domingo, 17 de octubre de 2021

Tres radicales distintos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Una trágica coincidencia ha hecho que en el mismo día se recordara el asesinato del profesor Samuel Paty en Francia a manos de un yihadista checheno se produjera el apuñalamiento, al otro lado del Canal de La Mancha, de un diputado británico, Sir David Amess, mientras se encontraba en un mitin con sus electores, esta vez a cargo de un radical británico de origen somalí.

Extraña y significativa coincidencia porque se trató en un caso, el de Paty, de una escuela, por un lado, y de una actividad democrática, como el ocurrido durante el encuentro con sus electores. Hay que añadir en estos días la muerte en Noruega de varias personas a manos de otro yihadista, esta vez danés y convertido al islam. El caso es, en principio, diferente al resto y parece que su desequilibrio le hizo buscar el islam para dar salida a su violencia, algo que finalmente hizo y costó la vida a unas cuantas personas, cinco, dejando a otras heridas.

Acostumbrados a dar mucha importancia a los países, a lo nacional, lo que nos llama la atención es que a los asesinos no parece importarles demasiado, ya que su aspiración espiritual es precisamente considerar la nacionalidad como un elemento circunstancial, mientras que la fe es el esencial. Las naciones son un invento occidental que algunos se empeñan en retrotraer a pasados imaginarios, pero que en la realidad no funcionan así.

Los tres casos son muy diferentes por más que las causas sean distintas y los resultados sean muertes. El caso de Samuel Paty es el más complejo, ya que fue alentado entre los padres de algunos alumnos que se sentían "ofendidos" porque el profesor enseñara a sus alumnos que las caricaturas de Mahoma no debían ser consideradas como un insulto y debían ser considerada desde los valores de la república francesa. El profesor Paty tenía buenas intenciones y una confianza plena en los valores de la razón y el diálogo, algo que le costó la vida porque quien le mató y quienes lo animaron tenían en muy poco esos valores.


La fe republicana en la escuela es excesiva. El sistema educativo francés es uno de los más sólidos, pero no es sencillo inculcar unos valores si estos no residen también en las familias. Y ese fue el caso. Fueron las familias las que se escandalizaron y a través de las redes sociales mostraron su indignación hasta que apareció una "mano justiciera" que acabó con él. Recordarán que fue dando dinero a los propios alumnos para comparar la información necesaria para poder matarlo.

En RTVE.es se recuerda así lo ocurrido y la perspectiva con la que se ha convertido a Paty en un símbolo de los valores de la República: 

 

Un año después de que el profesor Samuel Paty fuera asesinado por mostrar en clase caricaturas de Mahoma, y después de la ceremonia en su recuerdo celebrada este viernes en las escuelas de Francia, el país ha extendido este sábado su homenaje a nivel institucional recordándolo como símbolo de la libertad de expresión.

"Rendirle homenaje es homenajear a la República, y con ella a nuestras libertades fundamentales", ha dicho el primer ministro, Jean Castex, en un acto en el Ministerio de Educación, donde se ha instalado una placa que indica que fue asesinado "por un terrorista islamista por haber enseñado y defendido los valores de la República".

El profesor de secundaria fue acuchillado y decapitado por un refugiado checheno el 16 de octubre de 2020 en las cercanías de un instituto de la periferia parisina de Conflans-Sainte-Honorine, días después de haber impartido una clase sobre libertad de expresión y laicismo en la que mostró caricaturas del profeta.

"Debemos seguir fieles a su memoria comprometiéndonos a defender esos valores que nos unen y son más modernos que nunca, y que se llaman libertad, igualdad y fraternidad", ha dicho el jefe del Gobierno, para quien Paty "solo cumplía su misión".*

 


El caso de Samuel Paty nos muestra precisamente un camino lógico, incidir en los valores republicanos del laicismo y la democracia, pero también un camino que refuerza los valores de los que ya los tienen mientras que les resbala a los que no comparten esos valores, como fue el caso por parte de una serie de familias de los hijos educados en las escuelas francesas. Fueron esas familias las que apuntaron a la cabeza de Samuel Paty, fueron los que crearon las condiciones para el asesinato convirtiéndolo en una "acto necesario" con el que ganarse el paraíso.

