Todo lo demás debe ser eliminado. El papel de las religiones es cada vez más controlador e intransigente en ciertos países que las utilizan para poder usar el poder de control y la autoridad clerical en su beneficio. Este beneficio es mutuo, ya que se respaldan unos a otros. 

Aquí hemos tratado en muchas ocasiones el papel de la Universidad de Al-Azhar en el control de la sociedad egipcia y en el hecho de que los sermones de las mezquitas salgan del Ministerio de Dotaciones Religiosas para garantizar que el mensaje es solo uno y en una dirección controlada. Al radicalismo de los islamistas se le opone la institución religiosa oficial con su distribución burocrática. Con una población fuertemente religiosa, se trata de controlar los mensajes y evitar que lleguen desde fuera. Se trata de una alianza en la que ambos se benefician. Volver al pueblo más religioso es hacerlo más controlado, más sumiso a las directrices que unos y otros se cruzan para hacerlas más eficaces. Identidad y obediencia son los objetivos que buscan.

El problema más grave en el caso ruso es que el dogmatismo se repliega sobre sí mismo y es imprevisible. Para justificar una "paz" en Ucrania, Iglesia y Estado tendrán que elaborar un discurso conjunto. Es difícil que ese discurso convenza a los que se ha adoctrinado en los beneficios de la destrucción. Por eso es tan complicada la guerra de Ucrania. 

Bajo la retórica de la propaganda "liberadora" se esconden motivos inconfesados; más allá del puro colonialismo destructor y repoblador, hay una estrategia centenaria en la historia rusa. Se trata de dejar desierta Ucrania y asentar allí futuros "pro rusos", "rusófonos" y todo tipo de personas convencidas que se les ha guiado a través del desierto hacia la tierra prometida gracias a la clarividencia de sus dirigentes. 

* Giannis Mavris "La guerra en Ucrania siembra la discordia en el seno de la iglesia ortodoxa" RTVE.ews / SWI 3/02/2023 https://www.rtve.es/noticias/ original: https://www.swissinfo.ch/spa/economia/por-qu%C3%A9-rusia-piensa-que-hay-fuerzas-sat%C3%A1nicas-en-ucrania/48232306?view=canonical

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