lunes, 15 de agosto de 2022

No era suya

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Nos llegan de nuevo informaciones sobre la presión realizada en Afganistán sobre las mujeres para evitar que salgan a la calle, que trabajen o que estudien desde determinada edad, establecida por ellos, claro, que son quienes deciden. Son noticias estos días la disolución a tiros de la manifestación de las mujeres que reclaman sus derechos. Al cumplirse un año de la huida del gobierno afgano tras la salida norteamericana y aliada, las imágenes de entonces nos vuelven a sacudir: la gente corriendo junto a los aviones a los que intentaban subirse para evitar ser atrapados por los talibanes, que entraron en Kabul sin resistencia. Los años pasados allí solo sirvieron para crear una casta privilegiada, asociada a los extranjeros y una frágil sensación de poder gozar de derechos a las mujeres que pudieron en esos 20 años vivir una ilusión. La concepción propietaria sobre las mujeres está ampliamente arraigada y no solo en Afganistán, sino que es el fondo que por mucho que se trate de disfrazar siguen padeciendo muchas mujeres en gran cantidad de países. La condescendencia con los que preconizan el control sobre las mujeres como una virtud islámica son mayoría repartida y no hay mucho convencimiento en gobiernos que hablan más que hacen por el temor de dejar de recibir las ayudas occidentales, condicionadas muchas veces al cumplimiento de los Derechos Humanos. Los gobiernos saben que no son ellos los que controlan el poder por la base, en manos de clérigos y predicadores tradicionales, que no quieren ver reducido el único poder que realmente tienen dentro del doble esquema, político y religioso, de sumisión: el control sobre las mujeres.

La lucha por la igualdad no ha sido sencilla en ninguna parte del mundo y los logros difieren, pero la situación en países que proclaman con mayor o menor claridad la superioridad masculina va en retroceso —como en el caso de Afganistán— pues consideran que los avances de las mujeres son una "agresión" para los privilegios masculinos, algo que es verdad.

La capacidad de la mujer para tomar decisiones se pone en duda o se niega. Ella está sometida a lo largo de su vida a diversos criterios que son establecidos por la familia o, para ser más preciso, por aquellos miembros masculinos con capacidad jerárquica de toma de decisiones. Tu vida no es tu vida; eres un elemento a disposición de quienes deciden.

Hace un par de días tuve ocasión de recordar un viejo caso egipcio, el asesinato de una joven estudiante de Comunicación a manos de un pretendiente rechazado. La realización del juicio nos volvió a traer el caso y quiero recordarlo de nuevo: 

Mohamed is suspected to have stalked the victim, who was studying mass communication at Shorouk Academy, for some time.

In its Thursday statement, the prosecution said Mohamed decided to murder Bahgat after she and her relatives refused his marriage proposal due to his “bizarre thoughts [and] bad behaviour.”

Mohamed threatened to murder the victim if she and her family did not accept the proposal, according to the statement.

The defendant found out the victim’s location by deceiving one of her friends, who she was set to meet inside the building where the crime took place, the prosecution said.

Mohamed bought a knife from a nearby shop and stabbed her several times with the purpose of killing her when she entered to the building, the prosecution added.

The defendant confessed his crime in detail during the Public Prosecution’s investigations and before a specialised court, the prosecution noted.

The prosecution said it also established its evidence against Mohamed by listening to the testimonies of 15 people, checking forensic reports and other digital data, as well as inspecting the phones of the defendant, the victim and her friend.* 

En una actualización del caso se dio más información de lo ocurrido. La familia de ella quería que terminara sus estudios y él quería casarse de inmediato, algo que fue rechazado. La chica rompió con él acusándolo de "ateísmo", algo que en la sociedad egipcia es el nivel más alto. No sabemos si es cierto o no, pero no importa. Era la mejor excusa posible para esa ruptura definitiva que él, evidentemente, rechazó. 

Her father revealed that on 29 June, during her last exam at the university located in Cairo, the victim was worried that the accused might meet her there and asked her father to accompany her. 

On that day, Bahgat’s father said that he was surprised to see the accused and his parents in front of the university waiting for them, asking his daughter’s hand in marriage again, but he refused, and they left. 

He added that he found the accused sending him threats that he would defame his daughter if he continued to reject him and when he blocked his contact on his mobile phone, he found out that the accused sent his threats to the victim’s brother and uncle.

Bahgat’s uncle added that her family rejected the accused’s marriage proposal because he leaned towards “atheism” and had abnormal ideas, the prosecution’s statement read.

The prosecution stated that it checked that the victim’s family did not report the accused’s threats to the authorities prior to the crime.**


La amenaza de difamación es otra clara y habitual estrategia que funciona en una sociedad preocupada por la imagen ante los demás y que involucra a todos. Difamar a la hija es sembrar una duda que la va a perseguir toda la vida y dificultará su posible matrimonio ante el temor por las difamaciones al entrar en otra familia, que cargará con los rumores.

La difamación es la gran amenaza en las sociedades represivas y tradicionalistas. Si vemos de vez en cuando casos de personas que se suicidan por el acoso en redes sociales, en una sociedad tradicionalista el efecto es devastador. El nombre es el más poderoso activo que tiene una familia y las mayores calamidades pueden llegar a través de una mujer sin controlar, algo que queda como responsabilidad del conjunto familiar. Por eso el asesino mandaba sus mensajes al hermano y al tío una vez que ella le bloqueó.

