sábado, 23 de octubre de 2021

La capital faraónica

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


Habrán observado los hipotéticos lectores de este blog la drástica reducción de los temas egipcios. La explicación a esto no es la falta de interés por lo que allí ocurre sino el cierre casi absoluto de las fuentes de información que den una versión diferente a la que el Régimen de al-Sisi quiere dar al mundo. Recordarán aquella frase del presidente al inicio de su "reinado": "no crean a nadie; solo escúchenme a mí". Aquello que empezó como un deseo se ha transformado en una realidad. Los periodistas y los medios críticos comenzaron a desaparecer, a callarse o a trasladarse lejos; los medios rivalizan en ofrecer más fotos del presidente, los cronistas babean.

Es la triste realidad egipcia, un país en el que el silencio y el aplauso se dan la mano como alternativas a un régimen que hace de la propaganda una nueva muestra de adhesión.

Me da mucha pena ver cómo medios que destacaron por sus críticas al régimen abren hoy sus ediciones con imágenes sonrientes de al-Sisi con sus manos juntas en ese gesto tan característico. Es un al-Sisi que en el exterior, desde que se le fue Donald Trump del poder—era su "dictador favorito, según señaló el propio Trump—, solo se ve como ha ocurrido estos días en foros poco recomendables, con los polacos y húngaros, lo menos recomendable del populismo europeo actual. Un al Sisi del que la prensa egipcia dice, por ejemplo, que lo último que ha hecho Angela Merkel es hablar con él, porque ¿cómo se iba a retirar Merkel sin despedirse de este figura mundial?



Los egipcios viven en un clima mediático en el que su presidente es la pieza central de la política del planeta, no hay dirigente que no pida consejo al mandatario nacional, faro internacional y consultor de los presidentes de otros países. Al Sisi es el nuevo Rey Sol; a su alrededor giran los demás planetas.

El fin de esta forma de propaganda es convencer a todos los egipcios que su presidente cuenta con el apoyo internacional. Luego ocurren cosas como los disgustos y malos ratos en las asambleas generales de la ONU, donde el presidente tiene que escuchar todo tipo de acusaciones sobre la situación de los Derechos Humanos, sobre la brutal represión que ha silenciado al país.

Las fuentes sobre Egipto están controladas y otras cerradas. Los periodistas reciben sutiles indicaciones sobre qué es conveniente decir y qué no. Como en el caso de Giulio Regeni, el estudiante italiano secuestrado, torturado y asesinado en Egipto, el régimen silencia o niega, abruma con papeles cuando se le pretenden pedir explicaciones. Los encerrados quedan en el olvido, aislados de sus familiares.


Una de las pocas publicaciones independientes que se mantienen en pie es Mada Masr, que nos hablaba el pasado día 19 de cómo se controlan los flujos de cartas de los presos para ejercer sobre ellos una fuerte presión psicológica. A los interminables aplazamientos se añade esta modalidad. La revista nos dice:

Abdelrahman ElGendy says letters were a crucial lifeline for him during the six years he spent locked up in five different prisons between 2013 and 2020. “Letters were not only important, they literally saved my life,” he says. “I was only living because I was looking forward to them from one visit to the next, and I would read them over until the paper became worn and torn.”

Last month, the family of imprisoned software engineer and activist Alaa Abd El Fattah — who had been held in remand detention for over two years until his referral to emergency trial last week — announced it would take legal steps to ensure that Abd El Fattah is able to send letters to them following a period when prison authorities refused to allow him any correspondence. According to the family, outside of prison visits once a month, Abd El Fattah’s letters are the only way they can gain assurance of his condition, and when his letters are denied, that in itself is an indicator that his treatment in detention is worsening. The numerous legal requests and official complaints by the family have been met only with silence by authorities.

While letters provide a crucial link between prisoners and the outside world, the process of sending and receiving them in Egyptian prisons is an arduous one as a result of arbitrary restrictions put in place by authorities. Mada Masr spoke with a number of former prisoners about their relationship to letters during their incarceration and the way prison administrators constrained their right to send and receive correspondence.*

 


El artículo no está firmado por periodista, sino que lo asumen la propia cabecera. Nadie quiere destacarse demasiado. En otras ocasiones la firma se reparte entre varios periodistas. No es fácil ir contra la idea de la perfección del régimen. En realidad, este artículo tiene, más allá de la denuncia, un aviso para todos aquellos que no se porten como deben. Ahora saben que pueden quedarse incomunicados. La denuncia les fortalece y muestra a los rebeldes cómo pueden terminar.

Todo lo que ocurre en Egipto está controlado por el régimen, cuya función principal es la corrección de la realidad para que los egipcios acepten lo que hay y algo más: que se lo deban todo a la figura del presidente, la figura faraónica por la que deben dar gracias cada día. Todo se le debe a él. Él es la paz, es el Estado, es la fuerza, es el padre. Sus designios siempre van encaminados a la protección del pueblo y a su elevación a niveles admirados y envidiados por todos los pueblos. Los egipcios están convencidos que son el centro del mundo y que al-Sisi es su voz. Así se enuncia en el preámbulo de su propia constitución donde declaran su carácter único y ser una referencia para la Humanidad, que les debe todo. Todo comenzó allí, según su propio eslogan.


