domingo, 10 de octubre de 2021

De espacios, mascarillas y puentes

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


De nuevo comienza la dinámica de los "puentes". Son los puntos que vertebran nuestra vida social, entendida como ocio y consumo, como movilidad. Para ello, los 7 millones de desplazamientos cuentan con la gasolina más cara, la electricidad más alta y supongo que precios de temporada alta allí donde van. Hay que recuperarse y sacar a la luz el dinero ahorrado por la inmovilidad, la poca sociabilidad pandémica. Hay llenarlo todo, sin restricciones, llenos a tope, en estadios, en discotecas, en lugares en los que se "recomienda" el uso de mascarillas y de distancia social, aunque vemos que nadie las cumple. Da igual, es como la "recomendación" de subir solo uno en el ascensor del Metro o los carteles de los ascensores de mi facultad, que representan personas incapacitadas o con poca movilidad (las siluetas de un anciano, simbolizado por un bastón, y  alguien en silla de ruedas). Al final se meten decenas en el ascensor y los jóvenes salen comiéndose un bocadillo.



Hemos aprendido a vivir con las incongruencias de los carteles, que muchas veces establecen una geometría imposible a la que solo añadiendo la cuarta dimensión, la temporal, es posible hacer caso. En las aulas, se dice que el aforo máximo es del cincuenta por ciento, lo que significa un asiento libre entre dos personas, lo que supone una distancia de unos cincuenta centímetros. Un poco más abajo, en el mismo cartel, se recuerda que hay que mantener la distancia de seguridad, 1,5 metros. ¿Cómo es posible mantener el 50% del aforo con 1,5 metros de distancia? Es un nuevo problema de geometría que es difícil de señalar. Las imágenes de las inauguración oficial del curso en el paraninfo mostraba, en cambio, cómo las distancias entre decanos de las facultades se acercaba a ese metro y medio, lo que sirvió para que algunos bromearan solicitando "distancia de decanos" para las aulas, pero mucho me temo que no será fácil conseguir la "igualdad de distancia", la abolición de los privilegios de distancia, y dar a todos las mismas oportunidades.



Con la llegada de los "puentes", se vuelve a lanzar a la gente el mensaje de "nueva normalidad" o de "normalidad" a secas, que es lo que importa en esta economía del contacto y del consumo en la que vivimos sin disimulo alguno. Eres lo que consumes y la necesidad de moverte es continuamente motivada por las autoridades en todos los niveles, del municipal a los autonómicos y nacionales, de las instituciones públicas a las privadas, que mueven con descaro sus influencias mediáticas para que no pensemos en otra cosa.

El diario ABC da la nota avisando de esa geometría imposible que se nos impone, de esa discordancia entre lo realmente seguro y lo realmente suicida. Pero, como estaba previsto, se trataba de alcanzar ese nivel de vacunación para poder restablecer las condiciones del consumo. Nos trae los resultados de un estudio realizado lejos de los intereses comerciales y que plantea otra lógica, la de la salud:

 

Para evitar la propagación del Covid en interiores, la pauta de distanciamiento físico de dos metros no es suficiente sin mascarillas, según un equipo internacional de investigadores. Sin embargo, el uso de una mascarilla en interiores puede reducir el rango de contaminación de las partículas suspendidas en el aire en aproximadamente un 67%.

[...] Aunque la mayoría de las directrices de salud pública recomiendan un distanciamiento físico de dos metros entre personas no convivientes, los investigadores afirman que el distanciamiento por sí solo no es suficiente para evitar la propagación del Covid

En su estudio, publicado en la revista 'Building and Environment', los investigadores descubrieron que cuando las personas se desenmascaran, más del 70 por ciento de las partículas suspendidas en el aire pasan el umbral de los dos metros en los 30 segundos. En cambio, menos del 1 por ciento de las partículas atraviesan la marca de los dos metros si se lleva puesta la mascarilla.*


Si hacemos caso a lo que se nos dice, el peligro de lo que estamos haciendo es obvio.  Las distancias nada tienen que ver con las alegrías aforísticas, por decirlo así, que se nos pregonan. El principio es el mismo: como estamos vacunados y ya ha bajado la presión sobre los hospitales... Sí, pero eso no puede ser así, de golpe. Hay mucha gente que no va a entrar en esa dinámica porque no tiene sentido haber estado tomando medidas de distancias hasta ahora y saltárselas ahora por el bien del sector. Las oleadas anteriores han sido iguales: lo económico antes que lo sanitario. Luego hay que volver a niveles de fechas anteriores que cuesta recuperar. Ahora hay muchas personas vacunadas, pero eso —se nos dice— es solo una parte; pero a efectos de acción se ignora. Hay una especie de doble moral y la gente lo entiende a su manera.

