miércoles, 1 de febrero de 2023

La bofetada viral

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Confieso que no lo entiendo. Quizá no lo entiendo por motivos que se me escapan, porque uno se vuelve tonto con el tiempo. Me refiero a algo que repitieron una y otra vez ofreciéndolo en un noticiario de televisión y nos mostraba cómo una chica era abofeteada por alguien en una pantalla compartida por varias personas. Tres chicos y la chica abofeteada; repetida la bofetada una y otra vez. Eran solo unos instantes; una y otra vez, la bofetada.

Hoy llegan las "explicaciones" mediáticas que tampoco acabo de entender, quizá, como decía antes porque sea "inexplicable" o porque ya hay en este mundo, tan complejo y tan simple, cosas que no te entran en la cabeza por algo que tiene que ver con la evolución humana o... no sé; quizá he sido abducido y se me han borrado cosas mientras estaba en el platillo volador o a lo mejor son ellos los que han llegado de otra galaxia... No sé. Muy extraño.

Leo la explicación en dos diarios distintos y sigo sin acabar de entenderlo del todo. Lo veo primero en ABC, donde M. Gajate me cuenta:

Estaba hablando con tres jóvenes en un vídeo en directo en una red social, cuando ellos invitan al acompañante de la chica a «asomarse». De repente, éste la da una bofetada. Las imágenes comenzaron a correr por redes sociales y la agresión a la mujer se hizo viral y llegó a manos de la Policía Nacional. Desde el pasado fin de semana trataban de poner cara al autor de la agresión hasta que en la mañana de este martes se ha presentado la pareja en Comisaría en Soria para denunciar que estaba recibiendo insultos. Comprobado el origen, se ha procedido a la detención del varón.

Los hechos se remontan al sábado en la red social TikTok. La joven estaba haciendo un directo cuando recibía el fuerte golpe. En un principio la víctima aseguró que había sido su padre. «Sin palabras. No es por vosotros; es que él ya estaba enfadado conmigo porque contesté a unas preguntas», respondía ante sus interlocutores que decían «no entender nada»*


Creo que entiendo, pero... tampoco mucho. Me consuela que la última frase del segundo párrafo sea "decían «no entender nada»´", aunque mal de muchos, como dice el refrán sea consuelo de tontos. Pues yo me siento "tonto", sin consuelo alguno. Vamos a intentar comprenderlo: en una sesión de videoconferencia, tres chicos y una chica; uno se acerca a la chica y le da una bofetada. Vale. Hasta aquí puedo entenderlo. No sé por qué, pero hay otras muchas cosas en la vida que tampoco acabo de entender.

Después, me dicen, esto se difunde y se hace "viral", palabra que justifica todo porque, traducido, viene a significar que es un "éxito". El término "viral" tiene un cierto sentido tautológico: es viral porque se expande, sin más. Las cosas son "virales" porque alguien las envía a otros y así sigue. Hacer "viral" algo se hace con un dedo. Se recibe algo y se manda a tus contactos. Lo del "contacto" también es algo tautológico: es tu contacto porque está en tu lista de contactos. La viralidad supone que el que lo recibe lo pasa, como en aquel juego del "tula", es decir, del "tú la llevas". En mis tiempos del tula éramos muy limitaditos; una pelota ya era ser diferente, un privilegiado. Para jugar al "tula" solo hacía falta correr y tener, al menos, una mano. Los juegos virales son así de simples, pero con un smartphone... ¿a quién se le ocurrió lo de "smart", el teléfono listo que nos vuelve tontos? La culpa, claro, no es del teléfono.

Con un smartphone o un ordenador no solo puedas llamar y mandar correos, sino que puedes arruinar la vida de alguien a través de divertidos juegos como el ciberacoso o este de la bofetada viral, que pone a la estupidez a los pies del mundo entero y te hace sentir Will Smith.

Me siguen dando en ABC algunas aclaraciones que me acercan al "corazón de las tinieblas", por parafrasear a Joseph Conrad, un señor que se preguntaba cosas profundas, algo que ahora no trae cuenta. Mejor ser viral. Leo lo que ocurrió tras la bofetada:

Poco después volvía a conectarse y confesaba que había sido su pareja y que todo había sido consensuado. «Ya lo habíamos hablado». «Era un show», aseguró, apuntando a que como uno de los que participaba con ella en el directo era «famoso», quería «más seguidores», «más comentarios». «Fama y dinero», decía, les había llevado a trazar el supuesto plan, pero «no sabía que la cosa se iba a poner tan fea». «Si me pega alguien lo mato», señalaba ante un aluvión de críticas por frivolizar con un asunto de este calado.*

Cada vez que se iluminan estas "tinieblas", se va viendo lo que hay en el fondo. Deseo de notoriedad de gente insulsa, infumable, impresentable, etc., lo que quiera cada uno para calificar este vacío absoluto en el que nos movemos y por el que somos tragados entre bofetadas, risas tontas y cosas incomprensibles. Tenemos suerte de que fuera una bofetada y no les diera por quemarse a lo bonzo, lanzar a alguien de un edificio o cualquier otra manera de llamar la atención. No hay semana que no muera alguien por hacerse un selfie en un puente, acantilado, azotea o balcón.

