miércoles, 24 de agosto de 2022

La nueva república de al-Sisi

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Fiel a su principio de lo que él dice es la "verdad" y no hay otra versión que no sea falsa, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi proclamó sus visiones de lo que será el futuro del país bajo la expresión de la "Nueva República", hablando de un "renacimiento" egipcio.

Dentro del panorama de la prensa egipcia, hace mucho tiempo que los medios críticos fueron silenciados o directamente reconvertidos a la propaganda, la principal arma del régimen. Sin embargo, los grandes carteles con su efigie por todas partes, su omnipresencia en los medios, etc. no son suficientes para cambiar la realidad de la calle egipcia y del día a día.

Al-Sisi ha recortado del mapa a todos los discrepantes, que se han ido o están encerrados. Los que están fuera son vigilados por los servicios de las embajadas, implacables, presionadas sus familias en el caso en que estén activos. Como llegó a decir una ministra egipcia ante las preguntas incómodas de periodistas egipcios exiliados en una rueda de prensa en Alemania, "algún día tendréis que volver", una "advertencia" lo suficientemente clara para el que está acostumbrado a enfrentarse al conglomerado político militar y administrativo que es quien manda en el Egipto real.

Lo que a veces al-Sisi llama el "estado" es a confluencia del Ejército, la Policía, la Administración y determinados agentes económicos, a lo que se suma el control de las instituciones religiosas. Ir contra el Estado es ir a la destrucción segura. Es lo que permanece en el cambio, lo fijo. Eso es lo que al-Sisi representa como cabeza de todo ese entramado. Para ello es esencial una "unidad" que no es otra cosa que seguirle.

Ahora Egipto acaba de cambiar su gobierno y al encargado de su banco Central, un delicado puesto en la actual crisis mundial, lo que les pueda llegar y la especial situación de Egipto. Los cambios suelen ser formas de responsabilizar a los anteriores de los problemas y, sobre todo, mostrar que el presidente hace cambios si las cosas no funcionan, algo que no se reconoce en el torbellino de la propaganda diaria.

En Egyptian Streets aparece un artículo firmado por Shereif Barakat en el que se habla de la nueva visión egipcia de al-Sisi, su título " Al-Sisi’s ‘New Republic’: What Egypt’s New Strategy Entails for its Human Rights".

La "Nueva República", un concepto que al-Sisi lanzó hace más de un año y está construida sobre la remisión al futuro de algo Es un futuro inevitable, cerrado, con al-Sisi al frente mostrando que todo lo bueno llega de él y que nada bueno llega sin él. 

Al-Sisi siempre se ha caracterizado por hacer que las cosas por los ojos. Su visión está destinada a que los egipcios vean el mundo a través de sus ojos, pero la realidad es la que es. Para al-Sisi el cambio egipcio es la construcción de obras "faraónicas" que son una fácil salida adelante, estimulan los negocios (junto con la corrupción) y hacen creer al pueblo que se hacen grandes cosas o, más bien cosas grandes. Entre ellas, la construcción de una nueva capital administrativa que era una forma de sacar de El Cairo los negocios por si la cosa se complicaba o canales alternativos en Suez cuando se estaba disminuyendo el tráfico, etc. nos muestran la doble vertiente, la imaginativa y la práctica. Lo que queda en medio es la realidad política, es decir, la represión de la crítica y del activismo a manos de un sistema policial de vigilancia de las personas, algo que va de sus casas a las redes sociales, el control de los medios mediante cierres, compras, forzar cambios en la dirección, etc.

Las ofertas de apertura tienen sus condiciones y límites. Lo que se convertirá en "nueva república" es, en realidad, lo que ya había bajo el régimen y el intento de recoger a algunos críticos, dejando fuera a lo que en su momento representó a los Hermanos Musulmanes. No hace muchos día, la prensa daba cuenta de los intentos de "normalización" con Turquía, llamándose "hermanos". Turquía es el principal focos de los islamistas egipcios en en exterior, por lo que el intento tiene sentido como maniobra diplomática intentando separar a los islamistas del gobierno turco. La rivalidad turco egipcia es un elemento importante en la política de la zona y el papel que Turquía está jugando en la crisis de la guerra de Ucrania, ha debido hacer mella en la política egipcia exterior. A Turquía le ha costado caro el apoyo a los islamistas, sobre todo porque define su propia posición dentro de la zona. El papel que Erdogan está jugando en los conflictos de Rusia y Ucrania exigen un cambio de imagen que le potencie como líder. algo que reduce el papel de al-Sisi, que se vería obligado a seguir insistiendo en la idea de la "nueva república".

