sábado, 11 de febrero de 2023

Oscuras urgencias

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La medicina no es una ciencia precisa al 100%. Eso lo sabe cualquiera que piense un poco. Por eso es importante evitar los errores que proviene de cuestiones más allá del mero diagnóstico. El desgraciado caso de la muerte de la niña de 12 años en Valencia tras ser atendida tres veces en Urgencias de dos centros distintos y ser devuelta a casa, falleciendo por una peritonitis debe ser tomado muy en serio, tanto por la gravedad como por los errores cometidos. Que las Urgencias de dos centros de salud y de un hospital no hayan sido capaces de diagnosticar la gravedad es un problema que no se puede resolver con datos de estadísticas, diciendo que se produce uno así cada cuatro mil ingresos.

En RTVE.es nos narran el calvario pasado por la familia llevan a su hija de lugar en lugar ante el recrudecimiento de los síntomas:

La historia arranca el domingo 29 de enero, cuando Beatriz Gascón llevó a su hija Emma al centro de Urgencias de Viver después de que la niña se sintiera mal, con diarrea y fuertes dolores abdominales. "Me dijeron que era un problema ovárico o un virus, que me fuera a casa porque no pasaba nada", relata la madre.

Ella, sin embargo, comunicó al facultativo sus sospechas de que pudiera tratarse de una apendicitis, ya que existían antecedentes familiares. "Pero me dijo que la niña había venido andando y que no podía ser apendicitis, lo primero que hizo fue descartarlo", asegura Beatriz.

Pero el estado de Emma no mejoró y, vista la situación, la madre decidió el jueves 2 de febrero llevar de nuevo a la niña al centro de Urgencias de Viver. "Había perdido cuatro kilos y seguía sin comer nada, con diarreas y vomitando. Pero viendo el informe previo, me dijeron que era un virus, que los virus tienen un proceso y hay que pasarlo y que no podían hacer nada", relata Beatriz Gascón.

El viernes 3 de febrero el padre de la menor, Ramón Martínez, regresó de viaje y, viendo la situación de Emma, decidió al día siguiente llevar a Emma al Hospital de Sagunto, que es el hospital de referencia que les corresponde.

"Le hicieron un análisis de orina en el que aparentemente estaba todo bien, le tocaron la tripa, que notaban que estaba en defensa, pero no les parecía apendicitis", afirma Ramón, quien no entiende que a su hija, con 38,5 de fiebre, no le hicieran "ni un análisis de sangre ni una ecografía, teniendo en cuenta los antecedentes de la semana previa".

"La niña no podía caminar erguida, pero ¿cómo exiges una prueba? Tampoco somos médicos, tienes que fiarte de la palabra del profesional", asegura la madre.*


 

En estos días estamos usando con frecuencia y en distintos niveles la palabra "chapuza". ¿Cómo es posible que una persona sea sometida a ese proceso hasta que ingresa finalmente de forma irrecuperable? ¿Cómo es posible que esto ocurra?

En días anteriores hemos planteado, recogiendo las opiniones del sector, los problemas que supone la "telemedicina" ante la imposibilidad de la presencia física con la que realizar observaciones directas, exploraciones físicas, en muchos casos imprescindibles. Aquí, sin embargo, las han realizado, ha explorado a la enferma... y han desestimado la gravedad de lo que sucedía hasta tres veces. ¿Qué falla? ¿El tiempo de atención, la capacidad interpretativa, la posibilidad de más análisis...? ¿Qué es lo que ha fallado en ese proceso complejo incapaz de detectar una apendicitis que acaba en peritonitis y fallecimiento de la paciente?

Los sectores sanitarios discuten con las administraciones el número de pacientes que pueden ver por día, la duración de la atención, el coste de los análisis que pueden realizar... Hay toda una serie de factores que están sobre la mesa y que los médicos discuten con los políticos y administradores de sus comunidades, las responsables de la atención. ¿Qué falla? No ha sido un médico, sino tres servicios de atención incapaces de identificar un caso de apendicitis pese a advertir los antecedentes familiares. ¿Cómo se realiza el protocolo de identificación?

Desde hace tiempo en múltiples sectores se trabaja sobre "protocolos", que es la forma de salvaguardar la responsabilidad individual y diluirla en los protocolos, que es el "Fuenteovejuna" de la atención. El protocolo no se equivoca; tú sí. El protocolo no es acusado de negligencia, tú sí. Si el protocolo falla, se revisa. Si tú fallas, eres llevado ante un juzgado.