Seguimos sin profundizar ni entender algo que se resuelve tradicionalmente con una palabra "radicalización", pero que no suele arrojar mucha luz sobre el "proceso" en sí mismo, ya que de eso se trata, de un discurrir en el tiempo, algo con un principio variable, pero con una misma finalidad: acabar con la vida de unas o varias personas. En el caso de Paty, su muerte se planteó como una "ejecución", como un castigo a alguien que había hecho algo contra el profeta. El asesino se sentía verdugo justiciero, mano de Dios.

No tenemos mucha información sobre el caso del asesinato de Sir David Amess. Tenemos algo más sobre su asesino. La BBC señala hoy:

 

It is thought Mr Ali did not spend long in the Prevent programme - which aims to stop people becoming radicalised.

Teachers, members of the public, the NHS and others can refer individuals to a local panel of police, social workers and other experts who decide whether and how to intervene in their lives.

Engagement in the scheme is voluntary and it is not a criminal sanction.**

 


De nuevo aparece la cuestión de la "radicalización", esta vez como algo detectado pero que es difícil de detectar, por un lado, pero todavía más de erradicar. La posibilidad de "intervenir en sus vidas" no deja de ser una fórmula vacía ya que la gente que tiene ganas de matar no va por ahí diciéndolo. Solo en el tercer caso, el del noruego pasado al islam, se manifiesta un deseo antisocial de hacer daño.

El caso Paty es un ejemplo de grupos sociales donde los radicales manipulan a otros para convencerles de que hagan un trabajo criminal específico. Finalmente acaban encontrando a la persona que lo hace. Es un procedimiento habitual en los casos de imanes que se dedican a buscar posibles "ejecutores" y los van preparando meticulosamente. Los eligen con ciertas características de personalidad y con pasados turbios, pues la experiencia les dice que son personas manipulables y con deseo de redención tras hacerlos sentir culpables.


Los procedimientos que nos cuentan los británicos sirven de muy poco, por no decir de nada. Sirven para que la gente piense que se está haciendo algo, pero su grado de eficacia es mínimo por sus propias características.

En el tercer caso, el del noruego convertido al islam, las circunstancias son otras:

Descrito por la policía como un ciudadano danés de 37 años convertido al islam y señalado por radicalización, Bråthen admitió en su interrogatorio haber cometido el ataque con un arco y flechas antes de ser detenido. 

"Nos gustaría tenerlo en prisión provisional por al menos cuatro semanas", declaró la fiscal encargada del caso, Ann Siren Svane Mathiassen. El tribunal de Kongsberg decidirá sobre la cuestión el viernes por la mañana. Probablemente ni siquiera sea necesaria la presencia del atacante que, según la policía, no se opone a la encarcelación.

A la luz del modus operandi y de las alertas sobre una posible radicalización, los investigadores se inclinan por la pista de un acto yihadista. "No hay duda de que el acto en sí presenta indicios que sugieren que puede ser un acto terrorista, pero ahora es importante que la investigación avance y que se aclare el móvil del sospechoso", dijo el jefe de los servicios de seguridad noruegos (PST) Hans Sverre Sjøvold.

Tampoco se descarta la posibilidad de que Andersen padezca problemas mentales. "Es una persona con idas y venidas en el sistema de salud durante algún tiempo", indicó Sverre Sjøvold. La fiscal también asegura que el sujeto empezó el jueves a ser objeto de una evaluación psiquiátrica, pero sus conclusiones pueden tardar meses.***

 