16/04/2021

El artículo de Egyptian Streets nos remite a esa visión para 2030, que es cuando al-Sisi estima que Egipto será el paraíso que tiene en mente. 

A year ago, in July 2021, during the Egyptian government’s Haya Karima (Decent Life) campaign inauguration, President Abdel Fattah Al-Sisi announced the launch of the country’s latest nationwide project: the ‘New Republic’ strategy.

The strategy is a part of the Egypt 2030 Vision, which aims to place Egypt’s economy, innovation, education, and social justice through a ‘renaissance’ – all in a bid to create a path for achieving sustainable development goals.

“The New Republic is stable, and based on the principles of a modern democratic country, with comprehensive military, economic and social capacities. [The New Republic] gives priority to citizenship, acceptance of others in order to achieve peace, stability, and development,” Al-Sisi explained during the announcement, adding that he was looking forward to increased social justice and political development in the country.

“This will also develop Egyptians in the health, education and cultural sectors.”

While his time in office has seen increased investments in healthcare, and a new educational system, the strategy seems to extend beyond the mentioned sectors. At the surface level, it touches upon the development and growth of Egypt’s economy to better accommodate citizens’ needs.

At its core, however, it is about promoting human rights and democratic values, which in turn develops both the society and the economy, as explained by Egypt’s State Information Service in their ‘Egyptians Abroad’ periodical.

The New Republic comes in light of Egypt’s growingly public reputation for political imprisonments and strict sentences. Political activists such as Alaa Abd el-Fattah and Amal Fathy remain imprisoned despite the revival of Egypt’s Presidential Pardon Committee, an authoritative body instructed to research and present a list of prisoners qualified for a presidential pardon.* 

Cualquier política que no parta del principio de los derechos humanos servirá de muy poco porque convencerá a la clase del estado, los que hemos señalado anteriormente, que es posible seguir controlando al pueblo mediante represión. Un sistema corrupto tiende a no dejar escapar lo que le mantiene en su sitio, permite sus ganancias y le da poder, y en Egipto estas situaciones se mueven por la realidad social creando un sistema que no solo no ha cambiado desde la época de Mubarak, sino que probablemente se haya intensificado. 

Al-Sisi es sobre todo un constructor de imágenes. Como buen especialista militar en el control de la información, sabe que nada es más sólido que una imagen repetida y formando parte del paisaje. No hay rincón de Egipto que no nos lo muestre y reafirme sus palabras. Nadie se debe olvidar de que existe y es poderoso. Su presencia constante y sus obras juegan el papel adecuado en una población que ha pasado de un dictador a otro. Al pueblo solo le queda obedecer y comprender cuál es la jerarquía de poder que le rodea, saber con qué apoyos cuentan sus opresores, pues será eso lo que determine su supervivencia.

He citado en ocasiones una anécdota reflejada por la prensa egipcia en la que un hombre del pueblo aclamaba a Sisi y pedía que gobernara siempre. Algunos próximos le recordaron que decía lo mismo cuando salió elegido presidente el islamista Mohamed Morsi. El individuo no veía contradicción alguna: "de lo que se trata es de que el que salga no cambie". La anécdota refleja una mentalidad: hay que saber siempre a qué atenerse, quién es el que manda, porque de otra forma surge la confusión y con ella los problemas.

El poder nace en lo alto, pero se va transformando poco a poco hasta que llega a la misma acera de tu casa en forma de guardia, en forma de médicos, en forma de persona detrás de una ventanilla. El poder es una barrera que decide de forma arbitraria, caprichosa, si pasas o no. Cuando más arbitraria sea, como bien enseñó George Orwell, más temible es, precisamente por lo imprevisible.

El poder egipcio se acaba manifestando en esa pirámide de apoyos que va del ojo de al-Sisi, que todo lo ve, hasta la base de la pirámide que es una llamada telefónica a tu casa, alguien en tu puerta, una visita a tu madre, un médico que se niega a firmar certificados de defunción en las muertes por COVID y pone otra cosa; es que te pregunten en el control de salida del aeropuerto si conoces a una persona en tu destino de viaje, etc. Son situaciones mediante las que un egipcio o egipcia aprenden la estructura del sistema, cómo funciona el poder y cuánto le puede complicar la vida.