Lo que más daño ha hecho a al-Sisi en estos años han sido las denuncias del lujo. Una cosas es la propaganda y otra el estómago. Los egipcios han aprendido en décadas de poder que para poder ir más allá de la supervivencia hay que estar cerca del poder, estar cerca para recoger las migajas o los contratos que te enriquecen. El repartir es siempre un acto político. Las denuncias de empresarios sobre adónde iban los dineros empleados en palacios y demás espacios suntuarios le hicieron daño. Al presidente solo le cupo decir que no eran para él, sino de todos los egipcios. Es algo que recordará el que duerma a la intemperie o no tenga donde caerse.

El fasto con el que se organizó el traslado de la momias en el llamado "Desfile de las momias" estaba destinado a crear un impacto que para el mundo exterior resultaba incomprensible por su inmenso gasto e inutilidad. Pero, dentro, el desfile se vivió con asombro, con una admiración del pobre al gasto absurdo del rico. Es la extraña forma que el Estado usa para crear ese "nacionalismo" egipcio basado en fantasías y sueños entre las enormes carencias del día a día.

Ahora comienzan a salir a la calle nuevas imágenes del proyecto faraónico, la Nueva Capital. Las imágenes que están saliendo al exterior le van a hacer más daño a al-Sisi que cualquier otro ataque.


El gusto del presidente por las inauguraciones de fantasías inútiles, pero costosas, es conocido. Comenzó con la inauguración del segundo canal paralelo al de Suez ya existente. Se enfundó su uniforme militar y fue a cortar cintas. De nada sirvieron los avisos de expertos en transporte internacional, de economistas, incluso de ecologistas, que señalaron la inutilidad del nuevo canal. El tiempo demostró que tenía razón, que se estaba ralentizando el transporte, que bajaba el tráfico. Les "expropiaron" a los campesinos las tierras por las que debía de pasar el canal.

Luego determinados palacios, como se ha mencionado, le crearon problemas. Pero me temo que todo esto no ha sido nada en comparación con lo que viene con la Nueva Capital. En primer lugar, es un espacio blindado, alejado de El Cairo, una ciudad a la que van a dejar caerse a pedazos, hundirse en la pobreza. Es una ciudad con lujosos trenes elevados en un país donde los trenes tienen incontables accidentes con decenas de muertos. ¿En qué pensarán en el próximo accidente?

Hace unos días me pidieron una fotos que realicé allí hace ahora diez años porque mostraban unos pasajes nocturnos con la iluminación antigua, Me contaron que la "iluminación nueva" que sustituyó a la antigua no había llegado a funcionar, por lo que esas fotos permitían ver el barrio iluminado. Es un ejemplo de cómo funciona (o no funciona) el sistema.


El lujo faraónico de la Nueva Capital se va a volver contra al-Sisi, cuando los más de cien millones de egipcios vean lo que se han construido para unos cuantos, podrán ser plenamente conscientes del desprecio profundo que les tienen los más privilegiados. El dinero no ha ido a escuelas ni a hospitales, ni tan siquiera a cementerios, muy necesarios.

Todo Egipto es una fantasía, un derroche de dinero hacia un exterior que, sin embargo, no pueden controlar. Allí se denuncia la situación real, aunque ellos mismos sigan con la negación como forma de comunicación con el exterior.


Me temo que esa capital cerrada y aislada, lujosa para los funcionarios que la habiten, fácilmente controlable en apenas unos minutos, la convertirán en una gigantesca ratonera en medio del desierto. Ursula Lindsey señalaba en 2017 algo que hemos ido señalando aquí en diversas ocasiones: la nueva capital es obra del miedo a una nueva Revolución como la de 2011. En ese sentido, Lindesey habla de Anti-Cairo. Creo que no le falta razón.

Con esta nueva ciudad administrativa, muchos se sentirán lejos del peligro de un estallido social, que es a lo que el régimen más teme, de ahí la vigilancia, el control absoluto y el manejo implacable de la propaganda, de la omnipresencia de la figura de al-Sisi por cada rincón, calle o despacho, convertido en una Gran Padre que no pierde detalle, que "corrige" a sus hijos o los premia, como manda la tradición. 

Como se nos indicaba de la cárcel, los que son "buenos" reciben cartas, los que no quedan condenados al silencio.

 



* "The struggle for prison letters: How the National Security Agency controls access to correspondence for detainees" Mada Masr 19/10/2021 https://www.madamasr.com/en/2021/10/19/feature/politics/the-struggle-for-prison-letters-how-the-national-security-agency-controls-access-to-correspondence-for-detainees/

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