domingo, 14 de agosto de 2022

¡Cuidado con pensar!

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Una noticia veraniega debe tener las famosas "tres B", es decir, ""buena, bonita y barata". La gente en verano no quiere calentarse la cabeza (de esto va la siguiente noticia), se aburre y lee. A ser posible, hay que darle sensaciones positivas (para sufrir ya está el invierno, la primavera y el otoño, que ya es). Lo del "bonito" puede venir de muchos factores temáticos, pero lo esencial es el "barato". Con el descenso de la tarta publicitaria, los medios hacen cada vez noticias más baratas y ahorran de diferentes formas. Algunas son la publicidad encubierta, gente que está deseando ser promocionada y que se ofrece para presentarse como "noticia". Luego está el recurso a la calle, es decir, cubrir las noticias con gente a la que se le pone un micrófono delante en mitad de una avenida para que nos diga qué le parece algo que le contamos nosotros.

Una de las fuentes favoritas de las noticias veraniegas son las que reflejan una preocupación científica por algo cotidiano. La prensa de hoy nos ofrece un ejemplo de esto en una pieza de RTVE que aparece recogida en su "televisión a la carta", en donde se encuentra el archivo audiovisual junto a un breve que lo acompaña en la web. Su titular es "¿Por qué pensar nos agota? Un estudio atribuye el cansancio tras un esfuerzo mental a los niveles de glutamato?". Aunque el audiovisual es interesante, con el breve texto nos hacemos una idea. Se nos dice: 

Todos hemos comprobado que hacer un gran esfuerzo mental nos provoca tanto o más cansancio que la actividad física. Ahora un grupo de investigadores franceses ha estudiado las conexiones neuronales para ver por qué ocurre eso.

En concreto, han estudiado una sustancia, el glutamato. Cuando su nivel sube, nuestro cuerpo reacciona activando un mecanismo que hace que sintamos cansancio para que bajemos nuestra actividad.

Ajedrecistas, deportistas de élite, estudiantes o médicos se ven afectados por la fatiga mental. Una de las conclusiones del estudio es que a más concentración, más agotamiento, aunque la sensación subjetiva no siempre nos lo indique.* 

No sé muy bien cómo entender esto, aunque sí logro imaginarme algunas personas que se muestren "agotados" después de pensar un rato. No sé muy bien qué es un "gran esfuerzo mental", aunque me imagino que, circularmente, sea aquel que nos agota. Por ejemplo, hay personas a las que tendrán que llevar en parihuelas después de leerse un libro y también en estos habrá variaciones.

Más me sorprende todavía la circunscripción de los fatigados en la frase: "Ajedrecistas, deportistas de élite, estudiantes o médicos se ven afectados por la fatiga mental" ¿Por qué no los ingenieros de Caminos y Montes? ¿Por qué no los ministros tras la rueda de prensa del Consejo?

Al igual que se entrena uno para correr una maratón, patinar sobre hielo o saltar en paracaídas, se entrena uno también en esto del pensar, si bien es cierto que los gimnasios de estas cosas son muy distintos. No sé de nadie que marque abdominales después de leer, escuchar una conferencia interesante o haber disfrutado de una conversación profunda.


Veo pasar por la avenida de mi casa a muchos que arriesgan su vida corriendo entre las cuatro y seis de la tarde con estas olas de calor. ¡Todo por unos gramos y entrar en la ropa a la vuelta del verano! Van con cara de sufrimiento profundo, armados de artilugios que les toman presión sanguínea y les cuentan los pasos, además de decirles las calorías quemadas. Pero veo a muy pocos leyendo o escribiendo. Cuando lo hago yo, algunos me miran con desconfianza. Por las tardes, para matar el calor, me voy a leer y escribir al centro comercial, donde me llega la corriente de la sección de congelados, que será la única que se salve de las podas energéticas (espero). Puedo asegurar que tras un par de horas de lectura y escritura no me he sentido con ese agotamiento que se da por hecho tras pensar en exceso. Aunque pensándolo moderadamente, quizá es que tengo una concepción subjetiva del esfuerzo, lo que explicaría porque no me canso mucho, mientras que otros están para el arrastre tras la primera cuarteta del soneto.

¡Pensar! ¡Uf, qué calor! ¡Se me sube el glutamato solo de pensarlo! Habrá que ir pensando en las posibles subidas generalizadas de glutamato, ahora que ya sabemos la causa de nuestro cansancio al pensar. Puede que se puedan resolver muchos crímenes perpetrados por gente que te regala un libro con aviesas intenciones.


"Su hijo no ha hecho ayer los deberes de clase" —le preguntan a los padres. "Sí, es que tenía el glutamato un poco alto por la clase de inglés y se encontraba muy fatigado". "¡Ah, ya decía yo!" Ya me imagino a la oficina del presidente del gobierno dándonos todos los días la lectura puntual del glutamato y a Feijoo quejándose al considerarlo electoralismo.

Habrá pronto alguna asociación libertaria con el nombre "Glutamato NO", que busque algún tipo de respuestas no pensadas para evitar que el glutamato arrastré a la humanidad al pozo sin fondo del pensamiento profundo.

¡Por fin, nos llega desde Francia este estudio que se contrapone al famoso vicio "¡Pienso, luego existo!" cartesiano, que deberá ser sustituido por el "Pienso, luego me agoto!", que tan bien nos vendrá a todos. La verdad es que el mundo estaba ya preparado para esta gran revelación, lo intuía, sí, "pensar agota". Era cuestión de tiempo.

Una noticia está mal contada cuando las conclusiones que saca el que las lee son erróneas. Esta lo está, pero resulta chocante y pronto encabezará (si no lo está ya) la lista de las más vistas o leídas. Muchos acabarán convencidos de que su fatiga proviene de pensar mucho y que es mejor dejarlo. ¡Qué se le va a hacer!

* "¿Por qué pensar nos agota? Un estudio atribuye el cansancio tras un esfuerzo mental a los niveles de glutamato?"   RTVE-Alacarta » Televisión » La 1 » Telediario 1 » ¿Por qué pensar mucho nos agota?  https://www.rtve.es/play/videos/telediario/pensar-agota/6669730/

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