martes, 2 de agosto de 2022

Luz y termómetros

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En un país en el que todo se discute y se discute de todo acabamos de introducir dos nuevos elementos de discordia: luz y temperatura. Es cierto que esta vez nos llega de fuera, un "imperativo europeo", algo en segunda línea tras el imperativo categórico kantiano. Con declaraciones como la de la Presidenta madrileña, especializada en llevar la contraria y desfilar con ella al frente, Bruselas solo tiene que tomarse unos días de vacaciones.

Como polémica del verano, entre ola y ola (en realidad es la misma, que no cesa) estos rifirrafes sobre luz y temperaturas son unos buenos mecanismos para vivir de las polémicas. Estrella de lo que podríamos calificar como "neoliberalismo verbenero" (de La Paloma, por supuesto), Díaz Ayuso se frota las manos con la perspectiva de otra subida de votos gracias en cubrir con su mantón de Manila blindado al pueblo madrileño, en continuo Dos de Mayo.

El País 2/08/2022

En RTVE.es tenemos ya los primeros escarceos con fuego real entre el gobierno y Díaz Ayuso:

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha criticado la "visión egoísta e insolidaria" de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que el lunes rechazó aplicar en la Comunidad de Madrid algunas de las medidas del plan de ahorro energético del Gobierno, como apagar la iluminación de escaparates o de edificios públicos por la noche.

"Las declaraciones de Ayuso son desafortunadas, tiene una visión egoísta e insolidaria, muy lejos de la realidad que estamos viviendo", ha afirmado Maroto en una entrevista en La hora de la 1. Ha reivindicado que "España tiene que ser solidaria" ante los problemas de suministro energético "que están ahí y que ya están viviendo los países europeos".

La titular de Industria ha defendido el plan aprobado el lunes en Consejo de Ministros, que entre otras medidas limita la temperatura del aire acondicionado a 27 grados como mínimo y de la calefacción a 19 grados como máximo. Es una norma "muy acotada" y que contempla excepciones "necesarias para mantener una climatización adecuada" en hospitales, centros educativos, peluquerías o las cocinas de los restaurantes.*

 

Lo de la luz es, por definición, "visible". Al que incumpla con el encendido de los escaparates, de los monumentos, de los edificios, etc., se le ve rápido. En un incumplimiento muy claro. Sin embargo, también es excesivamente simplista. No todos los encendidos tienen el mismo coste. ¿No sería mejor tener en cuenta las posibilidades de usar otro tipo de focos, los que gasten menos? En las casas se hace. Podemos tener, por ejemplo, dos casas con igual número de puntos de luz encendidos las mismas horas, que tengan consumos muy diferentes, con costes energéticos distintos en función de qué tipo de bombillas tengan en cada lugar. Las diferencias pueden ser enormes.

Por otro lado, no se trata de "luz" sino de gasto de energía. Puedo apagar las luces y, sin embargo, tener elementos que consuman muchísima energía. Las casas están llenas de viejos aparatos que consumen muchísima energía, con mucha pérdida. ¿No sería más lógico proponer un plan "renove" de productos como neveras, televisores, ordenadores,  lavadoras, etc. de bajo consumo, que los hay? De esta forma, no solo se ahorraría energía sino que se estimularían fabricación y compras de estos aparatos en los que se ha avanzado mucho.

Es muy sencillo salir un día y decir que los termómetros no deben bajar o subir de unas temperaturas determinadas. Es también muy sencillo salir a decir lo contrario, como ha hecho Díaz Ayuso, alegando motivos de seguridad en las calles. Las calles apagadas es, efectivamente, volver al siglo XIX y a Jack El Destripador, buen aprovechador de las sombras nocturnas. ¿No sería más razonable, por ejemplo, establecer horarios aleatorios de tal forma que unos están encendidos unos días y horas mientras que otros lo harán en otras? ¿No sería más razonable, como se ha señalado antes, cambiar el tipo de iluminación para evitar el gasto de las viejas luces? Por Madrid, por ejemplo, hay muchas farolas que tienen placa solar y acumuladores. Durante el día cargan y por la noche permanecen encendidas. De igual forma, se encienden conforme a la luz real existente y no según esos maximalistas horarios de invierno o verano.

Si pasamos a lo de las temperaturas, la cosa se complica. El calor ha hecho instalar muchos aires acondicionados en estas fechas. Eso consume mucho y el que ha hecho el gasto no se va a quedar en 27 grados, algo que por la noche lo convierte en inútil.

¿Quién va a ir con un termómetro de espacio en espacio, comprobando la temperatura que hace? Lo único que puede estar sujeto a inspección son los espacios públicos, básicamente los institucionales y los comerciales. Podemos hacer una inspección en un hotel, pero ¿podemos hacerlo en cada habitación? ¿Tendremos que manipular los termostatos para que no bajen de determinada temperatura?