Como señala el artículo, están muy bien las palabras bonitas y las visiones, está muy bien construir grandes obras, etc. Eso no es modernizar ni "renacimiento" más que en un sentido muy rudimentario y engañoso. Una perfecta carretera te puede llevar a una perfecta prisión.

El "dictador favorito" de Donald Trump, según sus propias palabras, está más interesado, como demostró en las presidenciales, en deshacerse de sus rivales y crearse una falsa oposición con fieles seguidores. Se trata simplemente de cambiar la imagen exterior de Egipto, que es la de un régimen autoritario. Por eso, la propaganda siempre ha sido una prioridad del régimen. Tanto de forma externa como interna, los proyectos, los discursos, etc. siempre han sido prioritarios y se ha perseguido al que osaba ponerlos en duda criticándolos o reenviando la atención a la realidad de los derechos humanos, que no ha sido una prioridad por el régimen sabe que sus subsistencia es precisamente esa fusión controladora en el Estados, con el Ejército detrás y el respaldo de una administración selectiva y arbitraria, en la que se pueden conseguir cosas si citas los nombres adecuados y das las referencias correctas.

El problema real es hasta qué punto esa forma de vida se ha convertido en aceptación, en normalidad. Fueron los jóvenes los que se rebelaron en 2011. Pero el viejo sistema volvió gracias a los errores (y ayudas) islamistas, que creyeron que podían dar la vuelta a la situación y hacer lo mismo. Pero fallaron, como estaba calculado. Y el "estado" volvió como alternativa al caos.

En la parte final del artículo se recogen algunas opiniones valorando la idea de "nueva república":

Former presidential candidate and political opposition, Hamdeen Sabahi, shared a different perspective on Egypt’s New Republic strategy. Sabahi, instead, believes in the potential of a national dialogue as a tool to enhance the country’s human rights standards.

“I believe that the call for dialogue [by Al-Sisi] requires the release of prisoners of conscience so that political dialogue can be feasible and that we can be confident in its feasibility,” Sabahi explains.

Other activists and critics, however, remain skeptical. Human rights researcher and former political detainee, Muhammed Kamal, referred to Egypt’s past human rights incidents, political climate, and ongoing imprisonments, as a constant obstacle on Egypt’s path to democracy. In a letter to his sister and fellow activist Mona Seif, imprisoned activist Alaa Abd el-Fattah expressed his belief that foreign states’ involvement in COP27 undermines the country’s current human rights climate.*

Es amplio el espectro de los escépticos e incluso la queja del "lavado de imagen" que supone que los países acepten participar en muchos acontecimientos realizados precisamente para eso. Sirven además para consolidar la imagen de al-Sisi como "líder internacional", algo esencial para el régimen, ya que le permite resaltar el consenso sobre al-Sisi fuera. La idea de que el presidente es amigo de los poderosos le convierte en más poderoso y, sobre todo, hace creer que es respaldado por los países, como ocurrió con Trump, a la vez que se muestra sintonía de amistad con Putin. Se trata de hacer ver que quienes ataquen a al-Sisi no recibirán apoyos de fuera. Eso es el poder, el que la gente entiende y que sufre cada día. No sirve de nada luchas contra alguien que tiene amigos poderosos.

Egipto se merece algo mejor que lo que tiene y "visiones" en las que entren las libertades. No es fácil porque los activistas de derechos humanos son islotes, víctimas de unos y otros, Son los que tienen un deseo de democratizar pero la falta absoluta de apoyos para llevarlo a cabo. Hay demasiados intereses, dentro y fuera.

La "nueva república" de al-Sisi es como la vieja en muchos aspectos: el poder estará siempre en las mismas manos. Es lo que enseñaron las pirámides, la eternidad del poder. Los carteles de al-Sisi lo muestran junto a Nasser y Sadat creando así una continuidad con esos presidentes muy distintos, casi opuestos. Elude la imagen de Mubarak, el que más tiempo gobernó, porque la fantasía creada por su régimen es que él "rectificó" los errores del levantamiento popular contra Mubarak, los que llevaron a Morsi al poder. Es una fantasía, los cimientos sobre los que se construirá la Nueva República que él ha visto en sus sueños y que los egipcios saben que llegará porque él siempre dice la verdad. 

* Shereif Barakat  "Al-Sisi’s ‘New Republic’: What Egypt’s New Strategy Entails for its Human Rights" Egyptian Streets 18/08/2022  https://egyptianstreets.com/2022/08/18/al-sisis-new-republic-what-egypts-new-strategy-entails-for-its-human-rights/



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.