De nuevo aparece la idea de "radicalización" cuando, como se aprecia fácilmente, las circunstancias son muy distintas. Matar a cinco personas y herir a otras no es un cierto rasgo de "inestabilidad" o se puede considerar "normalidad". Definir un "acto terrorista" es complejo porque se entremezclan conceptos muy distintos: objetivos, intenciones y estados mentales, junto a los mecanismos de auto justificación. ¿Deja de ser un "acto terrorista" si se comprueba que el noruego no está en sus cabales? ¿Qué diferencia existe entre alguien que mata a cinco personas y hiere a muchas considerándose "musulmán" y otro que no lo es? Nos dicen en El Mundo:

 

El sospechoso "es un conocido" de los servicios de seguridad noruegos (PST), aunque se dieron pocos detalles de él. "Ha habido temores vinculados a una radicalización anteriormente", explicó un responsable de la policía, Ole Bredrup Saeverud. Estas sospechas se remontaban a 2020, incluso antes, y dieron lugar a un seguimiento policial.

Según medios noruegos, Bråthen tenía algunos antecedentes judiciales. En 2020 se le prohibió visitar a dos familiares por haber amenazado de muerte a uno y en 2012 había sido condenado por robo con allanamiento y compra de hachís.

En un video de 2017 recuperado ahora por varios medios, se le ve predicando su fe en tono amenazador: "Soy un mensajero. He venido con una advertencia: ¿Es esto realmente lo que queréis? (...) Sed testigos que soy musulmán".*** 

Creo que tenemos que definir mejor los criterios para tipificar los casos. A Paty le mataron por enseñar las caricaturas tratando de hacer entender los valores republicanos; a sir David Amess le han matado, no está claro todavía, porque era una figura política y estaba en el sitio cómodo para matarle, no sabemos si por simple notoriedad, por algún tipo de principio o simplemente porque se le cruzaron los cables al británico somalí, que no va a ir al paraíso sino a pasar el resto de su vida en una cárcel británica. En una cárcel noruega o en un psiquiátrico lo acabará pasando el noruego Bråthen.


Son tres criminales muy distintos, todos con efectos muy negativos. Si no se abre el concepto de "radicalización" a los matices, no servirá de mucho. El somalí y el noruego habían sido vigilados hasta fechas recientes, según nos dicen, o habían pasado por programas de desradicalización, en el caso británico.

Puede que nuestro problema esté en que, una vez que el radicalismo —entendido como una forma ideológica determinada que deriva en violencia física y asesinatos— está aumentando de muchas formas y en muchos sitios.


Paty no logró convencer a algunos de sus alumnos de lo que quería, enseñar convivencia; el británico pasó de los sistemas de desradicalización diseñados por las autoridades; el noruego se lo buscó el solo y sorteó a los que temían cómo acabaría. Hay tantos radicales sueltos que la radicalización pasa desapercibida. Quizá a ello contribuya el cada vez más intenso sentido de frustración e ira que va buscando una idea en qué encarnarse y un objetivo sobre el que descargar su energía negativa.

La radicalización en Europa debe ser revisada para ser eficaz. Mientras tanto, en el radicalizado Afganistán de los talibanes, un atentado contra una mezquita chií, deja decenas de muertos y heridos. Tenemos que intentar comprender, por nuestra propia seguridad, qué es este fenómeno lleno de aristas, diverso y destructivo, que unas veces busca su víctima con esmero y otras es ciego es su deseo de destruir. Hay que prevenirse ante todas las formas radicalizadas, ante el odio creciente que se manifiesta de múltiples formas y lugares, entre nosotros y en lejanos lugares.



* "Francia amplía su homenaje a Samuel Paty como símbolo de la libertad de expresión" RTVE.es 16/10/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211016/francia-amplia-su-homenaje-samuel-paty/2193000.shtml

** Marie Jackson & Dulcie Lee "Sir David Amess: MP murder suspect held under Terrorism Act" BBC 17/10/2021 https://www.bbc.com/news/uk-58943184

*** "Espen Andersen Bråthen, el asesino de Noruega: un danés convertido al Islam y señalado por radicalización que podría tener problemas mentales" El Mundo 15/10/2021 https://www.elmundo.es/internacional/2021/10/15/6169265021efa03b158b45b4.html

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