El protocolo señala unos puntos de identificación y unos pasos que seguir. Si se falla en la interpretación de los síntomas, se sigue un camino erróneo. Con los errores detectados se corrige el protocolo y vuelta a lo mismo. De esta forma se hace una medicina "industrial", que requiere menos tiempo por cada paciente y es más barata. Se realizan menos análisis, buscando aquellos más "interpretativos", por decirlo así, los que más datos puedan aportar, sean más rápidos y baratos.


La muerte de una niña de doce años o de cualquier otra persona es lamentable. Lo es más si es fruto de un fallo repetido hasta tres veces, la incapacidad de identificar un caso de apendicitis, no una enfermedad exótica. De la menstruación a los virus, quienes la examinaron fallaron en algo; no hicieron mucho caso a las advertencias de la familia ni a los síntomas graves de la niña, como la pérdida de cuatro kilos de una exploración a otra.

Todo esto tiene efectos sobre la confianza en el sistema de salud, cada vez más complejo. Se avisa del envejecimiento de la población y de los cambios en la medicina (tipo de casos diferentes) y en la atención (espacios que quedan sin atender en la España vaciada, el problema de las residencias, etc.). Pero este caso está lejos de ser la tercera edad, era una niña de 12 años. ¿Es tan complicado detectar un caso de apendicitis?

La Generalitat valenciana ha prometido "investigar". Además de hacerlo, debería preocuparse por los fallos en cadena que se han producido y comprometerse a poner remedio.

No, la Medicina no es una ciencia exacta; es más, suele tener más bien obstáculos que dificultan su precisión, desde los síntomas esquivos a las condiciones en que se realiza la atención primaria. Las grandes críticas precisamente se dirigen a la situación de esta, tanto por falta de recursos humanos como económicos. Los políticos tienen que entender que cuando "negocian" con la Sanidad las diferencias se traducen en muertes, el aumento de la gravedad de las enfermedades que no se toman a tiempo, en la cronificación de muchas de ellas, etc.

En Antena 3 recuperan otro caso parecido de 2020, esta vez en Alicante:

En noviembre de 2020, Aitor, de ocho años, también murió por peritonitis en el hospital de Elda (Alicante) después de haber acudido hasta en 5 ocasiones por urgencias en solo 4 días. No se le diagnosticó nada grave y apenas se le realizó un análisis de la orina y se le recetaron fármacos para combatir los vómitos. Días después del fallecimiento del menor acudió a Espejo Público la abogada de la familia, Raquel Sánchez Navarro, dónde explicó lo mal que se encontraba el niño: "El niño estaba muy mal, se retorcía de dolor", dijo. Además, Aitor, completamente desesperado por el fuerte dolor abdominal, llegó a decirle a su madre: "Mamá, me estoy muriendo".**

Por lo que parece, la memoria de los errores cometidos es frágil, por no decir inexistente. La incapacidad —no se puede llamar de otra manera— para diagnosticar casos de este tipo nos debería hacer pensar en cómo es posible cambiar o mejorar un sistema que, indudablemente, falla en ciertos tipos de casos. Supongo que alguien de la administración autonómica diría entonces, como ahora, que se investigaría el caso. Sin embargo, la cuestión queda en el aire, hasta que llega el siguiente caso.

Tenemos a la mitad de la Sanidad manifestándose en las calles protestando por el déficit que padecen, por el agotamiento, por la falta de recursos. La sanidad de primera línea debe ser la fuerza de choque que evite que pasen los casos a los hospitales, donde se trata de evitar ingresos. En este caso, desgraciadamente, ha sido demasiado tarde. Los tres centros de primera atención cumplieron su "función": evitaron que la paciente llegara a un hospital. Pero no se logró lo que debería ser el objetivo prioritario, salvarle la vida. A lo mejor estamos fijando mal las prioridades y protocolos y nos importan más los colapsos hospitalarios que el diagnóstico en las urgencias y la atención primaria. 

* "Muere una niña por una peritonitis en Valencia tras acudir a urgencias en tres ocasiones" RTVE.es 10/02/2023 https://www.rtve.es/noticias/20230210/valencia-muere-nina-peritonitis-tras-acudir-urgencias-tres-ocasiones/2423329.shtml

** Juan Manuel M. Lardón "Muere una niña de 12 años por peritonitis tras ir tres veces a urgencias y no ser diagnosticada" Antena 3 10/02/2023 https://www.antena3.com/noticias/sociedad/muere-nina-12-anos-peritonitis-tres-veces-urgencias-ser-diagnosticada_2023021063e60f0c54dfc0000123d575.html

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