Llamar la atención es el gran objetivo de una inmensa mayoría de personas que han centrado en ello toda su existencia. Yo creo que muchos viven en un videojuego, otros en un cómic y otros en una colección de cromos, con varios "repes" y a falta de algunos que no le saldrán nunca.

Ellos, ambos, querían ser virales, fama y dinero. Para esto antes uno se hacía maletilla y se lanzaba al ruedo a dar unos pases antes de que lo trincaran y pasara una noche en comisaría. Ahora te dan una bofetada en público... y ¡que corra por las redes!

El final de la historia es más delirante y me devuelve a mi estado de perplejidad:

Las reacciones de rechazo a la agresión y al posterior vídeo se fueron multiplicando por minutos y al tener conocimiento de los hechos, la Policía Nacional iniciaba una investigación para identificar al responsable. Estaban realizando gestiones para su localización cuando este martes ambos se han personado en la Comisaría provincial para comunicar que [a] raíz de ese vídeo estaban recibiendo «multitud de amenazas e insultos».*

No han tenido que ir a buscarlos. La pareja —tal para cual— ha ido a quejarse a la Policía, algo que han aprovechado para detener al "agresor". En bandeja, vamos.

En El Mundo nos explican finalmente la detención:

Los agentes, ante la presencia del joven y tras las indagaciones realizadas, han detenido al varón como presunto autor de la agresión.

La Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) se ha encargado de la tramitación del atestado policial y tras su finalización han puesto a disposición de la autoridad judicial a la pareja de la víctima.**


Claro, aquí ya nos bailan todos los conceptos. En pleno debate sobre el "sí es sí", se nos presenta un caso en donde la estupidez juega con la agresión y donde todo estaba "preparado". ¡Querían ser "famosos"! El problema es que cada vez más la estupidez vende, como demuestra esa clave de la "viralidad". Da igual que unos la aplaudieran y otros la criticaran, lo importante es que circula, que se difunde, que se hace viral. Me resisto a meterme en sus mentes.

Pero hay otra cosa peor, que es el hecho mismo de tomar a broma la violencia. Cuando los expertos en violencia de género señalan que esta es cada vez más aceptada entre jóvenes, comprendemos hasta dónde están dispuestos a llegar algunos por entrar en ese Olimpo de la viralidad que deja en pañales a los 15 minutos de gloria de Andy Warhol.

Como persona que llevo toda la vida trabajando en la enseñanza, intentando transmitir algo de cultura, conocimiento, maduración, etc. como lo quieran llamar, enfrentarse a esto es deprimente; solo puede llevar a un profundo pesimismo sobre la sociedad que llega, que estamos fabricando entre todos, el reino de la trivialidad narcisista. Aunque tengas alumnos/as brillantes cada curso, no puedes dejar de percibir el efecto global de esa "atracción fatal" que se está apoderando de todo en nombre de la "viralidad", el "Nuevo Eldorado", aquello con lo que todos sueñan.

Fallamos, sí. Fallamos si están convencidos de que ese es el camino. En momentos en que se debate sobre consentimientos, violencia, etc., tenemos esa otra falsa bofetada, consentida, programada y creada para deleite viral del personal de ese mundo cada vez primitivo que llaman las redes sociales donde cabe todo, la inteligencia y la estupidez, compitiendo en desigualdad de condiciones. ¡Por supuesto, a favor de la estupidez, que siempre hace trampas! ¡Un nivelazo!

Quedará, piensan algunos, que haya habido una reacción también "viral" de condena. Bueno, cada uno que lo vea como quiera. En este circo romano virtual, cada uno coloca el pulgar como le apetece. Unos les aplauden por su iniciativa y otros, directamente, les llaman de todo. Ellos fueron a denunciar y... en fin... 

* M. Gajate "Detenido el hombre que abofeteó a su pareja durante un directo en TikTok" ABC  31/01/2023 https://www.abc.es/espana/castilla-leon/detenido-hombre-abofeteo-pareja-directo-tiktok-20230131173042-nt.html

** "Detenido el hombre que agredió a su pareja durante un vídeo en directo de una red social" El Mundo 31/01/2023 https://www.elmundo.es/espana/2023/01/31/63d945cafdddffa37f8b45c8.html

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