Observen con detalle ahora, tras la lectura de lo anterior, el titular que nos ofrece RTVE: "La mascarilla sigue siendo clave en el trabajo pese al hartazgo y la vacunación: "Todavía falta algún tiempo"". Es sorprendente, pero se habla del "trabajo" de forma específica, no del "ocio", como si al coronavirus le importara algo si estamos trabajando o disfrutando de compañía familiar o amigos. Lo único realmente importante es la distancia, la mascarilla y la ventilación.

Es uno de esos titulares que inducen a engaño ya que reducen al ámbito laboral lo que es solo una cuestión espacial, de distancias y ventilación. Parece que se recomienda en el trabajo usar la mascarilla, pese a ese "hartazgo" y "vacunación" lo que debería funcionar igualmente en las actividades de ocio y entretenimiento. Los estadios ya están a plenitud de aforo, dispuestos a escuchar los gritos y cantos, los achuchones del gol. Para todo eso, el virus no existe, no existe distancia ni control de mascarillas. ¿Cuál es la diferencia?

En el artículo de RTVE.es se nos explica: 

Ahora nos movemos con más libertad. Si olvidas ponerte la mascarilla para ir a coger una botella de agua a la cocina, no pasa nada”. Las precauciones por el coronavirus se han relajado en el despacho de abogados en el que trabaja Cristina, al menos, entre compañeros. “Todos estamos vacunados y, quieras o no, te tranquilizas”, admite.

La situación que describe es cada vez más habitual en los centros de trabajo de nuestro país, donde más del 77 % de la población ha recibido la vacuna contra el coronavirus. “Estamos en un momento de transición a la normalidad, aunque todavía nos va a faltar algún tiempo”, avisa Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), que insta a cerciorarse de que todas las personas vulnerables están correctamente protegidas, con una tercera dosis si así está prescrito.

Su advertencia se asemeja a la de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que aseguró en la Cadena SER este viernes que las mascarillas continuarán siendo obligatorias en los espacios públicos interiores, al menos, hasta primavera: "Viene el otoño, la gripe, los virus respiratorios... Vamos a ir en ese proceso poco a poco, paso a paso, partido a partido". 

“En España como hay una tasa de vacunación muy alta, esto disminuye mucho el contagio, pero no lo elimina”, coincide José Luis Jiménez, bioquímico experto en aerosoles de la Universidad de Colorado, y pone el acento en la trasmisión aérea del coronavirus, fundamentalmente, cuando hablamos con alguien sin mascarilla y cuando compartimos el aire de una habitación, situaciones muy habituales cuando trabajamos. **


 

¿Una discoteca no es una "habitación", no se "comparte allí el aire"? Respirar junto a otros ¿es algo que se hace solo en el "trabajo"? ¿No era la ministra Carolina Darias la misma que nos prometió antes del verano "la llegada de la sonrisa" por la retirada de las mascarillas la misma que nos dice ahora que tardarán en desaparecer? Todo esto son misterios que nos quedan por resolver en este atípico país en el que vivimos.

La distancia es "distancia" y la variación es si es si estamos en un lugar cerrado, que debe estar ventilado, o si es un lugar abierto. El mensaje que se nos envía es ambiguo. Hay que mantenerse distantes en el trabajo, con mascarilla, nos dicen, para luego poder juntarnos sin límites ni restricciones en el ocio, salir y juntarnos en cada puente, uno tras otro.

No lo entiendo bien.

 


* "Alertan de que, sin mascarilla, la distancia de dos metros no es suficiente en interiores" ABC 10/10/2021 https://www.abc.es/sociedad/abci-alertan-sin-mascarilla-distancia-metros-no-suficiente-interiores-202110100052_noticia.html

** Sofía Soler "La mascarilla sigue siendo clave en el trabajo pese al hartazgo y la vacunación: "Todavía falta algún tiempo" RTVE 10/101/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211010/mascarilla-trabajo-hasta-cuando/2181260.shtml

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