Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
guerra de Rusia contra Ucrania nos está dando una serie de lecciones intensivas
sobre el uso de la propaganda, un aspecto en el que la Unión Soviética ya fue
relevante. Mediante la propaganda se busca la interpretación de los hechos, es
decir, es una forma de interpretación de los hechos que busca una recepción
favorable de alguien, de unos destinatarios específicos que las van a aceptar.
El uso
de la expresión "tanques alemanes" suena en la propaganda rusa de una
manera específica. Lo hace de forma que sea entendida como una vuelta a la
historia. "Tanques alemanes", en boca rusa suena a "tanques
nazis" y a invasión de su territorio en busca de un nuevo imperio
germánico. De poco sirve explicar que los tanques alemanes serán guiados por
los defensores ucranianos que buscan proteger su territorio, invadido por las
tropas rusas. Es precisamente esa falta de necesidad de explicación lo que
caracteriza la propaganda.
Hace
unos días hablábamos aquí de la "Z" con la que se decoran los tanques
rusos y como esa letra se ha convertido en un signo de "adhesión" a
Putin y a su espíritu de conquista, cómo ha entrado a formar parte del
patrimonio nacional ruso, algo con lo que los partidarios de la invasión se
sienten emocionalmente conectados. Todo un montaje sobre el símbolo
"Z", que se carga de sentidos y emociones patrióticas y hacen
fusionarse a tres elementos: Putin, su régimen y el ejército.
La expresión
"tanques alemanes", dicha por Putin suena de otra manera. La BBC
recoge sus palabras en los titulares de días pasados: "Putin en el 80
aniversario de Stalingrado: "Increíble pero cierto: estamos nuevamente
amenazados por los tanques Leopard alemanes"". Es afirmación de
"verdad increíble" es la base de la interpretación sesgada, la que
trata de vencer la incredulidad de cualquier ciudadano ruso. Fuera de Rusia no
tiene sentido alguno.
La noticia de la BBC es muy escueta y está presidida por una fotografía de Putin rindiendo honores a los caídos en la batalla de Stalingrado, todo un símbolo en la memoria de los rusos, algo con lo que jugar:
Vladimir Putin comparó la invasión rusa de Ucrania con
la lucha contra la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en un
discurso que ofreció para conmemorar el 80º aniversario de la conclusión de la
Batalla de Stalingrado.
Citando la decisión de Alemania de enviar
tanques Leopard a Ucrania, el presidente ruso afirmó que la historia se repite.
"Es increíble pero cierto",
dijo. "Estamos nuevamente amenazados por los tanques Leopard
alemanes".
Alemania es uno de los muchos países que
están enviando armamento a Ucrania para que pueda defender su territorio de la
invasión rusa.
Hablando en Volgogrado, el nombre moderno de Stalingrado, Putin insinuó que podría tratar de ir más allá del uso de armas convencionales en el conflicto.*
La resistencia alemana a que se usaran los tanques Leopard en la guerra ya anticipaba esta manipulación realizada por Putin. Alemania deja de ser Alemania en cuanto que interviene en un conflicto. La memoria de la II Guerra Mundial pesa demasiado todavía como para que no se manipule la imagen de la Alemania actual.
Rusia juega con ventaja. Hay una gran cantidad de nostálgicos de la Unión Soviética. Putin lo sabe y ha jugado con ello. El gran malvado de la historia Rusa no es Stalin, sino Mijaíl Gorbachov, al que se acusó de haber destruido el imperio soviético. Hay algo en la mentalidad rusa que les lleva a sostener ese ansía de imperio. Es un país al que hubo que recomprar Alaska y que, si le dejan, habría seguido bajando hasta la Patagonia. Su expansión por Asia no es menor y tiene conflictos con Japón, como los ha tenido con China. Sería largo enumerar las tierras que los rusos se han tragado en todas direcciones, incluyendo la mitad de Europa. Ucrania es solo un pequeño aperitivo, un tente en pie.
Para mantener como "normalidad" esa forma de imperialismo, Rusia ha tenido que padecer diversas formas de propaganda, diversos tipos de mentiras adornadas con religión y patriotismo. Da igual que la religión fuera cambiada durante un tiempo por las doctrinas ateas comunistas, los principios eran los mismos, como nos muestran las continuas declaraciones imperialistas y totalitarias del Patriarca de Moscú, el patriarca Kirill. La iglesia rusa encabezaba manifestaciones y revueltas cuando los zares intentaban establecer algún tipo de reformas modernizadoras. Para ellos, lo ideal era la ignorancia, el mejor campo de cultivo del totalitarismo de cualquier orden.
El cerco de propaganda que Putin ha creado alrededor del pueblo ruso abarca todos los niveles. Fomenta esa nostalgia del imperio que le permite justificar sus acciones. En el plano internacional, lo estamos viendo, si es necesario se recurre a la invasión, llamada "operación especial", y a la guerra, nombre que cuesta la cárcel al que lo utiliza. Según la propaganda rusa, Rusia solo se defiende. Ahora lo hará de los "tanques alemanes".
En muchas ocasiones nos hemos preguntado aquí cuál es el sentido de esta guerra. Hay una especie de morbosa complacencia en Putin que está siendo trasladada a parte del pueblo ruso. Esa complacencia se intensifica porque la presencia de los tanques alemanes es ofrecida como la antesala de una repetición histórica. Putin plantea un desafío ya vivido y que ahora presenta la posibilidad de una nueva victoria, tal como ocurrió. ¿Es posible que alguien lo crea? Sí: los millones de rusos que viven esta posibilidad como una nueva oportunidad de alzar el imperio dominando Europa.
Desgraciadamente, lo que Putin está recreando tiene atractivo para aquellos que creen en diversas promesas de futuro, destinos creados para cumplir planes divinos o simplemente la lógica de un destino bajo la que han crecido y han sido adoctrinados en ella.
¿Hasta dónde va a llegar Putin? Hasta donde le dejen, eso está claro. Rusia no ha pasado por procesos de democratización, más bien al contrario: el totalitarismo ha estado vigente durante décadas perdiendo la oportunidad de ofrecer al pueblo ruso mecanismos mentales y sociales con los que afrontar la convivencia con sus vecinos. Rusia siempre se siente atacada, que es la forma de mantener el control interno del país. Ya sea por el miedo o por los sueños de gloria, Rusia avanza hacia el desastre. La cuestión es cómo podemos evitar que nos arrastre a todos. Putin nos necesita como los que se le oponen, los que tiene enfrente, los que le amenazan; somos sus fantasmas.
* "Putin en el 80 aniversario de Stalingrado: "Increíble pero cierto: estamos nuevamente amenazados por los tanques Leopard alemanes"" BBC 2/02/2023 https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-64504962
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