Es una táctica habitual usar las direcciones de los contactos para enviar las amenazas, insultos y difamaciones. Es la forma de hacer más daño. Los elementos más característicos, según se sea hombre o mujer, son obvios: ateísmo, homosexualidad, virginidad. Son los tres valores a los que se ataca porque son a los que las familias más temen.

Hay un par de párrafos que llaman la atención respecto a lo ocurrido:

Mohamed told the prosecution that he took photos of the victim after he had stabbed her with his mobile phone and called his mother to tell her that he committed the crime, adding that he had been consuming hashish and alcohol for several months.

Meanwhile, a man standing at the gate filmed him in a clip that went viral on social media.**

¿Por qué hacer fotos de la víctima? ¿Por qué llamar a la madre a decirle que consumía alcohol y drogas desde hacía meses? Por extraño que parezca es una forma de minimizar el daño en la familia intentando añadir una "explicación" de la pérdida del control. Ver el mundo a través del móvil es inmortalizar el momento final. Es el gesto que asegura que ha ocurrido, que no es una fantasía.

Una historia sórdida, pero que tiene un elemento claro: ella no disponía de su vida. Era contemplada como una propiedad por ese novio, lo que implica decidir. La negativa de ella, ya fuera por el terminar sus estudios o por cualquier otra circunstancia, quedaba de forma positiva o virtuosa al rechazar a un "ateo", drogadicto, etc.

No sé hasta qué punto la joven asesinada era dueña de su destino o simplemente dependía de su familia, a la que no le gustaba el pretendiente por los motivos que fueran.

La pregunta de Ahram Online es pertinente: si existían esas amenazas, ¿por qué no se denunció? ¿Temor al escándalo? ¿Guerra de difamaciones privadas? Finalmente, el crimen se cometió y la chica ya no tiene más opciones de decidir.

Lo extremo de las situaciones en países como Afganistán nos hace olvidar el día a día de muchas mujeres que intentan desarrollarse en sociedades adversas a sus derechos, aquellas en las que ellas no son dueñas de su destino. En Egipto, como en otros países con las mismas raíces, cada mujer que recupera su destino es un desafío a una familia, a una sociedad entera.  Hay ocasiones en las que la familia actúa como respaldo; otras es la familia el primer nivel de opresión. Pero en su avance le quedarán múltiples capas de resistencia, de la educación al trabajo, en donde se encontrará en situaciones en que se la haga ver que no es nada, que está allí porque ellos quieren, ellos se lo permiten.

Será un policía, un funcionario, un taxista, un abogado... los que crean que como mujer no tienes derecho a nada, que se lo debes todo a ellos. Si muestras seguridad, asumirán que detrás de ti hay alguien poderoso que te transmite esa presuntuosa seguridad que te permite desafiarlos.

Cuando conoces casos reales, hay que ser prudente. Pero es doloroso ver ese universo masculino que se niega incluso a ser interpelado directamente por una mujer, algo que les parece insólito. Muchas veces, vemos engañosas imágenes de mujeres políticas o intelectuales que son celebradas y dan cierta imagen de "normalidad". Pero son las élites bien protegidas, la mayoría de las veces. Son personas privilegiadas que tienen respaldo de familias poderosas. Lo importante es ver cómo es el día a día de millones de personas que, como el caso de la estudiante asesinada, ven que alternativa a la muerte es ser adquirida le guste o no.

Ahora hay una difícil decisión: convertir al asesino en alguien extremadamente inusual, víctima de errores "occidentales, incluidos los tatuajes, o si, por el contrario, lo vemos como un caso de "triste normalidad" en la que aflora el patriarcado existente, un caso de posesión de la mujer por encima de los deseos de ella o de cualquier otro.

Hay mujeres que se juegan mucho en este mundo masculino y familiar. Tratan de ejercer unos derechos que se quedan muchas veces en el tintero ante la connivencia de autoridades y familiares, que buscan siempre una opción cómoda, la que respete el sistema y meta poco ruido. Todo debe hacerse en silencio, con poco ruido, dejando que el orden natural siga su curso.

Hay que controlar a las mujeres, demostrarles lo que es la obediencia y la sumisión a un destino que no es suyo. Ellas no son las dueñas de sí mismas, les dicen. ¿Cuándo lo entenderán? Por eso hay que evitar que se eduquen, que trabajen para alejar la tentación de que pueden sobrevivir solas. El patriarcado es simple en sus conclusiones: ella era una propiedad. 

El diario estatal egipcio nos trae otro triste recuerdo, el caso del padre que mató a sus hija en Estados Unidos al considerar que estaban demasiado "sueltas" y querían huir de él. Tratamos el caso en su día, al igual que otros que nos remiten al mismo fondo. Triste. 


* El-Sayed Gamal El-Din  "University student accused of stabbing female colleague Salma Bahgat to death sent for trial"  Ahram-Online  12/08/2022 https://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/1233/473073/Egypt/Courts--Law/University-student-accused-of-stabbing-female-coll.aspx 

** El-Sayed Gamal El-Din "UPDATED: Prosecution orders 4-day detention of suspect in killing Zagazig’s female university student Salma Bahgat" Ahram Online 11/08/2022 https://english.ahram.org.eg/NewsContent/1/1233/472995/Egypt/Courts--Law/UPDATED-Prosecution-orders-day-detention-of-suspec.aspx

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