Hablar de luz y de temperatura es absurdo. Hay que hablar de gasto y ahorro energético, que es lo que se consume y paga. ¿De qué sirve, como decíamos, apagar las luces durante la noche si las enciendo durante el día?

En estos días de tanto calor se han producido apagones en mi pueblo. No ha salido tanta gente como se esperaba de vacaciones y los que se han quedado salen de los centros y tiendas, como es costumbre en estas fechas, cargados con ventiladores, aparatos de ventilación y grandes televisores. Es su forma compensatoria de no irse de vacaciones. Durante el día salen las horas de más fresco. Aguantan en casa  como pueden el calor y cuando llega la noche salen a las terrazas, que si están a oscuras no tienen mucho futuro. Los que se pasan el día fuera, en piscinas, por ejemplo, regresan a casa al final del día. Las piscinas también tienen su gasto energético, por supuesto. Por la noche, igualmente, salen a divertirse.

La Comunidad de Madrid se ha caracterizado por atraer a todos aquellos que viven limitaciones en sus zonas de origen, en España o fuera de ella. Cuanto más restrictivos se vuelven los otros, más liberal se vuelve la Comunidad madrileña. Es el éxito de Díaz Ayuso. Mucho vienen y dicen claramente por qué: porque aquí pueden hacer lo que no les dejan en sus lugares. Lo decían claramente durante la etapa más restrictiva de la COVID. Recuerdo aquellos jóvenes franceses que venían a pasar el fin de semana a Madrid, a disfrutar de que nadie les dijera lo que tenían que hacer. Los resultados son claros; mucho dinero y muchos contagios, ya sea del COVID o, como ocurre ahora, de la Viruela del Mono, en donde estamos al frente de los contagios en España y España de Europa. Es la visión neoliberal, cada uno cuida de sí y cada uno busca su provecho, como bien sabía Adam Smith y su mano invisible. Con Díaz Ayuso todo es negocio., la seguridad y la inseguridad.

En plena crisis sanitaria y económica se requieren buenos estímulos para renovar los parques de aparatos por su consumo energético. Es más lógico y eficaz que estas órdenes faraónicas del "¡hágase!", que se quedan en brindis al sol.

Este plan de cortes, horarios, etc. es bastante cutre y efectista, una apuesta por la discusión. No creo que sea muy eficaz porque no se va a cumplir o va a desplazar el gasto energético, con lo que el objetivo, bajar el consumo, no se va a cumplir realmente.

Es una medida que parece eficaz y manda un mensaje de autoridad a Europa, de que eso de la excepción ibérica tiene justificación. La reacción del Madrid de Díaz Ayuso era esperable y no ofrece un horizonte de peleas en algo en lo que todos deberíamos estar juntos.

Seguimos sin mandar mensajes comunes, de estado. Los partidos prefieren este folclore de la discusión. ¿Es tan difícil en algo que tiene un gran componente técnico alcanzar unas medidas o nos dejamos vencer por esta España ingobernable, de lucha goyesca a palos, que es el espectáculo diario nacional?

Por mi parte, hace mucho que comencé a tomar medidas caseras que han sido eficaces en la contención del gasto energético y en el ahorro. Lo he intentado —como he comentado aquí— en los espacios públicos e instituciones en los que tengo voz. No ha servido de nada (quizá aumentar mi fama de excéntrico). Pero no hay excentricidad en lo previsible, solo ceguera en los que no ven o no quieren ver. Hay que diseñar formas de ahorro, protocolos, horarios, adquirir materiales y aparatos adecuados.

En educación, por ejemplo, habrá que ver cómo se puede jugar con horarios y calendarios, ahorro energético con el transporte, el aislamiento de aulas, etc. Esto debería, además, ser un estímulo para la innovación en materiales, en diseño, etc. todo enfocado al ahorro energético. Por lo pronto, los cambios en los calendarios nos meten de lleno en el calor, junio, julio y septiembre. Algo habrá que hacer, aunque mucho me temo que no se haga.

Esta especie de toques de queda, de café para todos, etc. no es lo mejor porque no todos son iguales ni en actitudes ni en situaciones. Es mejor mirar el cómputo general, el ahorro real, de estas medidas muchas de las cuales solo servirán para discutir y conseguir votos por incumplirlas. Si, como se dice, las crisis son oportunidades, está no lo está siendo por ceguera, conflictos y dejadez. Hay que innovar y estimular soluciones imaginativas y posibles y no solo controlar.

Aragondigital.es 2/08/2022

* Entrevista "Maroto defiende las medidas de ahorro energético y tacha a Ayuso de "egoísta" por no apagar los edificios públicos"  RTVE.es 2/08/2022 https://www.rtve.es/noticias/20220802/maroto-defiende-ahorro-energetico-ayuso-egoista/2393601.shtml


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